Desde la Red Humanista de Noticias de Salud REHUNO Salud ponemos en marcha un lugar de intercambio donde encontramos una nueva mirada sobre la vida cotidiana basada en una psicología experiencial y existencial (la Psicología del Nuevo Humanismo), y que da unas propuestas concretas de trabajo personal para llegar a un sentido pleno de nuestra existencia y a una vida libre de sufrimientos innecesarios. No es, por tanto, una psicología terapéutica ni que trate sobre ninguna patología, sino que va dirigida a cualquier persona que quiera comprenderse a sí misma y tener herramientas, si así lo desea, para iniciar un cambio positivo en su vida. El bienestar psicológico es sin duda una de las bases de la salud integral, por ello es un aspecto al que hay que atender.

Te invitamos a poner en práctica estas propuestas y también a que te comuniques con nosotros y nos cuentes tu experiencia. ¡Escríbenos!

Por Jordi Jiménez

Reconozcamos que el mundo de las relaciones de pareja es un poco lioso. Al estar en juego las emociones, con sus pasiones intensas, con sus deseos, sus temores a la pérdida (ver artículo sobre la posesión) y con todo lo que ello produce en todos los aparatos del psiquismo humano, es difícil tener la cabeza fría y clara para comprender la situación en la que pueda estar con respecto a las relaciones de pareja.

Así que hoy vamos a intentar mostrar un método breve y sencillo para estudiar, para analizar las relaciones y tratar así de desenredar la madeja. Partiremos de una hipótesis que luego, cada uno, verá hasta qué punto se cumple o no. En todo caso, nos servirá para “ordenar” un poco las situaciones que se puedan dar en este tema.

Luego desarrollaremos cada punto, pero para empezar los mencionaremos de forma sintética. La hipótesis es que para que una relación de pareja sea sólida y duradera se tienen que dar tres condiciones:

  •       Existir una química corporal entre los dos componentes (ámbito menor)
  •       Darse una mínima afinidad en el estilo de vida cotidiana (ámbito medio)
  •       Producirse una cierta coincidencia en la dirección y proyecto de vida (ámbito mayor)

Si se da una sola de las condiciones o dos de ellas puede existir una relación, incluso una buena relación, pero será difícil (no imposible) que sea duradera en el largo plazo. Otro punto a tener en cuenta es que estas condiciones no tienen que darse en este orden necesariamente. Ahora desarrollemos cada punto.

Química corporal entre los dos componentes

A la primera condición podríamos haberla llamado “física corporal”, porque esa química que se suele decir que hay entre dos personas es un registro muy físico de atracción hacia la otra persona, o mejor dicho, hacia el cuerpo de la otra persona. Puede darse en distintas formas: producir alteraciones emotivas y vegetativas (ver el cirucito enérgetico y los centros de respuesta), producir una distensión profunda, una calma y una confianza total, o producir ambas cosas según el momento.

Seguramente habrá muchos otros tipos de reacciones, pero en todo caso, hay una reacción física a la presencia corporal de la otra persona. Todos sabemos que, si la otra persona no produce en mi cuerpo ninguna reacción, o al revés, un cierto rechazo, es difícil que se dé una relación íntima. Esta química, como tantas cosas, tendrá diferentes grados de intensidad.

No es como un botón ON/OFF (hay química o no la hay), sino que es como el volumen de un audio, puede estar más alto o más bajo. Esta intensidad será la que condicionará la relación desde el inicio. También es cierto que esta química puede darse después de un tiempo de conocerse, no necesariamente al principio, pero cuando se produce la relación amorosa tiene que estar presente en algún grado. No es mucho lo que se puede hacer para favorecer esta atracción, ya que es algo muy mecánico relacionado con nuestros sistemas vegetativos y su juego de compensaciones. Esta es la condición del ámbito menor, de la compositiva de la relación.

 

Afinidad en el estilo de vida

A la afinidad en el estilo de vida y la forma de encajar las cosas de la vida cotidiana entre los dos miembros de la pareja, hay que añadir otros elementos importantes de este plano medio. Uno de ellos es la relación que cada uno establece con familiares y amigos del otro miembro de la pareja. Esos ámbitos de relación son importantes para cada uno y si la pareja no establece buenas relaciones con mis amigos-familiares o al revés, todos sabemos que la cosa se complica. Esto, por supuesto, no impide que se dé y se mantenga una relación duradera, sólo lo complica. Pero sabiendo que esto es así, tenemos una clave para intencionar, para construir una relación más sólida mejorando las relaciones con los ámbitos inmediatos de la otra persona.

En cuanto al estilo de vida, puede haber multitud de combinaciones posibles que permitan encajar el día a día (gustos, aficiones, actividades, lugares, horarios, etc.), pero la idea es que tiene que haber una cierta coincidencia en todos esos elementos, un cierto encaje. No estamos hablando de blancos y negros, coincide o no coincide, sino de múltiples combinaciones posibles que permitan cierta armonía cotidiana. Aquí también es mucho lo que se puede intencionar para mejorar la relación con la mirada puesta en adaptarse mutuamente hasta cierto punto para lograr ese encaje. Esto tiene que ver con el ámbito medio, con el ámbito de las relaciones entre la pareja y su entorno cotidiano.

Proyecto vital

Y, por último, tenemos en cuenta el proyecto vital, la filosofía de vida, la dirección. Hacia dónde se dirige mi vida, hacia dónde apunta, y hacia dónde apunta la vida de mi pareja. Este es un tema que no se suele tener muy en cuenta porque se impone lo más próximo, lo cercano, lo que se percibe. Es decir, si hay atracción física y afinidad en lo cotidiano, la dirección a largo plazo es algo lejano, algo que no se ve fácilmente y que sólo muestra sus efectos, precisamente, a largo plazo. Muchas parejas se dan cuenta de que hay disparidad de proyectos de vida con el tiempo y se replantean su continuidad entonces. Este es el ámbito mayor de las relaciones. Como ocurre con los otros, la no coincidencia en este ámbito no impide necesariamente la relación a largo plazo, pero en función de si hay grandes o pequeñas diferencias será más o menos complicado encajarlo.

Y esto es todo. Con este sencillo análisis se pretende simplemente poner un poco de orden en algunos aspectos de las relaciones más complejas como son las de pareja. Es cierto que hay personas que ponen demasiada «cabeza» en las relaciones y eso tampoco ayuda a comprender lo que ocurre, de la misma forma que no poner nada de cabeza en ellas y tener una sensación de confusión y no saber qué ocurre. Los extremos siempre complican todo. Lo mejor es una sana mezcla de corazón, cabeza y acción donde los tres términos funcionen en una misma dirección, es decir, de manera coherente.

Esperemos que os sea de utilidad. Podéis escribirnos para contarnos al mail rehuno.salud@gmail.com