Escala Humana es el título de la exposición de los artistas de Cuba, Yoan Capote, y de Italia, Michelangelo Pistoletto, que expone hoy la galería Arte Continua de esta capital.
La muestra propone un diálogo entre Pistoletto (Biella, 1933), una de las principales figuras del arte italiano, y Capote (Pinar del Río, 1977), destacado creador cubano.
Según los organizadores de la exhibición, este encuentro generacional incluye piezas paradigmáticas del artista italiano que se han expuesto en varias partes del mundo, con obras anteriores y recientes del artista cubano, hechas específicamente para esta exposición en un intercambio único con las piezas de Pistoletto.
La obra del creador italiano, uno de los más célebres exponentes de la corriente denominada “arte povera” (arte pobre), se caracteriza por la incorporación de materiales de la vida cotidiana como la madera, hojas, rocas, placas de plomo o cristal y vegetales, e incluso desechos, y por su mirada crítica a las sociedades de consumo.
En mayo de 2015, el artista y teórico llevó la performance Paraíso a la duodécima Bienal de Artes Plásticas de La Habana y recibió el título honoris causa de la Universidad de las Artes de Cuba.
Su primera exposición personal en la isla fue en noviembre de 2016 en el Museo Nacional de Bellas Artes capitalino, muestra que definió como de las más trascendentales de su carrera, con piezas pertenecientes a los inicios de su actividad creadora como Autorretrato plateado, Objetos Sustraídos, y Venus de los trapos.
En 2017, Pistoletto presentó en el Parque Metropolitano de esta capital la exposición Tercer paraíso, un laboratorio de arte responsable, junto a los artistas cubanos Juan Sandoval, Alejandro Vásquez, Mariangela Aponte, Savina Tarsitano, Juan Carlos Rodríguez, Byrom Coto y Rayner Pantoja.
El reconocido creador cuenta con obras en museos de arte y galerías contemporáneas de todo el mundo, entre ellas la Tate Gallery de Londres y el español Museo Reina Sofía, en Madrid.
Capote comenzó a trabajar a fines de los noventa y sus obras comparten ciertas cualidades comunes a algunos creadores ya establecidos en esos años y a otros que la crítica actual está llamando “generación 00”, opinó la crítica de arte cubana Corina Matamoros.
“Me refiero a que esgrime un tranquilo desentendimiento sobre los asuntos de la identidad y la pertenencia, las que han sido, sin lugar a dudas, notablemente importantes para la cultura insular”, señaló.
El artista cubano recibió una beca del Vermont Studio Center (2002), una residencia de la Brownstone Foundation en París (2003), un premio de la Pollock-Krasner Foundation en Nueva York (2005) y una beca de la John Simon Guggenheim Memorial Foundation en Nueva York (2006).
Su obra también fue protagonista de dos exposiciones en solitario en Nueva York (2004, 2010 y 2013) y Zurich (2006), además de que ha formado parte de exposiciones colectivas en Italia, Portugal, Sudáfrica, Grecia y Cuba.