Por Sol Pozzi-Escot
José Arrieta y Víctor Tipe son los autores de “Norah: Sendero Luminoso y su secreto dentro del secreto”, libro que fue presentado en la VII Feria Internacional del Libro de Ayacucho.
Usted presentó el libro en la VII Feria Internacional del Libro de Ayacucho, en la región que vio nacer a La Torre. ¿Qué nos puede contar sobre la experiencia de presentar el libro en Huamanga?
Presentar el libro en la VII Feria Internacional del Libro de Ayacucho, especialmente en Huamanga, la región natal de Augusta La Torre, fue una experiencia sumamente enriquecedora. Pude constatar el profundo interés del público en temas variados, incluyendo aquellos relacionados con el terrorismo. Lo que más me impactó fue observar a madres de familia, junto a sus hijos, explorando y comprando diferentes tipos de libros. Esto es un claro testimonio del entusiasmo que tiene la comunidad por la lectura.
¿Por qué abordar en un libro a un personaje que es percibido tan negativamente por la sociedad?
La historia de Augusta La Torre está intrínsecamente vinculada a la de Sendero Luminoso, a Abimael Guzmán. Profundizar en este tema nos brinda una perspectiva esencial para entender el origen, evolución y expansión del terrorismo en nuestro país.
¿Cómo encarar el reto de escribir este libro evitando romantizar al personaje?
Escribir sobre «Norah» presentó el desafío de mantener un equilibrio entre ofrecer una representación fidedigna de su vida y evitar cualquier tipo de idealización o romantización del personaje. Para lograrlo, fue esencial fundamentarse en hechos, testimonios y fuentes verificables, buscando siempre presentar una perspectiva objetiva y bien documentada. El propósito principal fue iluminar su historia y el contexto en el que se desenvolvió, sin caer en la tentación de embellecer o distorsionar su papel en los eventos. La rigurosidad periodística y la investigación exhaustiva fueron herramientas esenciales en este proceso.
Se afirma que, de joven, La Torre era una chica inocente y espontánea. ¿Cómo dio ese viraje para transformarse en una sanguinaria terrorista?
Augusta La Torre nació en una familia con fuertes inclinaciones hacia el comunismo; su padre fue un activista prominente del Partido Comunista Peruano. Desde su infancia, fue influenciada por estas ideas y su temperamento rebelde la inclinó hacia métodos más radicales de cambio. Junto con Abimael Guzmán, Augusta La Torre se involucró activamente en la propagación del maoísmo en Ayacucho, lo que eventualmente llevó a la creación de Sendero Luminoso. Dentro de esta organización, ella no solo ocupó una posición prominente en el comité central, sino que también fue el principal mando militar, siendo directamente responsable de numerosas acciones violentas.
Se sabe también que La Torre viajó a China comunista con Guzmán. ¿Qué impacto tuvo ese viaje en la existencia de la “Camarada Norah”?
Tuvimos el privilegio de conversar con alguien que acompañó a Augusta La Torre en su travesía por China. Su testimonio resultó sumamente esclarecedor: durante el viaje, La Torre se consolidó como una apasionada adepta de Mao Tse Tung. Recorrió diversas ciudades chinas e intercambió vivencias. Al regresar de China, La Torre volvió con la firme convicción de que las circunstancias eran propicias para emprender una lucha armada en Perú, idea que contemplaba iniciar en zonas rurales y, posteriormente, expandirse hacia las principales urbes del país.
La muerte de Augusta La Torre dejó más dudas que certezas y se sospecha que el propio Guzmán, su esposo, habría estado involucrado en este suceso. ¿Qué luces arroja su libro sobre este hecho?
La misteriosa muerte de Augusta La Torre ha generado numerosas especulaciones, y muchos apuntan a la posible implicación de su propio esposo, Abimael Guzmán. En el libro, se presentan testimonios de líderes y altos mandos de Sendero Luminoso que ofrecen detalles sobre lo que pudo haber ocurrido esa fatídica noche. Es revelador que, cuando se solicitó la formación de una comisión investigadora para esclarecer la muerte de la «Camarada Norah», solo Abimael Guzmán y Elena Yparraguirre fueran designados para esta tarea, convirtiéndose así en jueces y partes interesadas de una investigación que, en realidad, nunca tuvo lugar. Guzmán, posteriormente, instruyó a sus líderes que el deceso de Norah debía ser «el secreto dentro del secreto», y que en ninguna circunstancia se permitiese que su cuerpo fuera descubierto por las autoridades. Con el paso de los años, hemos sabido que su cuerpo fue enterrado al menos en dos ocasiones y que, actualmente, yace en un distrito popular de Lima.
El eje temático de esta edición de la FILAY es “primeros lectores”. ¿Cómo concientizar a la juventud sobre lo que ocurrió durante los años del terrorismo?
Es fundamental que todos conozcan la verdad. Hay jóvenes que no experimentaron directamente la era del terrorismo, pero hoy los vemos participando en debates y marchas, defendiendo las ideas de Abimael Guzmán. Recientemente, nos alarmó ver a niños en Trujillo aclamando al «presidente Gonzalo». En el VRAEM, observamos a los denominados «pioneritos» en campamentos del así llamado Militarizado Partido Comunista del Perú, siendo adoctrinados tanto políticamente como militarmente. Esta realidad subraya la imperante necesidad de más publicaciones que aborden estos temas, para prevenir cualquier resurgimiento del terrorismo.