Un total de 23 diputados y diputadas de parlamentos de 14 países que no son Estados parte del TPAN se han reunido en Nueva York en la Conferencia Parlamentaria organizada por ICAN con motivo de la Segunda Reunión de Estados Parte del TPAN que se celebra del 27 de noviembre al 1 de diciembre en la sede de las Naciones Unidas.
Como resultado del intercambio de opiniones y experiencias respecto al trabajo en apoyo del TPAN en sus respectivos países, los parlamentarios adoptaron una resolución que fue presentada este miércoles ante el plenario por Guillaume Defossé, diputado del parlamento belga.
TEXTO DE LA DECLARACIÓN
Como delegación de 23 parlamentarios de 14 países, tenemos el honor de dirigirnos a esta segunda Reunión de Estados Parte del TPAN. Esta reunión representa un momento crucial en nuestro viaje colectivo hacia un mundo libre de estas armas devastadoras. Extendemos nuestro agradecimiento a los gobiernos, organizaciones y representantes de la sociedad civil que han defendido incansablemente esta causa. El TPAN sigue siendo un brillante y poderoso motivo de esperanza cuando muchos otros acontecimientos internacionales apuntan en la dirección equivocada.
Felicitamos a los Estados parte y signatarios del TPAN por su liderazgo inquebrantable en la abolición global de las armas nucleares desde la última reunión de los Estados parte. Su dedicación muestra el valor inconmensurable del TPAN dentro del régimen legal internacional que prohíbe las armas de destrucción masiva, ofreciendo un camino claro hacia su erradicación global.
Aplaudimos a nuestros colegas que han trabajado incansablemente para transmitir la importancia de este Tratado a sus respectivos gobiernos y hacer avanzar el proceso de ratificación. Nuestro compromiso sigue siendo firme, basado en la creencia de que la ciudadanía a la que representamos, junto con toda la ciudadanía, nunca debería tener que soportar las catastróficas consecuencias humanitarias del uso o los ensayos de armas nucleares. Nos comprometemos a redoblar nuestros esfuerzos para ampliar el número de miembros de este Tratado y apoyar su implementación efectiva. Nos esforzaremos incansablemente por conseguir apoyo entre los parlamentarios para este Tratado y pediremos a todos los gobiernos que lo firmen y ratifiquen como una cuestión de urgencia internacional.
Estamos unidos para denunciar todas y cada una de las amenazas nucleares, independientemente de su forma y de las circunstancias. Como recuerda el TPAN, y de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas, todos los Estados deben abstenerse de la amenaza o el uso de la fuerza. Los líderes de todo el mundo deben afrontar la realidad de que las amenazas nucleares que ahora expresan ciertos responsables políticos revelan la locura de continuar con la legitimación de las armas nucleares, incluso mediante la promoción de la llamada disuasión nuclear. Es alentador ver que muchos líderes, incluso de países que aún no son partes en este Tratado, han adoptado una postura similar, rechazando firmemente la retórica inaceptable en torno a las llamadas armas nucleares tácticas y los debates laxos sobre su uso.
Sin embargo, a pesar de las repetidas garantías y compromisos de desarmarse, los estados con armas nucleares mantienen colectivamente más de 12.000 armas nucleares y continúan asignando vastos recursos para la modernización y expansión de sus arsenales. En 2022 se gastaron 82,9 mil millones de dólares en armas nucleares. Dinero que sería mejor invertir en un futuro sostenible, justo y pacífico. Deploramos la dependencia de la peligrosa doctrina de la disuasión nuclear y el énfasis renovado en la dimensión nuclear de las alianzas militares, que obstruye el progreso hacia el desarme nuclear, eleva los riesgos nucleares y socava los esfuerzos de no proliferación. También nos oponemos vehementemente al despliegue de armas nucleares en el territorio de otros Estados, una contradicción directa con los objetivos del Tratado de No Proliferación Nuclear y una violación del artículo 1 del TPAN.
En marcado contraste con la retórica imprudente de ciertos estados con armas nucleares y sus aliados, felicitamos a los Estados parte de este Tratado por su inquebrantable dedicación a la implementación del TPAN. Nosotros también estamos comprometidos a tomar todas las medidas imaginables para hacer avanzar las prohibiciones del Tratado. La lamentable decisión de Rusia de revocar la ratificación del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares nos recuerda la importancia de mantener las prohibiciones inequívocas de los ensayos nucleares estipuladas en el TPAN y el TPCE. Hacemos un llamamiento a todos los Estados para que se abstengan de acciones que socaven la integridad de cualquiera de los tratados.
Nos sumamos a los Estados parte para enfatizar la complementariedad del TPAN con el Tratado de No Proliferación Nuclear y nos mantenemos firmes en nuestro apoyo a todas las medidas que contribuyen al desarme y la no proliferación nuclear. A través de un compromiso constructivo con los legisladores en los Estados con armas nucleares y sus aliados, nuestro objetivo es mejorar la seguridad internacional y lograr avances sustanciales hacia el objetivo compartido de universalizar el TPAN.
Reconocemos la importancia de no limitar los debates sobre el desarme nuclear únicamente a foros diplomáticos designados. Las amenazas que plantean las armas nucleares van mucho más allá de las preocupaciones de seguridad nacional; abarcan el bienestar de nuestro planeta y de la humanidad en su conjunto. Las consecuencias ambientales de las armas nucleares devastan la salud y los medios de vida de nuestras comunidades. Es nuestro deber reconocer la naturaleza multifacética de esta cuestión y trabajar activamente para integrar el desarme nuclear en todas las áreas de políticas.
Más de 1.000 parlamentarios en ejercicio han firmado el Compromiso Parlamentario de ICAN. Somos de 27 países que aún no han ratificado el TPAN. Abarcamos todo el espectro político y puede que no coincidamos en otros temas, pero estamos unidos en nuestro compromiso de trabajar por nuestros países.
Para cumplir nuestra promesa, hemos promovido debates parlamentarios sobre el TPAN; hemos presentado resoluciones en su apoyo; hemos cuestionado a los gobiernos sobre nuestras posiciones nacionales; y hemos entablado con nuestros electores una conversación pública sobre la urgente necesidad de desarme. Para repetir la promesa de los Estados parte del TPAN en la declaración de Viena: “No descansaremos hasta que el último país se haya unido al Tratado, la última ojiva haya sido desmantelada y destruida y las armas nucleares hayan sido totalmente eliminadas de la Tierra”.
En conclusión, nos hacemos eco del sentimiento colectivo de que muchos desafíos apremiantes subrayan la urgencia y relevancia de la misión que encarna el TPAN. Persistamos en nuestros esfuerzos de colaboración por un futuro en el que la humanidad prospere en un mundo libre de la siniestra sombra de las armas nucleares.