POEMA
¿Qué es ser hija de Dios?
Me lo pregunté un día
¿Y por qué no serlo?
Me respondió una voz
Entonces mi pregunta se devolvió
¿Quiénes no somos hijas de Dios?
No soy hija de Dios
Cuando no miro al que tengo
frente a mi,
como a un otro,
como mirar mi propio cuadro
envestido de semillas.
Acaso no soy hija de Dios,
cuando no coincido,
cuando disiento,
cuando presiento,
cuando desenfoco
y desemboco.
Hija de Dios
es lo que anhelo,
porque lo primero,
«ser hija» _ya lo tengo_
Y lo segundo,
apenas lo estoy descubriendo
Y cuando me muera
la verdad brotará del encuentro.
Un cierto día,
Una voz surgida de la oscuridad
Con voz fuerte hizo resonar:
Hija de Dios
no mereces ser,
porque al capitalismo
lo asfixias con placer.
Hija de Dios
no debes ser llamada,
porque a la injusticia,
la secas con tu odio.
Hija de Dios
del reino deberás ser expulsada,
por agredir
al que al pobre lo hace preso.
Hija de Dios
jamás serás llamada,
porque el Dios que yo trato,
a ti te ha expulsado.
Mirando al árbol
Que en el campo me miraba
Me le acerqué agachada.
Y tratando de no desconcentrarlo
Con voz en silencio, le dije
¿Qué se siente ser expulsado?
El árbol extendía sus ramas
Y fuertemente soplaba,
entonces,
su oxígeno a mi cerebro llegaba
que rápido despertaba.
Lentamente mis pulmones se unieron al intercambio,
mi corazón con energía bombeaba.
Y el árbol tranquilamente me dijo,
si quieres ser expulsada,
no recibas el intercambio,
muere lentamente,
y pregúntale a Dios
¿quién es para expulsarte?