Los que lograron salir con vida de la matanza cuentan que los terroristas les invitaban a salir de la universidad para después dispararlos.
La salida de Garissa de los estudiantes que sobrevivieron estaba planeada a primera hora de la mañana, pero se ha retrasado porque seguían encontrando a jóvenes escondidos en uno de los edificios del campus.
María Ferreiras (GuinGuinBali) para Desalambre
En un momento del ataque en la Universidad de Garissa, cuentan los supervivientes, los terroristas invitaron a los rehenes a abandonar el campus. Cuando varios de ellos lo fueron a hacer, los acribillaron a balas. «¿Dónde está tu gobierno ahora?», preguntaban los pistoleros a los estudiantes. Durante la mañana de este sábado han aparecido más estudiantes que permanecían escondidos 48 horas después del atentado.
Es sábado por la mañana y después de dos días cerrados a cal y canto, los comercios de Garissa vuelven a abrir. Se trata de una falsa tranquilidad la que intentan retomar sus habitantes. La conmoción va por dentro. Han llegado medios internacionales, como BBC y Al Jazeera. Los estudiantes que sobrevivieron al ataque vuelven al lugar del crimen, a la Universidad para recoger sus pertenencias. Los militares creen que hay más estudiantes escondidos. Esta misma mañana ha aparecido un estudiante más, que dice haber sobrevivido porque se hizo el muerto, asegura que fue el único que sobrevivió de su habitación antes de entrar malherido y en estado de shock en el autobús que lo conducirá a Nairobi.
Cuenta que durante varias horas se hizo el muerto, respirando con levedad, hasta que vio que el movimiento había cesado. Entonces, se escondió hasta esta mañana, más de 48 horas después, hasta que le encontraron, asustado. Fue el último en subir al autobús y lo hizo con ayuda de un médico. Los habitantes de Garissa se han acercado, consternados, a despedir a los jóvenes que sobrevivieron al tiroteo. Los estudiantes que abandonaban la ciudad señalaban, mientras montaban en los autobuses, que no querían volver a Garissa.
Kevin es uno de los supervivientes. Asegura que «esto no va a tener repercusión porque no han matado a ningún blanco» y añadió que «el enemigo igual no está en Kenia, está fuera». Aún en estado de shock después de lo vivido pide que les dejen «vivir en paz». Los estudiantes que siguen con vida comienzan a contar lo vivido que tiene tintes de sadismo. Cuentan que «los terroristas jugaron psicológicamente con nosotros». En un momento, aseguran, los pistoleros les dijeron a algunos de los rehenes que si querían podían abandonar la universidad. Varios de ellos lo intentaron, porque al hacerlo, fueron acribillados a tiros. «Estuvieron bromeando mientras mataban a nuestros compañeros», dicen. «¿Dónde está tu gobierno ahora, dónde está la policía, dónde están los guardias de seguridad?», les preguntaban a los rehenes.
Los estudiantes que se quedan en Garissa forman corros. En ellos hablan del atentado y subrayan que «no tiene que ver con los musulmanes, no se puede generalizar, pero va a ser inevitable». Y añaden «Al Shabaab no existe solo cuando mata, están controlando zonas importantes de Kenia». Y además juegan un rol importante en la economía y en la supervivencia de algunas aldeas.
Fuentes locales mantienen que informantes de Al Shabaab aseguran que aún hay amenaza. Los estudiantes que sobrevivieron llenan varios autobuses. La salida estaba planeada para las primeras horas del día, pero se fue retrasando porque seguían encontrando a estudiantes que estaban escondidos en uno de los edificios del campus. Nathif J Adam, gobernador de Garissa, estuvo esta mañana en la base militar de la ciudad. Ha asegurado que «esto no es una guerra contra los musulmanes, es una guerra contra el terrorismo».
La impresión en este momento es que, en cuanto los medios de comunicación y la ayuda de emergencia abandonen la ciudad, Garissa se acabó.