Con base en el trabajo recogido en la cartografía “Bogotá, ciudad memoria”, la exposición “Resisto, luego existo” ofrece una panorámica de las luchas y las resistencias de los últimos ochenta años de la historia de Colombia.
Publicado: El Mundo Obrero
La exposición es una muestra viva porque su contenido irá variando con el tiempo para abarcar “todos los hechos y procesos del proyecto”, en palabras de José Antequera, director del Centro de Memoria, Paz y Reconciliación (CMPR) de Bogotá donde está instalada y cuya inauguración tuvo lugar el 24 de marzo de 2023.
En el mapa de resistencia de Bogotá que da pie a esta muestra se recogen 91 puntos de memoria sobre hechos que atentaron contra las libertades y los derechos civiles, y de las víctimas que han ido quedando en el camino, cuya finalidad es colaborar en la construcción de nuevas memorias y nuevas ciudadanías para luchar contra el silencio y el olvido.
La exposición es una visita obligada, tanto desde el punto de vista histórico como desde el pedagógico, para conocer y constatar toda la vida y toda la muerte que siembran los territorios colombianos junto a todas las luchas, las esperanzas y las resistencias que han permitido a sus gentes sobrevivir y seguir aferrándose a sus tierras y a su existencia.
La entrada abre con los medios como grandes protagonistas, con láminas extendidas en el suelo que reproducen noticias sobre hechos destacados de la historia reciente y con algunos espacios en negro como un llamado de atención a esa censura mediática que ignora o no cuenta aquello que pueda afectar directamente los intereses de las corporaciones que los financian o los poderes que los gobiernan.
Ordenada como un recorrido laberíntico por las violencias y las resistencias, que otra cosa es la historia de Colombia sino un resistente laberinto, la sala ofrece diez etapas que inician con una pregunta, “¿Qué es lo memorable?”, y que incluyen “Voces del presente”, “Por la paz y la democracia”, “Resisto, luego existo” (de las víctimas cuya resistencia merece ser valorada y escuchada), “En defensa del territorio”, “Resisto por amor a…”, “Los éxodos que nos construyen”, “Vestigios”, “Causa común” y “Bogotá, ciudad memoria”, dejando abierta una salida esperanzada hacia la paz.
Un panel recoge la línea del tiempo, elaborada por el sociólogo y periodista Alfredo Molano y que figura como parte de sus aportes al trabajo que llevó a cabo como miembro de la Comisión de la Verdad, con seis períodos que van desde 1944 hasta 2019 (año de su fallecimiento), con algunas notas añadidas por el propio CMPR, y una etapa por escribir desde 2020 hasta 2035 que esperemos que quede registrada solamente con tinta y no con sangre. Curiosamente, el cronograma no incluye el año 1991 en el que se aprobó la actual Constitución Política de Colombia.
Con esta exposición el Centro de Memoria no pretende, en palabras de su director “contar un relato final sobre lo que ocurrió en el conflicto, sino que es una exposición que ha sido construida para que todo sea dialogado”. La idea no es que se contemple la historia de manera estática, sino que “haya conversación pública” sobre todo lo expuesto en ella.
Colombia, un país que existe porque resiste, tiene en esta muestra un guiño, tan explícito como simbólico, a la necesidad de hacer memoria de sus víctimas y de sus luchas sociales, de sus sueños de democracia y de paz. Una memoria que es un “mapa por armar”, indispensable para poder labrarse un futuro de vida digna.
Cuando se acerca el 9 de abril, en el que se cumplirán 75 años del asesinato del líder político liberal Jorge Eliécer Gaitán y se celebrará un nuevo Día Nacional de la Memoria y la Solidaridad con las Víctimas del conflicto armado, es inexcusable visitar la exposición “Resisto, luego existo” para entender la historia de este país, sus realidades y los deseos de su ciudadanía por construir una nueva Colombia a partir de todas las narrativas que la constituyen, de todas sus memorias.