Tras el referéndum constitucional del 30 de abril, el presidente de Uzbekistán, Shavkat Mirziyoyev, anunció elecciones anticipadas, dadas las reformas a la ley electoral como consecuencia de las reformas constitucionales. Así, el domingo 9 de julio, tuvo lugar la jornada electoral.
Alrededor de veinte millones de electores fueron llamados a las urnas, la jornada transcurrió sin incidentes y a las tres horas del inicio de la jornada el porcentaje de votos había superado el 33%, porcentaje necesario para considerarlas válidas, de acuerdo con la ley electoral del país y las modificaciones surgidas del nuevo texto constitucional aprobado por una amplísima mayoría hace un par de meses atrás. De acuerdo con estas reformas, el parlamento de amplía y fortalece sus poderes pero también se amplía el mandato presidencial que ahora es de 7 años. Mirziyoyev se presentó nuevamente como candidato y, según las encuestas que circularon días atrás, será electo nuevamente e iría a su tercer período, con posibilidad de reelección para un cuarto. Su mandato comenzó en 2016, fue reelegido en 2021, ha llamado anticipadamente a estas elecciones y, de resultar el más votado, iniciará un tercero.
Las otras candidaturas en juego son del Partido Democrático Popular, el Ecologista y e Adolat. El centro de la campaña del actual presidente ha sido un programa social enfocado en el fortalecimiento del sistema educativo y su articulación con alimentación escolar, movilización de estudiantes y cobertura en las zonas más alejadas del país. Cabe destacar que Uzbekistán presenta, como pocos países, un aumento del 5.7 % del PIB, con tendencia al aumento, condición que lógicamente le da ventaja a Mirzyoyev en la carrera presidencial.
El proceso electoral contó con 971 observadores, buena parte de ellos de organismos internacionales y con una cobertura de prensa que ha destacado más de dos mil periodistas a lo largo y ancho del territorio nacional. Al momento de cierre de la jornada y aún sin datos oficiales, la victoria de Mirzyoyev parecía segura.