En medio de la algarabía que producía un grupo de tamborileros se inició este sábado, la Marcha de las Putas Ecuador que por cuarto año consecutivo usó las calles para rechazar la violencia de género y el machismo y defender los derechos y las opciones sexuales y afectivas sin discriminación.
Mujeres, hombres, gais, lesbianas, transexuales, madres, padres, estudiantes, ciclistas y otros ciudadanos se reunieron en el arco de La Circasiana en el Parque El Ejido y recorrieron las calles hasta concentrarse en la plaza Foch, al norte de la ciudad.
Creativas consignas fueron escritas en carteles que portaban los manifestantes: ”Yo decido con quien me visto y con quién me desvisto”, “Soy puta no sumisa», “Mi cuerpo, mis reglas», eran algunos de los mensajes de la Marcha de las Putas, que usa la palabra tradicionalmente asociada a prostitutas, para provocar el debate en torno a las estigmatizaciones, discriminaciones y violencia de género.
En la marcha no solo participaron mujeres feministas, también mujeres que han sufrido algún tipo de violencia, hombres contrarios a esa conducta, transexuales que luchan contra la discriminación, madres adolescentes que están «hartas» de que la sociedad las estigmatice y familias enteras que piden libertad de pensamiento.
Un grupo de estudiantes de la universidad San Francisco de Quito se unió a la marcha para expresar su rechazo a la violencia de género ya sea sexual, afectiva, psicológica, física o económica. La agrupación se vistió de blanco como señal de la paz y amordazaron sus bocas para mostrar que las mujeres no deben estar calladas ante el abuso.
Ana Almeida, una de las organizadoras de la marcha, dijo que lo importante es que cada vez más gente se concientiza y más hombres se unen a esta lucha. “Esta no es una marcha de mujeres contra hombres sino de mujeres, hombres y personas de la diversidad que le decimos no a la violencia”, afirmó.
Uno de los temas principales que se abordó este año fue la oposición al Plan Familia Ecuador que impulsa el gobierno. Muchas de las mujeres consideran que esta estrategia se basa en la moral y no en la salud pública, pues uno de las estrategias del plan es la abstinencia aunque el gobierno ha aclarado que esa es una opción como otras y que los jóvenes deben recibir toda la información disponible para tomar decisiones sobre su vida sexual. El plan busca reducir los embarazos de adolescentes.
Almeida dijo que se oponían abiertamente al plan porque “creemos que una política de este tipo no puede controlar el cuerpo de las mujeres ni pensar ni decir que somos incapaces y somos las únicas responsables de la problemática del embarazo adolescente”.
En la marcha también participó Margarita Carranco de la Secretaría de Inclusión del Municipio de Quito. “Estas iniciativas transgresoras buscan desnaturalizar el machismo, la xenofobia, la homofobia. El tema del manejo de nuestros cuerpos nos corresponde a nosotros no al Estado. A ellos les toca facilitar caminos para que nuestros derechos sexuales y reproductivos sean considerados”, dijo.
El número de asistentes creció mientras avanzaba la marcha por la calle Juan León Mera y los mensajes contra la violencia se multiplicaron.
La fiesta se encendió cuando la gente llegó a la plaza Foch a las 18:00. Allí tuvo lugar el Festival Emputado 2015 donde se presentó la hiphopera ecuatoriana Black Mama y la española Furia Soprano. Estaba previsto que el festival se extienda hasta las 22:00.
La Marcha de las Putas es una expresión callejera que nació en 2011 en Canadá como respuesta a los comentarios machistas del policía canadiense, Michael Sanguinetti, quien en una conferencia sobre seguridad civil aseguró que las mujeres deberían evitar vestirse «como putas» si no quieren ser víctimas de violencia sexual.
Un grupo de mujeres reaccionó con indignación y quienes iniciaron las marchas que se extendieron rápidamente en Estados Unidos, Reino Unido, Australia, India, México, Argentina, Colombia, Costa Rica, Perú y Uruguay. La marcha llegó al Ecuador en 2012.
Según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), en el país seis de cada 10 mujeres ha sufrido algún tipo de violencia de género y una de cada cuatro violencia sexual. El tipo de violencia más común es la psicológica con el 53,9% .