El vocero del Partido Humanista y ex candidato presidencial calificó como un hecho gravísimo y arbitrario el cierre del diario La Nación, agregando que para él claramente ya había una decisión tomada ya desde el comité político de La Moneda, misma que tiene que ver con ir preparando el terreno para un futuro gobierno “que evidentemente no va a ser de la derecha. Y es claro que ellos no están dispuestos a que siga existiendo en Chile algún pequeño espacio de libertad de expresión”.
“No me cabe duda que si esto hubiese sucedido en Venezuela o en otro país, el escándalo que se hubiera armado habría sido gigantesco. La derecha estaría rasgando vestiduras, estaría cacareando por la falta de libertad de prensa, sin embargo acá en Chile hacen y deshacen lo que se les antoja. Esto es muy grave, estamos hablando de un medio de comunicación con 95 años de historia que ha sido importantísimo en distintos momentos del acontecer político y social chileno. Yo aspiro todavía a que la demanda y la exigencia ciudadana permitan que esta estúpida medida no se lleva a cabo”.
¿Cree que a estas alturas un gobierno puede deshacerse de cosas que le pertenecen a todos los chilenos?
«Esto muestra hasta qué punto el actual gobierno no representa las aspiraciones, las demandas y las necesidades del conjunto de la sociedad chilena, sino que sus propios intereses. Claro, desde el punto de vista legal puede hacerlo, cuenta las atribuciones al tener mayoría en el directorio para de un plumazo ordenar el cierre de este diario, cosa que por lo demás ya estaba bastante prevista desde el momento en que eliminó primero la edición impresa y luego dejó una edición electrónica condenada a morir. Entonces, insisto, desde el punto de vista legal, y con ese criterio empresarial con que se mueve este gobierno de empresarios, si, lo puede hacer. Desde el punto de vista de la ética que significa que un gobierno representa al conjunto de la sociedad, evidentemente es inaceptable lo que ha sucedido«.
Licitación del litio
Y en relación a la adjudicación de SOQUIMICH de la primera licitación de contratos para la explotación del litio chileno, Tomás Hirsch fue enfático que tal como se dieron las cosas en cualquier otro país ya se estaría hablando de juicio político.
“Esto en cualquier país serio, democrático, daría motivo para un juicio político, porque estamos ante una situación de absoluto abuso de poder y mal uso de información privilegiada. Porque no sólo se le regala edificios que pertenecen a todos los chilenos al yerno de Pinochet, cumpliendo con quizá qué favores pendientes que habría que averiguar de parte del Presidente de la República hacia la familia Pinochet, sino que además ahí (SOQUIMICH) trabaja, en un alto cargo ejecutivo, el mismísimo hermano del ministro de Minería. Esto en cualquier lugar sería motivo de escándalo y de censura política”.
“Por más que se diga que el ministro se inhabilitó de esta licitación, evidentemente su hermano contaba con información privilegiada en esta licitación, que fue hecha a la medida de SOQUIMICH. Pero digamos, por último, que lo más grave de todo ni siquiera es la empresa que se adjudicó esta licitación, de la cual en algún minuto el Presidente Piñera tuvo acciones (por lo que el conflicto de intereses es mucho más grande aún). El punto más grave es el fondo del asunto, el litio no puede ser entregado en concesión, el litio nos pertenece a todos los chilenos. Aquí se está contraviniendo la ley y lo han hecho de un modo absolutamente torcido, lo han hecho a través de esta licitación que evita entregar la concesión, y eso es un artilugio absolutamente manipulado para regalar a una empresa privada lo que nos pertenece a todos los chilenos”.-