Luego de siete años de controversias y distancias entre Irán y Arabia Saudí, se anunció oficialmente que ambas naciones han acordado restablecer sus relaciones diplomáticas.
Se ha conseguido esta acuerdo gracias a las gestiones auspiciadoras de China, que facilitaron la firma el viernes pasado en Beijing, terminando así con las largas disputas entre estos dos países, que ahora se disponen a reabrir sus embajadas en el plazo de dos meses.
El secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán, Ali Shamkhani, representante de Teherán en los acuerdos, señaló: “Al final de las conversaciones, llegamos a una conclusión, [es necesario] comenzar un nuevo capítulo después de siete años de ruptura de relaciones entre la República Islámica de Irán y Arabia Saudí, así como considerar los asuntos de ambos países y la seguridad y el futuro de la región, para evitar la intromisión de países de otras regiones y de Occidente, y la intromisión permanente del régimen sionista en la región”.
La noticia se produce en un momento en el que se experimentan crecientes tensiones entre Washington y Teherán, y también Washington y Beijing.
El gobierno norteamericano aplaudió con cautela el acuerdo y sostuvo que esto no es una señal de una creciente influencia china a nivel global, mientras el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional estadounidense, John Kirby, declaró que los Estados Unidos no se “retirarían” de Medio Oriente.