POEMA

 

 

 

Lo que nos mueve,

no es el destino

Es la magia de trascender,

la aventura de vivir,

la inercia por juntar archipiélagos.

 

Lo que nos mueve,

no es la dinámica

es la estática de morir,

la entropía del amor,

de la pasión,

del verso

y del poema.

 

Lo que nos mueve,

no es el capricho

Es la ansiedad de la independencia,

de la liberación

y de la digna rabia.

 

Lo que nos mueve,

no es la anatomía

Es el fluir de la sangre,

la homeostasis del giro corporal

y la neutralidad neuronal.

 

Lo que nos mueve,

no es un error

Es el sesgo que buscamos,

para retroceder,

para re-inventar

y para exfoliar.

 

Lo que nos mueve,

no es el temblor de la tierra

Es el fuego que quema las montañas,

el huracán que confronta

y la erupción que despeja cosas muertas.

 

Lo que nos mueve,

no es saber el destino

Es buscarme entre los escombros,

las amenazas,

las pérdidas 

y los entierros.

 

Lo que nos mueve,

es lo nos empuja al aquí,

lo que exige del cuerpo eliminar

y lo que al ser puede alimentar.

¿Qué importa si me equivoco?

si al cabo, 

moverme 

es mi necesidad más sentida.