Desde el estallido social hasta convertirse en el actual Presidente de la República de Chile, Gabriel Boric ha cambiado públicamente su postura en muchos temas, traicionando sus propias promesas de campaña y los principios básicos que profesaba su coalición. Siendo todas estas muy mal vistas por la opinión pública, su última voltereta supone un gran peligro para el respeto de los derechos humanos ya que quita responsabilidad al ex Presidente Piñera sobre las graves violaciones a los derechos humanos cometidas en su segundo gobierno.
Durante el estallido social de octubre del 2019, la población de los diferentes territorios de Chile salió a la calle en altos números a manifestarse por mejorías de la calidad de vida en todos los niveles. Si bien el inicio de la revuelta se dio en el contexto de alza de la tarifa del metro en 30 pesos, la consigna se expandió a «no son 30 pesos, son 30 años» refiriéndose a los 30 años de gobiernos post dictadura que no habían hecho más que ahondar los estragos que el neoliberalismo instaló en los 80’s.
A este levantamiento popular, el Estado y sus fuerzas represivas respondieron con suma brutalidad. Las protestas fueron reprimidas con gas, químicos, agua contaminada, balas, perdigones, atropellos, bombas lacrimógenas disparadas al rostro. Según estadísticas del Instituto Nacional de Derechos Humanos se registraron más de cuarenta muertos, más de mil setecientos heridos. Dentro de los heridos, más cuatrocientas personas sufrieron daños oculares, convirtiendo algunos de estos casos en pérdidas parciales y/o totales de la visión.
A propósito de este escenario, el entonces diputado por Magallanes Gabriel Boric envió un contundente mensaje al entonces Presidente Sebastian Piñera: «Señor Piñera, está avisado, se le va a juzgar por las graves violaciones a los DD.HH. cometidas bajo su mandato» ( El Mostrador, 22 de septiembre, 2021) sin embargo, desde que asumió la presidencia no se han hecho gestiones para perseguir al ex Presidente ni a otros responsables, incluso, el general de Carabineros Ricardo Yañez continuó en su cargo siendo esto ampliamente cuestionado por organismos de derechos humanos.
Yendo aún más lejos, Boric ha hecho durante el mes de septiembre del 2023 dos declaraciones altamente problemáticas, a corto y largo plazo. La primera fue decir «estoy convencido, y no tengo ninguna duda, de que el Presidente Piñera es un demócrata» en un programa televisivo (Megavision el 8 de septiembre) ya que este había accedido a firmar una declaración a favor del respeto a la democracia. Las criticas a estas declaraciones no se dejaron esperar, diferentes medios expusieron la contradicción de Boric, provocando respuestas desde el oficialismo que evidenciaban aún más la paradoja que presentan estos dichos.
Haciendo más grave su falta, posteriormente Boric declaró “No creo que Piñera haya ordenado específicamente algún tipo de violación a los derechos humanos” ( La Tercera, 10 de septiembre), añadiendo que era la justicia la que tenía que determinarlo, pero al expresar su opinión como Presidente de la República, su voz tiene tribuna y desde ahí poder. La gravedad de sus dichos radica en que niegan que los altos mandos, incluso el Presidente de la República, tienen responsabilidad en lo que pasa durante su mandato, especialmente porque las fuerzas de orden no son independientes, sino que dependen del gobierno.
Decir esto justo en días cercanos a la conmemoración de 50 años del golpe de Estado da una mala señal cuando se pide que, incluso los partidos políticos que apoyaron este golpe asuman responsabilidad política.
Los actos de conmenoración de los 50 años se llenaron de la consigna de «nunca más», sin embargo las manifestaciones fueron severamente reprimidas por la policía. Diferentes organizaciones reportaron brutalidad policíaca el día 10 de septiembre en la tradicional romería al Cementerio General, donde se encuentra el memorial a las y los detenidos desaparecidos durante la dictadura entre otros sitios emblemáticos, como el Patio 29. El día 11 de septiembre en la noche se registró una nueva víctima de trauma ocular producto de un perdigón lanzado desde un carro lanzagases de Carabineros, según informó el Canal 3 de la Victoria. ¿Será que en esa conmemoración solo se reconocen como tales las violaciones a los derechos humanos cometidos bajo el mando de Augusto Pinochet?.
No se puede ni debe relativizar la responsabilidad que cada persona tiene cuando de violaciones de derechos humanos se trata, esto deja la puerta abierta para que estas vuelvan a suceder. Crear leyes, perseguir a los culpables, que se les juzgue y paguen por sus crímenes es la única garantía de no repetición. «Nunca más» no puede ser solo una pancarta en un país donde se registran aproximadamente 47.000 victimas de violencia de Estado entre 1973 y 1989, tampoco se puede hacer distinción en relación a crímenes de lesa humanidad según cuando fueron cometidas. Nunca más debe significar nunca más.