Es realmente muy difícil vivir sabiendo que hay tanto sufrimiento a nuestro alrededor. Nuestros amigos en Gaza no tienen electricidad (o solo cuentan con un máximo de 4 horas al día), o no disponen de calefacción ni de gas para cocinar. No tienen un ingreso económico y mucho menos un puesto de trabajo, y la forma en que sobreviven está más allá de nuestras capacidades para ello.
Y, por desgracia, algunos de ellos no llegan a sobrevivir.
Por Mazin Qumsiyeh
Los niños son los más vulnerables, y en las tres últimas semanas muchos de ellos han muerto de frío. Pero las condiciones de vida son también duras para los refugiados de la guerra civil en Siria, guerra que ha costado la vida de más de 100.000 personas y que aún no parece que vaya a terminar.
También se podría pensar en la guerra civil en Ucrania. Yo mismo fui alertando a todos acerca de esta situación, debido a la hipocresía de los gobiernos occidentales. Gobiernos que impusieron sus políticas neocolonialistas utilizando el lenguaje de los derechos humanos y el derecho internacional, pero al tiempo demostrando su hipocresía diariamente.
Pero hay una situación aún más sorprendente que aquella en Asia Occidental. Existen dictadores que son amados (incluso van a sus funerales) y dictadores que son odiados. Hay una limpieza étnica que es condenada (como los cristianos en Irak) y una limpieza étnica que es apoyada al 100% (cristianos y musulmanes en Palestina).
Luego de más de veinte años he venido advirtiendo que con esta hipocresía no existen ganadores ni perdedores, solo hay perdedores, y también he venido advirtiendo que se estaba abandonando el camino de la racionalidad para seguir aquel de la ayuda a los Estados que se basan en una religión (primero un estado judío, luego un estado musulmán, y luego quién sabe qué).
Alentar el fundamentalismo religioso es simplemente algo secundario. Los verdaderos defensores de los derechos humanos y yo continuamos exigiendo a Occidente que deje a un lado su hipocresía. Esto debería conducir a una mejor situación para todos los seres humanos. Tomará décadas para revindicar la racionalidad de los años 60. ¡Esto requiere un gran esfuerzo, pero debemos intentarlo y trabajar en ello!