Si se rompe el tratado bilateral Start III, tanto Estados Unidos como Rusia pueden incrementar sus arsenales nucleares.
Por Tica Font en elsaltodiario
En el discurso del estado de la nación del presidente Putin del 21 de febrero, este acuso a Estados Unidos y la OTAN de buscar el objetivo de la derrota de Rusia en Ucrania y aseguro que nada frenará la guerra hasta llegar a la victoria final ya que la “verdad está con nosotros” y que Ucrania “es territorio histórico de Rusia”: “Rusia defiende su casa”. El mismo martes en un discurso desafiante de Biden en Polonia, afirmó que “Ucrania nunca será una victoria para Rusia”, reafirmó la unidad de la OTAN y llamó “dictador” a Putin y prometió que continuaría con la ayuda militar a Ucrania.
Lo más relevante fue el anuncio por parte de Putin de la suspensión del último acuerdo en vigor para el control de las armas nucleares Rusia- Estados Unidos.
Es muy preocupante el anuncio de suspensión unilateral del Tratado de Reducción de Armas Estratégicas, conocido como Nuevo Start o Start III, Putin afirmó que Rusia debe estar dispuesta a reanudar las pruebas de armas nucleares si Estados Unidos lo hace primero; por otra parte este enero el gobierno de Biden señaló que Rusia violó el tratado al negarse a permitir las inspecciones por parte de Estados Unidos. Todo ello en un escenario muy marcado por la amenaza del uso de armas nucleares en suelo europeo.
El tratado Nuevo Start, que entró en vigor en 2011, establece un límite al numero de 1.550 ojivas nucleares, a ambos para que puedan ser desplegadas, y también limita el número de lanzaderas de misiles intercontinentales, lanzaderas submarinas y bombarderos pesados equipados con armamento nuclear. Al mismo tiempo que contempla garantías de inspecciones y transparencia.
Estas navidades Estados Unidos ha empezado a sustituir su armamento nuclear situado en suelo europeo por otro más moderno. Está reemplazando las bombas termonucleares B61-3, B61-4 y B61-7 por las B61-12
China ha demostrado que está modernizando rápidamente su fuerza nuclear añadiendo más y “mejores” misiles balísticos intercontinentales (ICBM) y múltiples vehículos de reentrada con orientación independiente. También se informa que está construyendo unos 300 nuevos silos.
Corea del Norte ha llevado a cabo seis pruebas nucleares subterráneas entre 2006 y 2017, lo que confirma que dispone de armas nucleares de diversa potencia, al tiempo que trabaja con los misiles balístico, crucero e hipersónicos; en octubre 2022 realizó pruebas con misiles de alcance intercontinental.
India es el país que ha incrementado su arsenal en las últimas dos décadas; la modernización la centra en desarrollar nuevos vehículos de más largo alcance como seis submarinos de propulsión nuclear, aviones y misiles móviles. También está trabajando con un modelo de misil hipersónico.
Se calcula que en los últimos 20 años Pakistán ha pasado de tener 14 ojivas a tener 165 ojivas. El país dispone de varios sistemas balísticos. Su industria se ha centrado en la capacidad de fabricación de plutonio y armas más ligeras y compactas que se pueden lanzar desde misiles o submarinos.
Israel tiene una tríada nuclear formada por sus submarinos, aviones modificados y misiles. La modernización se centra en sustituir aviones, adquirir un submarino más de capacidad de “segundo ataque”.
Francia ha completado recientemente el despliegue de una nueva clase de submarinos y aviones de misiles balísticos y un nuevo misil de crucero lanzado por aire; también ha iniciado el programa para desarrollar un misil submarino balístico nuclear de tercera generación.
Rusia mantiene y moderniza la tríada estratégica de misiles intercontinentales terrestres, submarinos con misiles balísticos arrojados al mar y bombarderos de largo alcance. El programa de modernización incluye una serie de sistemas de entrega no tradicionales, como un vehículo planeador hipersónico, un misil de crucero de propulsión nuclear y un vehículo submarino de propulsión nuclear. En la última década ha iniciado un programa para construir una red de radares y sustituir a los satélites de alerta temprana.
El Reino Unido sigue impulsando su programa para sustituir a sus submarinos de propulsión nuclear dotados de misiles nucleares. Apuesta por una nueva generación de ojivas, basada en tecnología de Estados Unidos, que sustituirá a las anteriores.
Llevamos casi ocho décadas con capacidad de destruir toda la vida en el planeta, derrochando recursos humanos, científicos, económicos y ambientales
En este sentido, estas navidades Estados Unidos ha empezado a sustituir su armamento nuclear situado en suelo europeo por otro más moderno. Está reemplazando las bombas termonucleares B61-3, B61-4 y B61-7 por las B61-12, que ha pasado a ser la principal arma nuclear de empleo aéreo de los Estados Unidos y la OTAN. Se trata de una bomba de caída libre dotada de sistemas de navegación de última generación y una cabeza nuclear versátil que se puede configurar en cuatro potencias, 0,3 kt, 1,5 kt, 10 kt y 50 kilotones en función del objetivo, convirtiéndola en un arma de bajo o medio rendimiento. Este tipo de armas se las denomina de “primer golpe”. Estas nuevas armas nucleares sustituirán a las existentes en suelo de Bélgica, Países Bajos, Italia, Alemania y Turquía. Pero Washington ha anunciado que también las desplegará en territorio de Reino Unido.
Todo este despliegue de armas nucleares norteamericanas representa una violación del Tratado de No proliferación (TNP). El TNP prohíbe que los Estados Parte nucleares transfieran armas nucleares a ningún otro estado y prohíbe a los Estado Parte no nucleares recibir armas de este tipo, así como fabricarlas o adquirirlas.
Llevamos casi ocho décadas con capacidad de destruir toda la vida en el planeta, derrochando recursos humanos, científicos, económicos y ambientales. En la cumbre de la OTAN los Estados miembros llegaron a un acuerdo para invertir en tecnología y actualizar el armamento nuclear. En la Cop 27 los líderes mundiales no llegaron a compromisos para llevar a cabo las acciones necesarias para mantener la vida en la Tierra, demostrando otra vez su prioridad irracional de mantener la capacidad de destrucción frente a la prioridad de mantener la vida de las personas y el planeta.