Por: Andrés Figueroa Cornejo
Impecable resultó la inauguración de la Escuela Popular de Autogestión (EPA) el reciente 4 de noviembre, organizada por la Federación de Cooperativas de Trabajo (Trasol) de Chile, apoyada financieramente por el Servicio de Cooperación Técnica (Sercotec), y en la cual participaron presencial y telemáticamente las organizaciones autónomas Tierra Húmeda, Cooperativa Cabras de Cerro, Asamblea Popular por la Dignidad, Colectivo Yugo Organizada, Coocrear, Cooperativa Kincha, Cooperativa Centroalerta, Cooperativa de Trabajo las Treilas de Isla Mocha Ltda., Cooperativa Energía Comunitaria Peñalolén, Cooperativa Pangea, Fundación Nudo de Agua, Espacio Santa Ana, Asamblea de Trabajadores/as del Colegio Paulo Freire, De Todos los Rincones, Cooperativa Mapuche Kume Mogen, Correvuela, Centro Cultural Ex Fábrica Barrios Bajos de Valdivia, Comité por el Derecho a la Vivienda Luchadores y Luchadoras de Barrancas, Cooperativa de Trabajo Red Genera, Cooperativa de Trabajo Auxilio Te Limpio, Artífices de Barrancas, Pan y Orgasmo, Centro Cultural El Arca, Fipancu, Academia de Música Satélite, Junta de Vecinos Tierras Rojas, Con+Sustenta, PanQuinoaNativaFermentada, Hampy, Acción Errante, La Ruta de La Lata, Cooperativa de Vivienda Violeta Parra, Movimiento Valparaíso Ciudadano, Comité Ecológico Ampliación Villa Dulce, y GAFA.
La actividad de autoformación, educación popular y mutua correspondencia de saberes, que se realizará entre el 4 de noviembre de 2023 y el 13 de enero de 2024, inició con un momento de reflexión espiritual y acopio de energías de las y los asistentes, propio de las culturas del Abya Yala, para luego pasar a los saludos remotos de importantes amigos de la iniciativa.
Jorge Larenas es el Director de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo (FAU) de la Universidad de Chile, entidad de educación superior con quien Trasol construyó una alianza con el propósito de que el organismo de la principal universidad pública del país acredite y certifique la participación de los cooperativistas en la EPA. De hecho, al final de la escuela, a cada uno de los asistentes se le otorgará un diploma respaldado por Trasol como por la Universidad de Chile.
La autoridad máxima de la FAU relevó el valor de efectuar un empeño justo en medio de un mundo y una contingencia llena de incertidumbres y cambios dramáticos. Jorge Larenas recordó que «el Instituto de la Vivienda que levantamos hace 40 años, emergió en plena dictadura como un proyecto del profesor Edwin Haramoto y que tenía que ver con pensar la vivienda no como un objeto, sino como un proceso. Y ello significó incorporar la totalidad de las tensiones políticas, sociales, culturales y económicas de la sociedad a nuestro quehacer, lo cual alentó los nexos con sectores críticos a la dictadura militar. El Instituto de la Vivienda ha persistido en esa tradición y ligadura con la reconfiguración del movimiento popular hasta la actualidad».
Larenas acentuó que, lejos de todo paternalismo, «como universidad pública somos un recurso disponible para los requerimientos y el devenir de las organizaciones sociales con el fin de que ganen su autonomía».
Posteriormente, y también vía zoom, el ingeniero brasileño en producción, especialista en economía solidaria y tecnología social, y además coordinador del primer encuentro internacional de autogestión, Flavio Chedid, expresó que resulta preciso «fortalecer las redes internacionales que hemos forjado, manteniendo una fluida comunicación de nuestras actividades locales y prestando atención a la diversidad de personas e iniciativas que confluyeron en ese primer encuentro que efectuamos en el 2019, antes de la pandemia; diversidad que fue a la vez su riqueza».
Asimismo, Chedid detalló que en el momento de la evaluación del siguiente encuentro, tres años luego de la pandemia, «hay que hacer la autocrítica, sobre todo en el plano de no tornar academicistas las exposiciones y espacios de nuestras concertaciones, sino que acentuar sus aspectos prácticos y productivos, y lograr organizar de mejor manera los análisis de coyuntura, entendiendo que en nuestras reuniones acuden participantes de diversos países. La verdad es que no sabemos bien qué es la autogestión, pero sí sabemos que se trata de una práctica. Ello nos puede llevar a formular como desafío la pedagogía de la autogestión».
Por su parte, la dirigenta argentina representante de la economía social y presidenta de la Federación Cooperativismo y Trabajo, Edith Encina, rememoró el IX Encuentro Internacional de La Economía de lxs trabajadorxs que se realizó en Puerto General San Martín, Rosario, entre el 28 y el 30 septiembre pasado.
