He observado que la civilización patriarcal tiene una mirada lógica y desde lo racional evalúa toda la existencia humana. Una de las formas de representación simbólica del poder patriarcal está relacionada con el uso del lenguaje masculino, nuestro léxico está construido desde una perspectiva jerárquica y dominante. Los bandos están bien delimitados. Nuestras vidas bien compartimentadas. Nuestras existencias bien individualistas. De esta manera, nos olvidamos de lo esencial, de lo humano en este mundo “razonable”.
La mirada feminista es una nueva forma de mirar el mundo, una lente distinta que focaliza de otras maneras, pensando desde afuera de las reglas impuestas. También podemos sumar nuevas lentes gracias a las miradas ecológicas, las nuevas manifestaciones de la espiritualidad, las cuales constituyen modos más abiertos, menos estructurados o rigurosos, con límites más flexibles. Existen y construyen realidades subjetivas, aunque no sean tomadas en cuenta o aceptadas, a mi entender porque este nuevo conocimiento se desarrolla desde un horizonte abierto, entre tensiones, dificultades, errores y caos.
Es posible la reflexión permanente, cambiar los puntos de vista si es necesario, con más flexibilidad en los planteos y en el accionar, feminismos articulados con otras luchas, con reciprocidad, con discusiones, para finalmente hacer un proyecto conjunto donde estén todas. En esta civilización individualista, mirar desde las situaciones de las otras es un cambio importante.
Entonces se ve el futuro desde este siglo XXI, en vez de interpretarlo desde la mirada del siglo XX. Existe otro dibujo del mapa del futuro. El estado de cosas ha cambiado y permanecer “viéndolo con ojos antiguos nos trae más desprotección que amparo”. La “dueñidad” de los puntos de vista es vieja. Con estas nuevas lentes es desde donde se pueden ver fenómenos sociales y humanos diferentes.
En este nuevo mundo no estamos confrontando desde una pelea estéril, de dos bandos en puja, anestesiados, sin sentido como en el mundo patriarcal; estamos ante un cambio de conciencia, donde todas y todos intervenimos aceptando los nuevos puntos de vista.
Vivimos con mitos patriarcales de violencia, muerte y competencias entre supuestos dioses; no están cristalizados, podemos apropiarnos y transformarlos. Para accionar sobre un cambio civilizatorio tenemos que crear nuevos mitos de compasión, cooperación sin jerarquías eclesiásticas de ningún tipo. Una nueva civilización planetaria está naciendo, un nuevo mito será necesario para ella.
No tenemos que esperar los tiempos naturales de la historia, tenemos que acelerarlos; nada de tiempo al tiempo, el tiempo natural histórico no da para que lo podamos vivir, aceleremos todo. Juntémonos, organicémonos, seguro que habrá algunos puntos en los que no coincidamos; pero como nunca en la historia de la humanidad, somos millones en todo el planeta que queremos esta transformación. Hagámosla ahora.
Referencias y fuentes bibliográficas
Interruqciones, Val Flores
Luz en lo Oscuro, Gloria E. Anzaldúa
Las estructuras elementales de la violencia, Rita Segato
Conferencia Internacional Dra., Marcela Lagard: “Claves feministas para erradicar la violencia feminicida”.
Obras completas I y II, Silo
Además, traigo conmigo una experiencia de vida humanista, psicológica, espiritual, de activismo político y social donde mi trabajo fue crítico a este sistema para poder desarmar las creencias culturales impuestas como naturales. Esa es y fue una tarea diaria con el mundo y con nosotros/as mismos/as. Creo que vengo para atreverme a escribir sin haber pasado por los métodos academicistas y habiéndome capacitado desde un aprendizaje/enseñanza no formal donde el ser humano es el valor central.