Tuvimos oportunidad de conversar con Paulina Hunt, actriz y dramaturga, miembro del Centro de Estudios Humanistas Aletheia, y analizamos con ella los resultados electorales del Plebiscito de ayer en Chile, en el que ganara por un amplio margen la opción del Rechazo al nuevo texto constitucional.
¿A qué atribuyes tú el triunfo del Rechazo?
Paulina Hunt: La verdad es que para mí, resulta muy difícil interpretar este resultado, dada las características totalmente inéditas de esta elección. El hecho de aceptar o rechazar un texto constitucional que tiene 388 artículos y 57 transitorios, deja un campo a la interpretación con márgenes demasiados amplios a mi modo de ver. ¿Qué se rechazó? ¿la plurinacionalidad? ¿el estado de derecho? ¿la eliminación del senado? ¿la autonomía de las regiones? ¿la definición del estado ecológico, la paridad? ¿la defensa del agua?. ¿Qué se rechazó? Me gustaría tener más información al respecto. Dicho esto, creo que uno de los factores más determinantes es la falta de educación cívica y la poquísima actividad de lectura e información sobre el texto en los territorios y ámbitos como la escuela, los centros de formación profesional y organizaciones territoriales en general. El conocimiento de la propuesta de Constitución fue intermediado por los medios de comunicación, las redes y la elite política.
Otro factor que creo muy relevante es la enorme inestabilidad que se vive hoy a nivel nacional e internacional, la crisis de seguridad pública, la inflación, la violencia en la Araucanía, la migración, el narcotráfico, etc. Es uno de los factores a considerar, ya que mucho voto de rechazo está marcado por el “rechazo” a la situación que se vive hoy, no alcanzándose a comprender que probablemente muchos de esos conflictos están agudizados justamente por la estructura social que nos rige actualmente, es decir por el marco que da la Constitución neoliberal del 80.
Ante este fenómeno avasallador se quedaron cortas todas las encuestas, irrumpiendo un Rechazo que es casi como un nuevo y diferente “estallido” de conservadurismo. ¿Qué consecuencias crees que tendrá?
Paulina Hunt: Primero decir que la afirmación de que es una suerte de “estallido” de conservadurismo, no la comparto en lo absoluto. Justamente por lo que comentaba antes, a mi modo de ver, esto representa un fenómeno más cercano a la incomunicación, desestructuración social post pandemia, al temor, la falta de educación cívica.
También la polarización de la elite política que tiende a arrastrar hacia sus polos es expresión de la superficialidad y saturación que se vive, en que se toman bandos de manera veloz y carente muchas veces de reflexión y profundidad.
Tengo mucha fe ya que, a pesar de todo, se avanza en muchísimos campos, me refiero a las temáticas que se han instalado en este proceso constituyente que antes eran impensables, un estado democrático y de derechos, la paridad, la presencia de los pueblos originarios y otros muchos, que hoy son parte de un acuerdo transversal y sobre el cual no se quiere retroceder.
¿Entonces, es una sociedad más conservadora la que nos deja esta etapa del proceso? Creo que no. El hecho que se rechazara este texto no es sinónimo de conservadurismo. Lo que sí, claramente no estamos preparados para un gran salto como sociedad que rompa el individualismo imperante y que se arriesgue a una aventura solidaria, ecológica, inclusiva, descentralizada y de democracia participativa. Tendremos que ir paso a paso al parecer, paso a paso.
¿Cómo avizoras la continuidad del proceso de transformación constitucional en Chile?
Paulina Hunt: Creo que esto partió y no lo para nadie. Es de consenso nacional la necesidad de una transformación constitucional. Desgraciadamente en este momento, esto queda en manos de la elite, en cuanto a cómo continuar.
Ahora, no olvidemos que el pueblo chileno, no todo él por cierto, ha demostrado ser capaz de irrumpir y generar vuelcos inesperados.
Así es que confío en el proceso, aunque es muy pronto para ver las señales de todos los sectores. Estamos recién digiriendo los resultados en ambos bandos. Creo que es momento de aceptar el fracaso de una opción, recomponer, ajustar las expectativas, y buscar leer de mejor manera estos resultados que son categóricos, pero obviamente muy generales y en ese sentido ciegos a las reales necesidades y opiniones del pueblo soberano en materias específicas.
Somos una sociedad nueva y tenemos que avanzar mucho en la forma de interactuar y participar en el proceso político social.
Ese creo que es el gran desafío: dialogar, escuchar, validar la diferencia. Y me queda la pregunta, ¿será que esta opción híbrida de reemplazar una Asamblea Constituyente por una Convención Constitucional, son y fueron freno para un real acuerdo nacional?