«Para mí escucharlos ya comporta un aprendizaje», abrió Encina, «esto de la autogestión la comenzamos a transitar en el 2006 en Argentina, cuando nos tomamos la fábrica, sin saber qué era el cooperativismo. No tenemos un manual que diga cuáles son los pasos a seguir. Pero sí vamos dejando huellas en este gran camino que recorremos todos. Ahora bien, en el andar creo que debemos plantearnos y replantearnos qué es lo que queremos nosotros como sociedad».
Edith Encina manifestó que «mientras nos vamos transformando en líderes de la autogestión, a la vez, debemos ser muy críticos respecto de la manera que construimos nuestros proyectos. Claro, nos cuesta que nos reconozcan como sector específico y que nos saquen de la estigmatización de ser una economía de pobres, y por nuestra parte, de una economía de piqueteros, de marcheros, y que no trabajamos, cuando en la realidad estamos todos todos los días trabajando, produciendo y generando puestos de trabajo dignos. El sistema se ha encargado de visibilizar sólo lo malo que hacemos, nunca lo bueno. ¿Qué estamos haciendo incorrectamente a la hora de exhibirnos como sector?».
La dirigenta argentina dijo que «en términos políticos, tenemos muy pocos referentes que están ocupando un espacio institucional. Y cuando lo hacen, pronto olvidan sus raíces y orígenes», y añadió que, «por eso creo que es tan importante la formación. De hecho, tenemos fuertes relaciones con las universidades. La cuestión es que cuando nosotros vamos a las universidades y hacemos alguna exposición frente a estudiantes que están próximos a terminar su carrera y luego les consultamos si alguien piensa en trabajar en nuestros sectores, pues nadie levanta la mano. ¿Cómo vamos visibilizando lo nuestro, tendiendo a igualarnos con el resto de las economías?».
Durante la segunda parte de la inauguración de la EPA, el representante de Trasol, Marcelo Reyes, explicó que la autogestión «es una práctica histórica que está determinada por el contexto en el que le toca desarrollarse. Hoy en Chile nuestro entorno se presenta como ultra neoliberal, por tanto, priman las relaciones competitivas sobre las solidarias y las condiciones en las que se despliegan nuestras unidades productivas se encuentran debilitadas».
«El cooperativismo nunca lo hemos visto como un fin en sí mismo, sino como una herramienta de organización que nos permite contar con una personalidad jurídica y, de ese modo, resultar visibles para el Estado. En ese sentido, vale advertir que existen cooperativas para todos los gustos. Ocurre, por supuesto, que en Trasol nos conducimos tras el horizonte de un tipo de cooperativismo que camina contra las lógicas empresariales y por la transformación de la realidad, y que privilegia las necesidades de las personas sobre la ganancia», aclaró Marcelo Reyes, y puntualizó que «la economía popular para nosotros funciona como un marco de referencia que dibuja nuestra identidad anticapitalista. En otras palabras, cuando hablamos de economía popular queremos decir ‘economía no capitalista’, de manera tal que en su práctica intenta romper con las relaciones de represión, explotación y opresión de unos sobre otros».
«La economía popular y solidaria nos lleva a proyectar un mercado opuesto al capitalista, contrario al mercado del lucro donde hegemonizan agentes monopólicos y cuya tendencia es constituir diversas industrias super concentradas, como pasa en el sistema bancario o el retail. Por tanto, imaginamos un mercado donde no existen actores predominantes; estamos pensando en mercados locales, colaborativos y en los cuales los oferentes y demandantes se sitúan en igualdad de condiciones», expuso Reyes y agregó que, «estas conductas las ubicamos en territorios específicos, en los cuales puedan desarrollarse relaciones comerciales justas».
El integrante de Trasol evocó los comienzos de la organización, centrándose en el estudio colectivo que hicieron de la obra de la economía solidaria de Luis Razzeto, y posteriormente de las visitas a las experiencias de producción autogestionada de Argentina, donde vieron en concreto los empeños del trabajo autónomo.
«Por eso, jamás debemos dejar de reconocernos como trabajadores y parte significativa del movimiento popular, y como aquellos que producimos la riqueza social. El trabajo humano es la base de todo devenir y bienestar», afirmó Reyes y completó que, «de allí surgen nuestras ideas de economías sin patrón, horizontales y colectivas. Entonces formamos la Federación Trasol, porque cada iniciativa autogestionada separadamente de otras, pues tiene un techo muy bajo. Además, precisábamos de la construcción de una identidad, de la creación de una forma distintiva de relacionarnos con el mundo. Ello, sin dudas, nos ha permitido laborar de mejor manera y lograr objetivos asociativos y de crecimiento, como de interlocución con el Estado que de otro modo nos hubiera resultado imposible. Acariciamos el sueño de una red colaborativa de la economía popular y solidaria, donde en un mismo espacio se desenvuelvan cooperativas de trabajo productivo y de servicios, así como redes de abastecimiento alimentario en vínculo directo con los productores; un lugar en el que nos vinculemos asociativamente, y se contemple tanto la cobertura de necesidades básicas como de vivienda y energía».
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