En un trágico giro en la crisis migratoria en la frontera Sur de Europa, cuatro migrantes han perdido la vida y otros tres han sido hospitalizados tras ser arrojados al mar en las playas de San Fernando y Chiclana, como puede verse en el vídeo.
Según ha confirmado a este medio una fuente conocedora del caso, estas personas migrantes, junto a otras 23, fueron forzadas a saltar de una narcolancha a punta de cuchillo por traficantes desalmados.
La primera de estas narcolanchas, con 27 migrantes a bordo, se aproximó a la playa de Camposoto, cerca de la Punta del Boquerón. En un acto de brutalidad, los traficantes obligaron a los migrantes a saltar al mar. Mientras 23 de ellos lucharon por su vida y lograron llegar a la costa, cuatro no pudieron sobrevivir a las peligrosas corrientes.
«El agua estaba helada, y la orilla parecía inalcanzable», relató un superviviente rescatado mientras era atendido por una voluntaria de Cruz Roja, quien describió el pánico y el frío abrumador que enfrentaron estas personas.
En la playa rápidamente las personas que estaban allí comenzaron a movilizarse para sacar del agua a las personas que estaban luchando por llegar a la orilla. Uno minutos más tarde el personal de una empresa náutica primero y la Cruz Roja después procedieron al rescate de los migrantes para que fueran atendidos, un frenético esfuerzo por salvar vidas en condiciones extremas. Javier González Díaz, gerente de Náuticas Gurri, describió el escenario como «un campo de batalla contra la naturaleza y el desprecio humano».
Mientras tanto, la Guardia Civil mantiene la búsqueda intensa de la narcolancha para detener a estos criminales. Este incidente pone de relieve la creciente preocupación sobre el uso de estas embarcaciones en el tráfico de drogas y personas. Según fuentes bien informadas, hasta 15 lanchas semirrígidas llegan diariamente a las costas del sur de España, cargadas de hachís y seres humanos, una actividad lucrativa para los traficantes que desafía tanto la ley como la decencia humana.
Los cuerpos de los cuatro fallecidos han sido trasladados al Instituto de Medicina Legal para su identificación y autopsia para intentar saber su procedencia y localizar a sus familiares. Este acto subraya la magnitud de la tragedia y las dificultades que enfrentan las autoridades en su respuesta.
Este episodio no es solo un reflejo de la peligrosa ruta migratoria entre Marruecos y las costas del Sur de España, sino también un indicativo de cómo el tráfico de hachís ha llevado a los criminales a «diversificar» sus actividades ilícitas, poniendo en riesgo vidas humanas en su búsqueda desenfrenada de ganancias.
El resto de los supervivientes, excepto los hospitalizados, han sido trasladados a un Centro de Atención Temporal de Extranjeros en San Roque. Allí recibirán atención médica y psicológica, mientras las autoridades inician las diligencias para identificar a posibles menores de edad entre ellos y determinar los siguientes pasos en su proceso legal La lucha contra las bandas criminales que usan seres humanos para sus miserables intereses continúa, mientras las olas en San Fernando y Chiclana guardan silenciosamente los secretos de aquellos que intentaron cruzarlas en busca de una vida mejor.