Cuando Francia utiliza a jóvenes musulmanes para matar…
Por: Isabelle Montané
Siendo capacitadora en gestión de conflictos para organismos de formación, enseño a jóvenes que vinieron a aprender diferentes oficios, tales como agentes de asistencia en tierra a aeronaves, agentes de seguridad o de protección. Entre ellos, dos jóvenes musulmanes franceses de 24 y 26 años que han abandonado el ejército francés, después de 5 años y 10 años de servicio.
El primero, quien estuvo en la guerra en Costa de Marfil, dice que para ellos era muy difícil distinguir entre civiles, «soldados» y rebeldes. Decidió dejar el ejército después de haber tenido que matar a un niño soldado que iba a matar a su compañero de equipo. A los 24 años, está en formación para un trabajo nocturno, además de su trabajo diurno, por lo que no llega a descansar.
El segundo joven musulmán era francotirador, también, en el ejército francés. Declaró haber matado a muchas personas. También dejó el ejército porque «ya no podía seguir matando gente”. Entre el momento de estar apuntando con su arma a la persona (objetivo) y el de recibir la orden de matar, a veces pasaba un largo tiempo, durante el cual no podía dejar de preguntarse: «¿Quién era esa persona? ¿Tenía una familia? ¿Tenía hijos? ¿Una madre aún viva? ¿Amigos?”
Solo, con el dedo en el gatillo, él se dio cuenta de que la vida es sagrada y que no quería volver a matar nunca más, sin importar cualquier justificación. Sobre todo porque nunca recibió explicación alguna por sus actos, solo la orden de matar.
Ahora él estaba aquí, a los 26 años, sentado en medio de mis otros alumnos para aprender otro oficio.
Al parecer, Francia no tiene problemas con los jóvenes musulmanes que matan a adultos y niños… si lo hacen en su nombre.
Además, el ejército francés viene haciendo grandes y bellas campañas de reclutamiento durante los últimos años debido a que tiene falta de personal. Siempre tiene trabajo para nuestros niños, independientemente de su religión.
Foto: Andréi Roa Saboya