Científicos chinos presentan un avance clave: un robot químico con inteligencia artificial sintetiza catalizadores para producir oxígeno a partir de meteoritos marcianos.

Un estudio publicado en Nature Synthesis revela el sorprendente progreso científico logrado por un equipo de la Universidad de Ciencia y Tecnología de China. Este grupo de científicos, liderado por los profesores Luo Yi, Jiang Jun y Shang Weiwei, ha desarrollado un robot químico impulsado por inteligencia artificial (IA) capaz de sintetizar catalizadores para la producción de oxígeno utilizando meteoritos marcianos.

La iniciativa surge ante el desafío de colonizar Marte, donde la producción de oxígeno a partir de catalizadores OER (Oxygen Evolution Reaction) se considera esencial. El transporte de estos catalizadores desde la Tierra resulta costoso, y la clave está en encontrar métodos para sintetizarlos in situ utilizando materiales marcianos.

El profesor Luo Yi destaca la innovación de este enfoque: «El químico de IA sintetiza de forma innovadora catalizadores OER a partir de material marciano gracias a la cooperación interdisciplinaria». El proceso implica el análisis, pretratamiento y optimización automática de minerales marcianos por parte del robot con IA.

En cada ciclo experimental, el robot de IA analiza la composición elemental de los minerales utilizando espectroscopia de descomposición inducida por láser (LIBS). Luego, realiza pretratamientos, prepara soluciones y lleva a cabo pruebas electroquímicas. El «cerebro» computacional del químico de IA procesa datos en tiempo real, empleando simulaciones de química cuántica y dinámica molecular para optimizar catalizadores.

Hasta ahora, el robot de IA ha logrado crear un catalizador excepcional utilizando meteoritos marcianos, funcionando de manera constante durante más de 550 000 segundos. Este avance, que equivaldría a 2000 años de trabajo para un químico humano, impulsa la posibilidad de establecer una fábrica de oxígeno en Marte con la ayuda de la IA química. El equipo aspira a convertir esta tecnología en una plataforma para diversas síntesis químicas automatizadas, acercándonos al sueño de vivir en Marte.

El artículo original se puede leer aquí