Al entrevistar a un hispano en los Estados Unidos, siempre me enfrento con el dilema de cuál idioma usar, el inglés o el español. En este caso me incliné por el español puesto que vamos hablar con Guillermo Severiche sobre las nuevas iniciativas para promover a los escritores hispanoparlantes en Estados Unidos. Y dentro de esto tenemos Cimientos, una iniciativa de IATI Theater, en el cual Guillermo trabaja como Literary Manager, o gestor literario (en español).
Primero que todo muchas gracias por otorgarnos esta entrevista.
JS: Cuéntanos acerca de tu trayectoria y como llegaste a IATI. Y dentro de ese proyecto, ¿cuál es tu sueño?
GS: Primero que nada, muchísimas gracias por este espacio y por esta conversación. Me pone muy feliz poder hablar de Cimientos y de mi familia en IATI Theater, y de todo el trabajo que estamos haciendo. Pues yo llegué a IATI como escritor. De hecho, fui uno de los escritores seleccionados para la edición de Cimientos 2019 con mi obra La Serena, lo que fue una experiencia maravillosa. Me involucré de lleno en la propuesta y pude tener la oportunidad de que mi texto fuera leído y conversado con otros dramaturgos y dramaturgas, muchas personas con toda la experiencia en el teatro. Eso fue maravilloso. Y después, para la edición 2020, Winston Estevez, el director artístico de IATI, me llamó para regresar y coordinar las charlas para la nueva cohorte de escritores. Después de esta experiencia, pues ya me quedé como nuevo Literary Manager y desde ahí continuamos. Yo tenía ideas para trabajar y fortalecer lo fabuloso de este programa, pero llegó la pandemia ahí justo cuando teníamos el festival de las lecturas dramatizadas de nuestra edición 2020, el que iba a ser mi primer festival como manager literario. Así que todo cambió, las expectativas cambiaron, los objetivos se modificaron. Y pues nos pusimos a trabajar para mantener todo a flote. Pero para mí fue también una oportunidad. Decidimos impulsar este programa y llevarlo a un formato internacional, usar la videoconferencia y el teatro online como plataforma para convocar autores y público, y así logramos que en la edición 2021 tuviéramos textos que venían de Costa Rica, México, Alemania, Rusia, de aquí EEUU, España, el Reino Unido, incluso desde Uganda. Eso fue maravilloso. Y este año esta diversidad continúa, tenemos autores de Argentina, Chile, México, Colombia, EEUU, España y Kenia. Creo que mi idea con este programa es fortalecerlo aún más, seguir aprendiendo de cada intercambio y de cada lectura, hacer que Cimientos sea una referencia y punto de proyección para muchas dramaturgas y dramaturgos de varias partes del mundo. Pero siempre teniendo el ojo en nuestra comunidad latina en EEUU y a nuestros escritores de Latinoamérica.
JS: Hablemos del mercado de literario para los hispanos en Estados Unidos, y en Nueva York en específico. El otro día hice una traducción de un poema de Paul ‘Pinny’ Bulman para publicarlo en español e inglés. Encontré muy pocas publicaciones bilingües. De las poquísima que encontré todas estaban enfocadas a publicar autores que escriben en los dos idiomas. Y a pesar de que hay mucho esfuerzo por parte de los promotores de la cultura hispana, todavía siento que estamos muy atrás. Sin embargo los hispanos somos 60.6 millones de personas en este país. ¿Qué nos falta? Quisiera escuchar su opinión al respecto.
GS: Yo llevo en EEUU ya casi once años y me he dedicado al trabajo como escritor y gestor cultural desde hace unos pocos años, desde el 2016 podría decir, que fue cuando llegué al MFA de Escritura Creativa en Español en NYU. Si bien es verdad que todavía nos queda trecho por recorrer, creo que se está haciendo mucho y cada vez nos vamos encontrando más y más. Si nos falta algo, es tiempo por un lado, y por otro, todavía más espacios de encuentro. Tengo mucha fe y esperanza. Hay editoriales que publican acá en EEUU en español, como Chatos Inhumanos, hay espacios que se van generando como la feria internacional del libro en NYC. Yo llevo desde el 2019 con una serie de lecturas y talleres que se llama En Construcción New Works by Latin American Writers y nos enfocamos en mostrar el trabajo hecho por escritores que viven en Nueva York. Hace poco salió un libro de Naida Saavedra que me parece fabuloso, New Latino Boom, que engloba todos los esfuerzos que se están haciendo y la producción literaria tan diversa en diferentes regiones del país. Con el tiempo me he ido conectando y he descubierto estas redes. Confío en el talento de nuestra comunidad, en lo que nos impulsa a seguir creando y a seguir encontrándonos.
JS: Usted por ejemplo publica su novela, El agua viene de noche, en Argentina. Cuéntenos por qué y cómo usted ha hecho para dar a conocer esa obra en Nueva York y cuáles son los obstáculos y oportunidades que ha encontrado como escritor hispano aquí.
