En un esfuerzo conjunto de las organizaciones del Foro de Comunicación por la Integración de NuestrAmérica, del cual Pressenza participa activamente, se llevó adelante una amplia e interesante entrevista a Ana Ester Ceceña, economista mexicana, investigadora del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Autónoma de México y coordinadora del Observatorio Latinoamericano de Geopolítica. La entrevista se organizó en el marco de la declaración de Venezuela como “amenaza a la seguridad nacional” por parte del presidente Obama. Ana Ester pone sobre la mesa una multiplicidad de factores que permiten comprender, de mejor manera, la compleja trama de lo que está sucediendo en nuestro continente.
Sobre la ofensiva norteamericana
Hay una gran cantidad de preparativos que Estados Unidos está haciendo para tomar una posición mucho más ofensiva y de control total sobre el continente. Son movimientos que se están dando con carácter diferente en cada lugar de la región.
Una de las características de la estrategia de control continental es que se aplican simultáneamente medidas de diferente carácter para fraccionar los tipos de respuesta que estamos dando. En alguna parte del continente se ponen tropas, como está sucediendo con la movilización hacia el Perú, aunque hay que señalar que no es la primera vez, porque Perú ha estado permitiendo que se hagan ejercicios militares en tierra, ríos, mar, etc. Hoy, por el momento y la coincidencia con muchos otros hechos en el continente, este hecho adquiere una mayor importancia.
Otro tipo de operativo que parece ser muy diferente pero que es parte de una estrategia articulada es lo que está pasando en Argentina: no son operativos directos, no son tan fácilmente atribuibles a Estados Unidos (salvo en el caso de los Fondos Buitre), y sin embargo están abonando a una situación general de inestabilidad en la que por supuesto la medida más fuerte y además inédita es la declaración de Venezuela como amenaza a la seguridad nacional de Estados Unidos.
Este es un punto “parte aguas” en la política que ha estado siguiendo Estados Unidos en el continente y marca una nueva fase en las relaciones entre los países y los pueblos de America Latina y de todos estos con Estados Unidos.
Otro de los datos importantes a tomar en cuenta es que hay una enorme cantidad de actividades de inteligencia que se han estado desplegando. No se trata solamente del espionaje sino directamente de inteligencia con el aumento de actividades de USAID en diferentes partes de nuestro continente, casi en todo, excepto donde no les dan paso ahora como Bolivia o Ecuador. USAID establece vínculos con organizaciones no gubernamentales que permiten hacer un trabajo de inteligencia y de descomposición, de socavamiento de la estabilidad social, de los tejidos sociales.
Venezuela, Cuba y factores de la política interna norteamericana
En el contexto de aparente distensión entre Washington y La Habana , la Casa Blanca arreció su discurso amenazador contra Venezuela. ¿Es un cambio de estrategia o es la búsqueda de una nueva cabeza de turco en la región?
Es un cambio de estrategia pero no tan radical. Estados Unidos tiene años discutiendo las políticas hacia Cuba porque no han sido eficaces para obtener lo que querían obtener. En este momento se busca una intervención más en el terreno de la inteligencia y de la penetración cultural. Lo que se llama “smartpower”. Se está buscando abrir Cuba a los escenarios del mundo y abrir Estados Unidos a Cuba, buscando movilizaciones en la sociedad cubana. Un elemento clave es la plétora de mercancías que aparece en el mercado cubano. Es abrir la posibilidad de consumo. Es una penetración cultural y trabaja mucho hacia la fracción juvenil de Cuba: es ahí donde hay más avidez por conocer el mundo y se puede sembrar, más fácilmente, de acuerdo con esta estrategia, la idea de que los “jóvenes tienen que reclamar al Estado cubano un cambio sustancial”
Es importante considerar aquí cómo esto coincide con el momento en que se ajustan correas en otra parte del contienente.. No es otra cabeza de turco, es la misma. Lo que a Estados Unidos no le gusta son todos estos procesos en los que se desafía su liderazgo, su directiva y capacidad de imponer las normas continentales, de un modo u otro. Todos los que desafían eso, son cabeza de turco que se busca cortar.
¿Qué factores de política interna USA se vinculan con la decisión de Obama?
