La Caravana se desplaza hacia las rutas migratorias fronterizas en los Alpes después de recorrer la frontera Irun-Hendaia y los campos de concentración del sur de Francia que se instalaron a finales de los años 30.
Los actos en memoria de quienes en el pasado y en el presente han perdido la vida en las fronteras han ocupado un lugar importante en esta primera etapa de la Caravana Pirineos Alpes.
En Irún, a unos metros del Bidasoa, inauguraron un monolito con las inscripciones de dos versos en euskera del bertsolari Amets Arzallus, autor del libro Miñan Hermanito: «En doloroso recuerdo de los migrantes que dejaron aquí su último aliento. Fronteras que cierran el paso a los migrantes que abren caminos». Un aurresku y un emotivo recuerdo a cada una de las nueve personas que han perdido la vida en esta frontera en el último año acompañó el acto.
En Bielsa, se llevó a cabo un segundo homenaje al exilio republicano. Entre abril y junio de 1938, la resistencia de la 43a División permitió evacuar a más de 5.000 personas desde Aragón hasta Francia y se convirtió en un ejemplo de organización y solidaridad de las y los combatientes republicanos y el pueblo francés con el pueblo aragonés.
Más de 500.000 personas se exiliaron por el conflicto armado de la Guerra Civil consecuencia del golpe militar franquista y el país de acogida para muchas de ellas fue Francia, por lo que «hemos querido ofrecer un reconocimiento a todas aquellas personas, su lucha, su resistencia ante el fascismo, su supervivencia en los campos de concentración franceses y en los nazis y su lucha por defender los ideales de libertad».
En la ruta migratoria de esta caravana solidaria europea se ha incluido la visita a lo que fueron los campos de concentración de Gurs y Rivesaltes, así como la playa de Argelès, que fue el destino inicial de muchas de estas personas exiliadas. El historiador vasco Josu Chueca, autor del libro «Gurs, el campo vasco» ofreció una charla sobre las condiciones de vida en los campos en el interior de un barracón reconstruido. Construido cerca de Oloron en 1939 recluyó a más de 5000 republicanos y republicanas, en su mayoría de origen vasco. En 1940 confinó también a personas judías, gitanas, extranjeras, llegó a albergar hasta 18000 personas; muchas de ellas,
fallecidas por las dificiles condiciones de vida; 3907 fueron transportadas en camiones para ser gaseadas en Auschwitz-Birkenau.
En la playa de Argelès, primer campo de los 180 que hubo en el sur de Francia, ha tenido lugar este martes un encuentro con descendientes de personas internadas allí. «Hicieron falta 60 años para que se empezará a recordar y reconocer lo que pasó aquí. A los primeros actos que se celebraban asistían una o dos personas tan solo», afirmó una de ellas. Hoy en día un monolito y una placa recuerdan que en esa playa malvivieron y murieron muchas personas. También ha intervenido Hayer Ayachi, madre tunecina con un hijo desaparecido que viaja en la Caravana: «Seguiré construyendo aunque los demás estén destruyendo. Seguiré creyendo aunque las demás hayan perdido la esperanza».
A la tarde las y los caravanistas han visitado el Memorial del campo de concentración de Rivesaltes donde llegaron a estar internadas hasta 60000 personas de 100 nacionalidades diferentes en diferentes épocas y conflictos históricos: el exilio republicano, la Segunda Guerra Mundial, la descolonización, etc. Y se ha mantenido abierto hasta el 2007 como Centro de Retención Administrativa de personas migrantes. La construcción del Memorial inaugurado en 2015 hizo que se trasladara a otra ubicación próxima al aeropuerto.
Durante el recorrido, se han sucedido en los diferentes destinos encuentros e intercambios de experiencias con colectivos locales que defienden los derechos de las personas que se desplazan por causas forzadas, con quienes se han llevado a cabo acciones de denuncia frente a las políticas migratorias y neocoloniales de la Unión Europea y se ha reivindicado el derecho a migrar en condiciones dignas, porque como dijo el caravanista Aboubakar Aminou frente al Ayuntamiento de Perpignan tras la manifestación antirracistay antifascista: «Si queréis hablar de memoria, si queréis preguntar por qué venimos a Europa, preguntaos primero por qué vinisteis a África».
La Maternidad de Elna, donde la enfermera suiza Elizabeth Eidenbenz acompañó a dar a luz a más de 500 bebes de las mujeres de los campos del entorno, ha sido la última parada en la ruta de la Caravana antes de continuar hacia su nuevo destino, la frontera franco-italiana.