GS:El agua viene de noche es mi primera novela y creo que me encontré con las dificultades de ser autor primerizo, podría decirse. La novela es experimental, juega con la oralidad muy local de mi lugar de origen, Mendoza, y propone una mirada alegórica sobre el cambio climático y el crecimiento de un niño en un medio catastrófico. Escribirla fue una experiencia bella, pero publicarla y difundirla ha sido trabajoso. En Argentina la red de editoriales independientes es muy fuerte y circula muy bien. Pero fuera del país es más complicado. Gracias a WordUp Bookstore en Washington Heights, pude hacer que mi novela tuviera un lugar aquí en Nueva York. Se puede comprar ahí y también me dieron el espacio para presentarla en abril de este año. Si bien el trabajo de un escritor que recién comienza es difícil, tengo en cuenta lo que me dijo mi editora: que sea una fiesta. Así que con ese espíritu empujo el libro. Pero NY también da oportunidades. La comunidad lectora, tan diversa y con tantas formas del español, acogió muy bien el texto. Eso me ha llenado de alegría.
JS: Hablemos de las influencias que tenemos los escritores hispanos en Nueva York. Creo que el trabajo de los puertorriqueños ha sido invaluable. Ellos han creado una vía de doble sentido que comunica los dos idiomas. Obviamente no solo ellos, pero sí creo que ellos empezaron. Pero hablemos de los otros grupos, si hay en Nueva York y del papel que sigue desempeñando la literatura de los Nuyoricans aquí.
GS: Definitivamente. Si bien Nueva York es una ciudad de todos las formas del español de Latinoamérica, la puertorriqueña es una de las predominantes. Me encanta. También podría decir lo mismo de la dominicana. No soy muy versado en la literatura que se ha producido dentro de estas comunidades aquí en la ciudad, pero es evidente el impacto que han tenido y la presencia que tienen en hacer de la literatura escrita en español algo que tenga un sabor caribeño invaluable. En mi proyecto de lecturas, En Construcción, siempre he contado con autores puertorriqueños y dominicanos. Gabriel Carle, Yaissa Jiménez, Ángel Antonio Ruiz Laboy, Alejandra Ramos, Huáscar Robles, son algunos de los autores que han presentado. En IATI y en Cimientos, la presencia de dramaturgos puertorriqueños es también muy fuerte. Hemos trabajado con Gama Valle, Janilka Romero y Andrés López Alicea, por ejemplo.
JS: Y en todo esto tenemos temas del lenguaje en sí mismo, el Spanglish, y el de la literatura de los que no somos nativos del idioma inglés pero que escribimos en él. Quiera saber cuáles son sus pensamientos al respecto y como ve la misión de estos escritores en los Estados Unidos y Nueva York.
GS: Vine a conocer este universo del Spanglish en la literatura cuando llegué a Estados Unidos. Fue una experiencia muy interesante para mí, porque primero lo leí. Gloria Anzaldúa, a quien admiro, profundiza en esto, hace del Spanglish una forma de teorizar y pensar su identidad. También, muchas de las autores del libro This Bridge Called My Back hacen este trabajo y pude ver en primer lugar el poder conceptual del Spanglish como algo que diga más que un fenómeno de encuentros (y desencuentros) culturales. Pero al vivir aquí pude verlo y escucharlo en gente amiga, en mis estudiantes, en miembros jóvenes de mi familia que viven acá y que crecen en esa zona intermedia, en una zona de préstamo constante, de juego. Para mí creo que es eso sobre todo, algo lúdico, y me parece fenomenal. No me nace todavía trabajar en inglés o Spanglish, pero siento que hay una ruta muy fuerte que se viene marcando desde hace décadas, porque es una parte sumamente viva de muchas personas.
JS: Hablemos de ‘Cimientos’ nuevamente. ¿Qué ofrece este año este proyecto? ¿Cómo usted lee estos artistas?
Este año estamos organizando un festival de lecturas dramatizadas en nuestro teatro, el cual estará del 8 al 12 de junio en IATI Theater. Varios autores vendrán en persona. Como te comentaba, tenemos un grupo internacional y será un lujo contar con su presencia. También transmitiremos las lecturas online, así que no se olviden de chequear nuestra página para reservar sus entradas. Es gratuito, así que acompáñenos. Tenemos obras que son más tradicionales o narrativas, podría decirse, como Juana y la muerte (Adriana Hernández Rascón, México) o Stars with Exit Wounds (Walter Sitati, Kenia). Y algunas más experimentales, como Ñachi (Nicolás Bascuñán, Chile) o The Space Between (Tommer Peterson, EEUU). Hemos trabajado para mantener una diversidad, en todo sentido. Y creo que yo me acerco a este programa de esa manera. Soy comparatista, mi doctorado es en literatura comparada, y de cierta manera tengo el entrenamiento para establecer puentes, conexiones, y marcar aspectos conceptuales y estéticos compartidos. Como anfitrión de los encuentros, junto a Winston, trabajamos para crear ese espacio de intercambio. Creo que cada grupo es diferente y nos maravilla ver cómo va evolucionando ese trabajo comunitario. Nos proponemos armar comunidad entre ellos, más allá de que a veces no hablen el mismo idioma. No tengo una forma de leer que determine estéticas específicas o que se acerque a lo que a mí me gusta personalmente, sino que mi propuesta es crear esos lazos de comunidad para que entre los artistas puedan intercambiar ideas sin tapujos. Y por supuesto, esto para mí es una escuela. Estoy de testigo y aprendiendo. Todo el tiempo. Y eso es un regalo.
Muchas gracias y nos vemos en Cimientos,
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