Lo sé porque desde afuera se ven mejor las cosas, aunque ustedes no lo crean. Además, yo tengo muy buena cachativa, siempre le atino. Le acerté cuando dije que iba a ganar Boric y no Kast, pues eso era evidente, cómo iba a ganar un fascista en Chile, por favor…
Desde luego, todos los chilenos del exterior estamos por el Apruebo, porque hemos conservado nuestros principios y nuestra decencia. Además, en México también se aprende, se dice, con López Obrador: “Primero los pobres”.
Ahora la derecha hace mucha campaña en contra de la nueva Constitución (NC), pero son puros inventos, noticias falsas o detalles irrelevantes.
Como todo el mundo hoy está hablando de este tema, yo me voy a referir sólo a algunos puntos, que creo que son los más importantes. Desde luego, que si llegara a ganar el Rechazo, se queda la Constitución de Pinochet, que nos rige desde la dictadura. Que después de 30 y tantos años sigamos con la Constitución del tirano, es algo bochornoso. ¿Que después la van a arreglar? Puros cuentos, si no la arreglaron en todo este tiempo, menos la van a arreglar ahora. Sería como lo que hizo Lagos, que le cambió algunos detallitos y declaró que ahora teníamos una Constitución democrática.
En fin, desde luego quiero decir, esto: son pocos los que han leído la Constitución de Pinochet, y por eso no saben bien lo terrible que es.
Jaime Guzmán, su principal redactor, dijo: Constitución eterna, imposible de modificar y menos de derogar, de tal manera que cualquiera que gobernara lo tendría que hacer como si gobernaran ellos. Es decir, que por ese lado todavía estamos en dictadura.
Por eso, ahora no se trata solamente de aprobar una NC hecha por representantes de pueblo, sino de despedirse para siempre de la Constitución de la dictadura.
Porque la Constitución de Pinochet fue impuesta por el dictador en un plebiscito sin registros electorales, sin partidos políticos, sin libertad de información, con el escrutinio a cargo del mismo gobierno y otras lindezas por el estilo. ¡Nos debería dar vergüenza ser un país regido por semejante esperpento llamado Constitución, después de más de 30 años que se acabó la dictadura!
Desde luego que esta Constitución es nula, un simple bando dictado por cuatro criminales que usurparon el poder a sangre y fuego. Antiguamente las Constituciones las hacía el rey, el emperador, el zar o el presidente de la República. Pero en especial después de la Segunda Guerra Mundial y desde que se tomó conciencia de los derechos humanos, las constituciones las hace el pueblo soberano. Así lo han hecho la mayoría de los países de Sudamérica, Centro América y del Caribe. Chile es uno de los pocos países que no lo había hecho.
Ninguna persona decente se atreve a defender esta Constitución espuria. Y sin embargo, durante 20 años la Concertación no tuvo empacho en aplicarla y hasta pretendió perfeccionarla.
En 1989 se pusieron de acuerdo la dictadura y la oposición y le hicieron diversos cambios. Nos dijeron que había que aprobarla y todos lo hicimos porque confiamos en la Concertación. ¿Pero saben lo que pasó? Nos metieron el dedo en la boca porque la dejaron peor. Aumentaron los quórums a 4/7 y hasta 2/3 para cualquier cambio constitucional. Eliminaron el derecho a plebiscito que estaba antes del 89.
En 2005 Ricardo Lagos la llamó un piso constitucional compartido […] y mientras Lagos decía eso, El Mercurio decía ‘No, esto no es una nueva Constitución, es la misma Constitución de 1980 con algunas reformas que no afectan su núcleo central’.
Pero además de estas razones generales les voy a decir algunas cosas bien concretas para que estén enterados:
Si no tienen tiempo de leer toda la Constitución que todavía nos rige, lean por lo menos el artículo 19, que es uno de los más importantes. Es larguísimo, pero miren algunas de las cosas que regula:
El Estado subsidiario
(Está en el número 21 del artículo 19). El Estado subsidiario es lo peor de la Constitución pinochetista. Porque la palabra lo dice todo: el Estado es secundario, accesorio, marginal.
El engendro constitucional expresa: “El Estado y sus organismos podrán desarrollar actividades empresariales o participar en ellas sólo si una ley de quórum calificado los autoriza”.
Como en todo lo importante, se exige un quórum calificado que es prácticamente inalcanzable.
Ya ven, la Constitución de Pinochet le da prioridad al interés privado sobre el público y prohíbe al Estado meterse en actividades empresariales. Con este criterio no podría haber existido la Corfo, impulsora de todo el desarrollo industrial de Chile. Ni habría podido existir Endesa, ni la Compañía de Aceros del Pacífico ni menos Huachipato. Pero además, el Estado subsidiario lo privatiza todo: educación, salud, previsión, vivienda. Se desliga de esas actividades y las traspasa a la empresa privada y al mercado.
Se atreven a sostener que la empresa privada es mejor que las empresas públicas, cuando en todas las crisis se ha vuelto a ver su ineficiencia. Cuando los bancos y las grandes corporaciones se encuentran al borde de la quiebra por su mala administración, porque lavan dinero del narcotráfico o les dan enormes créditos a sus parientes y amigos sin garantía alguna, como hizo Piñera en el Banco de Talca, el Estado tiene que correr a rescatarlos, pobrecitos. Se usan bienes públicos para salvar intereses privados, cuando debería ser al revés.
Por lo tanto la Constitución resulta incambiable, es eterna, se supone que nos tiene que regir a nosotros, a nuestros hijos, a nuestros nietos por los siglos de los siglos. O sea que por los siglos de los siglos le tenemos que seguir obedeciendo a Pinochet.
Hay muchas otras cosas de la Constitución que les podría decir, pero no quiero alargarme.
Se va ahora a hacer un plebiscito para que el pueblo diga si aprueba o rechaza la NC. Y este derecho del pueblo está expresado en los principales documentos de las Naciones Unidas, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, cuyos artículos primeros son iguales y expresan que “Todos los pueblos tienen el derecho de libre determinación. En virtud de este derecho establecen libremente su condición política y proveen asimismo a su desarrollo económico, social y cultural”.
Entonces vamos a aprobar la nueva Constitución, aplicaremos la divisa de Jaime Guzmán, pero al revés. Vamos a hacer una Constitución que quienquiera que gobierne lo tendrá que hacer como si gobernara el pueblo, como si gobernaran las grandes mayorías, ¿qué les parece?
Y sólo les vamos a decir: esta es la Constitución que elaboró y aprobó el pueblo de Chile democráticamente, como constituyente originario que es, así que pónganse a aplicarla y a cumplirla.