La avanzada con la declaratoria sobre Venezuela es estratégica, no es táctica. La política continental de Estados Unidos no es una política gubernamental sino una política de Estado. Hay matices que tienen que ver con el debate interno norteamericano. La política continental está trazada desde antes y hasta después. Tanto es así que Obama no pudo cumplir ninguna de sus promesas de campaña en este terreno. Un cambio de política interna coyuntural norteamericana, no podrá resolver lo que está sucediendo con Venezuela.
Por otro lado la importancia de Venezuela en términos petroleros incide en la política interna no solamente en términos continentales. Tiene que ver con la política diseñada para el planeta y que tiene que estar haciendo contrapesos fuertes porque la situación en ninguna región petrolera del mundo es fácil. En ningún lugar con importantes yacimientos petrolíferos. Eso implica un juego permanente que requiere más control del territorio americano con respecto al juego petrolero.
La otra cuestión es que internamente Estado Unidos tiene una situación no tan fácil. La situación social, los conflictos sociales dentro del país están escalando fuerte. Hay una intolerancia galopante, un establecimiento de un gobierno mucho más autoritario que no tiene solamente que ver con el juego entre republicanos y demócratas. Los actos de la policía en algunos estados republicanos no tiene que ver solo con la búsqueda de un debilitamiento de los demócratas sino con la redefinición de reglas de juego, específicamente con las supuestas minorías: latinos y negros. Con esas dos “minorías mayorías” se están redefiniendo los términos de relación porque el espacio ocupado por los latinos es hoy ya muy grande en Estados Unidos, en términos cualitativos no solo cuantitativos y está obligando a perfilar políticas de Estado que tiendan a rediseñar las reglas del juego para por lo menos la primera mitad del siglo XXI. Esto pesa como presión hacia Obama para poner en marcha ciertas políticas en el continente.
De la apertura hacia Cuba se van a beneficiar republicanos y demócratas. Los intereses que están detrás de esto son demócratas y republicanos. Hay que leer con más detenimiento cada uno de los pasos pero también leer los matices que tienen que ver con definiciones coyunturales y lo que tienen que ver con la política de control, seguridad y construcción de fuerza hemisférica que está desde hace muchos años planteada en las estrategias norteamericanas de hacer del continente su plataforma frente al resto del mundo.
¿Qué elementos hay para pensar que es totalmente posible una intervención norteamericana en Venezuela?
Primero, creo que cuando hablamos de invasión militar tenemos que tener cuidado en reconocer los diferentes tipos de invasiones que puede haber. Si se piensa en algo como la que en algún momento ocurrió en Panamá, pues tal vez no es ese el operativo más indicado para Venezuela. Yo creo que está habiendo una invasión a Venezuela, no es que la va a haber. Es una invasión que comenzó hace años y es del tipo “espectro completo”, abarca muchos espacios de la vida y mecanismos de entrada diferentes.
Contribuir a hacer una guerra económica en cualquier lugar del mundo es para provocar una fragilización de la sociedad y del Estado, para crear condiciones propicias, para descomponer lo suficiente y justificar una invasión de esas que entran con paramilitares, que hacen las fronteras más porosas, que instalan grupos desestabilizadores en los barrios populares, etc. Este es un tipo de invasión.
Y cuando decimos militar tenemos que saber que lo militar hoy es más una visión o un espacio de definición y diseño que el uso de armas directas o de militares. Es una concepción de penetración, acercamiento, desestabilización que se diseña militarmente pero que no ocurre solo con la imagen que nosotros identificamos como lo militar.
Pues bien, todo esto está ocurriendo en Venezuela desde hace un buen tiempo. Además, hay una circunstancia especial: cuando se declara que un país o un gobierno es “una amenaza a la seguridad nacional” se está justificando una invasión directa. Y esa declaratoria, aunque Obama ha insistido en que es solo para las siete personas que han sido definidas en su comunicación, es general y entonces, mientras se mantenga, Venezuela sigue siendo una amenaza lo mismo que fue Osama Bin Laden y lo mismo que es el Estado Islámico o que en otros tiempos fue el campo socialista. Estas son las amenazas y se combaten militarmente.
Sí se están creando esas condiciones. Por lo pronto mediáticas y de aceptación de un imaginario de que hay algo que tiene que ser controlado para estabilizar el continente y en este caso es Venezuela, desde esta visión, la que está poniendo en riesgo el continente, porque la seguridad nacional de Estados unidos implica la seguridad del continente.
