¿Coincidencia, maldición divina o qué? Nadie lo sabe pero es algo impresionante. Aunque ya a esta altura no pasa nada, estamos acostumbrados.
El primer sismo –un verdadero terremoto- fue el 19 de septiembre de 1985. Fue de grado 8.2, el epicentro en Acapulco, Guerrero. El sismo afectó la zona centro, sur y occidente de México, en particular a la Ciudad de México, donde se percibió a las 07:19 de la mañana. Quedó media ciudad devastada y también en el resto del país. Murieron miles de personas, sobre todo en la Ciudad de México. El sismo más grande de que yo me acuerde.
Como sólo había escaleras, no pudimos bajar y esperamos, pero al fin se acabó en nuestro barrio y no pasó gran cosa en la colonia Nápoles.
Porque en esta ciudad enorme en que viven o transitan más de 20 millones de personas, los daños y desastres se miden por colonias, o sea por barrios.
En 2017 el gobierno decidió hacer un simulacro en esa misma fecha- 19 de septiembre- para que todo el mundo aprendiera a salir a la calle tranquilamente.
Poco después del simulacro, se produjo un verdadero sismo de magnitud 8.1, con epicentro en Morelos, se sintió muy fuerte y muy largo en CDMX y produjo tres víctimas. Yo tampoco pude bajar porque vivo en el piso 13.
Hoy, 19 de septiembre de 2022, el gobierno realizó un simulacro a las 12.30 de la mañana. Apenas se sintieron las alarmas de temblor pero muchos edificios se vaciaron y la gente salió a la calle.
Pero el mismo día de hoy, 19 de septiembre de 2022, cerca de las 13.30 horas, se produjo un sismo verdadero más suave que los anteriores, grado 6.8 con epicentro en Michoacán.
Hasta el momento no se reportan afectaciones, sólo se paró el Metro y lo está revisando la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil, cuya titular es una chilena, la compañera Miriam Urzúa, que luchó en Nicaragua y vivió en Cuba. Órale, felicitaciones, Miriam!