Declaración del Movimiento Humanista de Córdoba en repudio a las amenazas norteamericanas hacia Venezuela, Latinoamérica y el Caribe.

Hermanas y hermanos, amigos, amigas, compañeras y compañeros, pueblos de Latinoamérica y el mundo todo:

Estamos ante una nueva muestra de matonaje y prepotencia por parte del gobierno norteamericano. La abierta amenaza contra Venezuela y su pueblo es una amenaza para Latinoamérica toda. Esta región, que supo sabiamente constituirse en avanzada en el rechazo al armamentismo nuclear con el tratado de Tlatelolco, hoy emerge altiva y unida, declarándose Zona de Paz, mostrando el camino a seguir por todas las naciones de la Tierra. Nada ni nadie debe alterar ese destino de Paz, mucho menos una arrogante pretensión imperialista.

Las recientes declaraciones y sanciones del régimen cooptado por el complejo militar industrial de Norteamérica contra el legítimo gobierno del presidente Maduro, no hacen sino mostrar, una vez más, quién constituye la verdadera amenaza para la Paz de los pueblos de América y el mundo.

Ya en sus orígenes, con el genocidio de los pueblos originarios de América del Norte y la esclavitud feroz de millones de seres humanos secuestrados de África, la violencia fue la esencia de la condición histórica de los EEUU de Norteamérica. La huella de violencia continuó en el tremendo desangramiento interno que supuso el triunfo del industrialismo del Norte por sobre el Sur agrícola. A partir de entonces, en los inicios del siglo XX, comenzó la era de expansión imperialista y se sucedieron las invasiones, las injerencias, continuando esa ininterrumpida estela de brutalidad.

Y cuando este país no invadió directamente, hizo todo lo posible para intentar manejar los hilos de toda otra nación soberana, financiando durante décadas dictaduras atroces, abatiendo fuego y represión sobre nosotros y sobre el mundo entero. Guerras y más guerras, todo en nombre del poder y del dinero. ¿O acaso puede olvidarse cuánto dolor infligió el tenebroso Plan Cóndor, pergeñado en EEUU y ejecutado con la complicidad de los canallas locales, segando miles de vidas jóvenes? ¿Acaso no fue el mismo EEUU el que instigó la masacre desatada en tierra centroamericana como respuesta a inequívocas señales de los pueblos que querían liberarse de centurias de despojo y opresión? ¿Acaso no fueron los mismos EEUU los que invadieron Panamá y Granada, los que prohijaron y cobijaron a los cobardes, que luego de acosar y mandar a matar a tantos defensores de los derechos humanos, recibieron asilo y protección en suelo norteamericano? La lista es larga y harto conocida.

Todo intento de soberanía, de libertad, de igualdad o de propio designio fue para los bárbaros del Norte una audacia imperdonable, un proceder inaceptable. Y eso es justamente lo que representa Venezuela, la tierra de Bolívar, el signo de una nueva independencia de todo intento de poder neocolonial. Es lo que representa la UNASUR, la CELAC, las nuevas instituciones libres que surgen al mundo sin la tutela del gran garrote. No por nada, al tiempo que se amenaza a Venezuela, se intentan golpes legislativos o judiciales sobre la presidenta del Brasil o de Argentina. Los mismos con los que se atacó al presidente Lugo en Paraguay o a Manuel Zelaya en Honduras. Se pretende no sólo silenciar a los mandatarios, sino sobre todo, acallar a los movimientos populares que construyen desde sus bases una democracia activa y más real. Es la libertad y un nuevo mundo lo que está en juego.

Por ello, los Humanistas:

– rechazamos los intentos de los Estados Unidos por sumergir a América Latina y al mundo todo en un nuevo Medioevo neoliberal de barbarie y sumisión.
– exhortamos a salir de la Prehistoria humana, denunciando la violencia de las presiones, las amenazas y agresiones, tomando una actitud firme y decidida de No Violencia Activa.
– instamos a los hermanos y hermanas latinoamericanos a manifestarse en las ciudades y poblados en solidaridad con el pueblo de Venezuela y en defensa del proceso de integración regional, que no coincide con las ambiciones del inescrupuloso mal vecino.
– exigimos una firme postura por parte de cada uno de los gobiernos de la región, en repudio de la soberbia norteamericana.
– solicitamos a las Naciones Unidas sanciones contra los Estados Unidos por quebrantar la letra y el espíritu de los derechos constituidos en la Carta fundacional de ese organismo, por violar repetidamente los Derechos Humanos, por promover la guerra y el armamentismo, por pretender usurpar riqueza ajena, por inmiscuirse en las decisiones soberanas de otras naciones.
– intimamos, en el mismo sentido, al comité noruego a cargo, a retirar al señor Obama el premio Nobel de la Paz por su flagrante compromiso con las guerras y la destrucción.
– proponemos además a la comunidad internacional, llevar a juicio las actitudes genocidas promovidas por los Estados Unidos.
– apelamos, también, a la rebelión de la gran mayoría del pueblo norteamericano, que sufre similar maltrato por parte de las multinacionales y la política a su servicio, aumentando su pobreza material y espiritual e imprimiendo a esa sociedad anti-valores reñidos con la evolución humana. Sabemos que pese a todo ello, anida en ese pueblo también el espíritu humanista de los que lucharon y hoy luchan por la igualdad de género, por la abolición de privilegios de raza y casta, de todos los que alzaron, alzan y alzarán su voz contra las guerras y la injusticia de un sistema individualista e inhumano.

Digamos basta. No dejemos que un puñado de corruptos al servicio de un sistema violento, entorpezca nuestra unidad, nuestra sentida intención de construir una región no violenta, única aceptable y adecuada a nuestras necesidades como Seres humanos. Defender hoy la Paz en Venezuela, defender la Paz en Latinoamérica es defender nuestra propia Humanidad.

Movimiento Humanista