Sobre el papel de la UNASUR
Tiene un papel fundamental. Es un espacio heterogéneo pero es un espacio que tiene una territorialidad definida y es la instancia desde donde la subregión comprendida en Unasur tiene que establecer sus reglas internas para dirimir conflictos y diferencias. Es un espacio que hasta ahora lo que ha hecho es decir “nosotros nos arreglamos entre nosotros, no necesitamos que nadie venga a ayudarnos a resolver nuestras diferencia internas”.
Una declaratoria en este sentido es importantísima porque lo que hace es decir que no coincidimos en que hay un riesgo en la seguridad hemisférica por causa de Venezuela. La seguridad hemisférica no está en riesgo si UNASUR no la considera una amenaza. Es una defensa frente a todo tipo de intervenciones. Una región que se autodetermina.
Mirando a Brasil y al continente
Llama mucho la atención la coincidencia en tiempos, la simultaneidad en la aplicación de políticas que son distintas pero que, al coincidir en el tiempo, apuntan en el mismo sentido. Brasil y la relación de Brasil con USA es muy distinta a la de todos los demás países del continente. Llama la atención la aceleración de todas estas movilizaciones que tienden a crear condiciones de inestabilidad en el caso brasileño.
En todos los países hay contradicciones internas, diferencias de posiciones políticas, no solo entre izquierda y derecha sino entre las izquierdas y las derechas. No podemos decir que un movimiento no sea auténtico porque coincide con estas movilizaciones más generales. Lo que pasa es que, al estar siendo articuladas en esta política general, están pesando en esta creación de condiciones generales de inestabilidad y cuando decimos inestabilidad puede llegar al punto del juicio político en Brasil o a la declaratoria de Estados fallidos que es lo que se está buscando en Venezuela.
Una fragilidad relativa en Brasil no está relacionada únicamente con Dilma hoy sino con qué viene después de Dilma y cómo esas condiciones pueden moverse en otro sentido. Y para ello no es necesario un juicio político a Dilma. Tal vez sea suficiente con ponerle tal cantidad de condicionantes que le impidan cualquier tipo de política más radical y progresista, generando así las condiciones para que las siguientes elecciones presidenciales se inclinen hacia una fuerza de distinto signo ideológico.
¿Qué importancia tiene que en el mismo momento que en el mismo momento que pasa lo de Venezuela se creen estas condiciones en Brasil? Que Brasil, con el acoso que está viviendo, no tenga condiciones de apoyar resueltamente a Venezuela, o que no la UNASUR no pueda llegar a unificar criterios porque cada una de las situaciones es distinta y entonces cada uno va a tener su reinvindicación en otro terreno.
Esa simultaneidad y diversidad de acciones puede hacer que la respuesta regional se fragmente y sea más débil de lo que podría ser en otra circunstancia. Tenemos que tener una visión de conjunto que nos permita leer qué puede haber de coincidencia en cosas están ocurriendo en diferentes países.
Es necesario agregar el reforzamiento de políticas de compromiso y establecimiento de códigos y prácticas autoritarias en el caso de México, Perú, Honduras. Cómo se va creando simultáneamente una desestabilización en un territorio y por el otro reforzando, pero también desestabilizando. En México y Perú hay un golpe muy fuerte a la movilización social, a las políticas y derechos conquistados. No es una política en contra del gobierno sino de la sociedad, un compromiso con un gobierno confrontado con su propia sociedad. Situaciones muy distintas a las que están sucediendo en América del Sur pero que, en términos generales pesa fuerte como contenedor de políticas transformadoras y marca frontera con esos países.
Sobre el rol de la sociedad, las organizaciones y la ciudadanía no politizada
A mi me parece que es importantísimo que sepamos diferenciar entre el ataque y la movilidad que pueden tener las sociedades y organizaciones y la que corresponde a los Estados y gobiernos. Hay de repente una confluencia pero no en todos los casos. En casos como México justo hay lo contrario. Yo se que en Argentina hay una distancia crítica entre ambos ámbitos y me parece que esa distancia crítica es importantísima. Es fundamental que la sociedad por si misma se piense en el largo plazo. Que se piensen mucho más allá de un gobierno. Cuál es el horizonte de futuro que piensan para sí mismas las sociedades, no en términos del partido que quieren en el gobierno. El horizonte de largo plazo nos coloca en otro lugar.
Ahora cómo ese mundo que queremos, esa utopía que perseguimos tiene que ver con lo que nos ocurre día a día, con esa transnacional que devasta nuestras comunidades, esas políticas que obstaculizan la posibilidad de avanzar hacia esa utopía. Es fundamental que no confundamos que lo que está ocurriendo contra Argentina, no es contra Cristina, es por controlar esa parte del territorio, son políticas del capital internacional, de la construcción hegemónica, que tienen que ver con el mantenimiento de esa hegemonía en el mundo y no solo con si es Cristina o cualquier otro. Por supuesto que, en lo cotidiano, inciden en operativos en contra del gobernante en turno.
Es importantísimo que sepamos también darnos cuenta que aunque no coincidimos a veces con muchas políticas gubernamentales, también tenemos que ver de lo que es una ofensiva general en la que tenemos que salir todos a defender nuestra posibilidad de autodeterminación y de dirimir nuestros problemas internamente. Nos toca tomar posición. Una invasión a Venezuela va a afectar igual a los que están a favor y a los que están en contra de las políticas del gobierno de Maduro.
Sobre la “disputa” China, Rusia, Estados Unidos en el continente
Estados Unidos es el representante del capital hegemónico en el mundo hoy (hegemónico no quiere decir que no esté disputada su posición). Y hay algunas cuestiones muy importantes que no se pueden perder de vista. La primera, la máxima prioridad estratégica de este hegemon mundial es enfrentar todo tipo de emergencia cuestionadora del sistema capitalista, de las reglas generales del juego establecidas por el interés del capital y en beneficio de la acción de este mismo capital, desde la defensa de la propiedad privada y todas las aplicaciones prácticas de este principio: libre mercado, libre empresa, libre acceso a la riqueza del planeta, natural y cultural, por supuesto. Todo eso es parte de una de sus líneas estratégicas: mantener la hegemonía del capitalismo, por encima de que sea chino, estadounidense, europeo o lo que sea, es la hegemonía del capitalismo.
En segundo lugar, la hegemonía del hegemon que sigue siendo Estados Unidos y se trata de que este continente no solo acate las reglas del juego sino que no haga un juego que favorezca la competencia internas dentro del capitalismo, es decir que China o cualquier otro se pueda posicionar y tener un margen de maniobra mayor frente al actual líder y disputar ese liderazgo. Pero hay que tener cuidado con algunos “detalles”: el capital chino que llega a América no siempre es chino totalmente, es capital asociado, como casi todos los capitales en el mundo hoy en día, y es asociado con capital norteamericano. Así que, no es tan nítida la distancia entre si se hace un acuerdo con China o con USA, para favorecer a sus capitales.
Un poco de México, la reforma energética y la desestabilización d ela vida de la gente
La reforma energética en México permite que los territorios de los pueblos en el país queden sometidos a criterios que abren paso a la intervención de inversiones privadas en ellos, justificadas legalmente. ¿Qué es el petróleo para México? Es casi el último cohesionador económico de la nación mexicana. En el momento en que ese petróleo se entrega al capital privado , lo que se está haciendo, en términos objetivos, es romper esa cohesión. Y si eso combina con el alto grado de impunidad y corrupción con el que se llevaron adelante estas reformas y con el que está funcionando la sociedad mexicana, comienza a preocupar si esa nación puede mantenerse como tal en el futuro próximo.
Qué es lo que va a ser el elemento cohesionador para que el país sea país, cuando cada una de las regiones está funcionando con su propia lógica y está siendo desestabilizada y recompuesta de otra manera, bajo otras lógicas y criterios que son hoy los de los poderes fácticos, los de la imposición por las armas.
No es solo que las empresas van a entrar a los territorios de las comunidades a invertir sus capitales y quedarse con los territorios sino que la propia cohesión social se está dando sobre unas bases interventoras en el territorio y que lo que están haciendo es que las propias comunidades no dispongan de sus territorios y su patrimonio. Es el patrimonio de estos poderes fácticos auspiciados en contubernio con el Estado y con el Estado norteamericano que avala estas políticas e insistiendo en que son las correctas para nuestro país.