Exposición de Stefano Colonna, miembro de la Corriente Pedagógica Humanista Universalista (Copehu) de Perú, dada en el IV Simposio del Centro Mundial de Estudios Humanistas “Hacia el descubrimiento de lo Humano – del mundo de lo establecido a la libertad” que tuvo lugar en en Santiago de Chile del 30 de octubre al 1° de noviembre de 2014.
A nombre del equipo mundial de la Corriente Pedagógica Humanista Universalista COPEHU (1) agradecemos a los organizadores por invitarnos a este inspirador encuentro mundial.
Desde un enfoque social, en la educación observamos un concomitante incremento de movimientos y nuevas tendencias pedagógicas que buscan y proponen respuestas en este campo del desarrollo humano. Buscan y proponen respuestas dado que las instituciones educativas tradicionales ya no logran responder a las verdaderas necesidades del ser humano y mantienen hoy en día una intolerable dualidad: el cultivo de la diversidad y de la humanidad versus la homogeneización cultural y de los saberes; la educación como un derecho versus la educación como servicio y lucro a beneficio de intereses particulares; el conocimiento como patrimonio de la humanidad versus aprendizajes instrumentales y desconectados entre sí. Estos movimientos están muy despiertos y se proponen educar, formar y en un sentido más elevado buscan habilitar (2) a las Nuevas Generaciones para vivir y construir un mundo querido; un mundo en el que ya es evidente el nacimiento de un nuevo horizonte humano y espiritual.
Nuestra ponencia se inspira en las Nuevas Generaciones que se están formando en este paisaje mundializado e interrelacionado encaminados hacia la Nación Humana Universal. Es la primera civilización planetaria de la historia humana. Es hacia este ser humano del presente, ya casi futuro que se dirige nuestra labor como investigadores y educadores: es la esperanza de los tiempos venideros, es un soplo al oído, una búsqueda interna inspiradora y renovadora que va habilitando un camino en el que intuimos la misión hacia la creciente humanización.
Estas pocas reflexiones sobre la educación, no tendrán el afán de la persuasión. Solo les pedimos una cierta disposición a comprender, a inspirarse y ojalá una cierta disposición a sorprenderse, para que sea la misma fenomenología del aprendizaje la que deje espacio a una nueva comprensión.
Por tal fin los invitamos a considerar las reflexiones de la hermenéutica moderna que superó al predominio positivista y que ha abierto las puertas a una hermenéutica de la investigación educativa; como también los invitamos a considerar la concepción de la Autopoiésis desarrollada por el biólogo y epistemólogo chileno H. Maturana (3) que a nivel académico ha dado lugar un nuevo punto de partida. Así mismo los invitamos a destacar de SILO su concepción de la intencionalidad de la conciencia como motor de cambios revolucionarios y su refrescante definición del ser humano cuando afirma: “el hombre es el ser histórico, cuyo modo de acción social transforma a su propia naturaleza” (4).
En Copehu (Corriente Pedagógica Humanista Universalista) trabajamos como un movimiento pedagógico para las Nuevas Generaciones por la construcción de un nuevo paradigma educativo y fundamentamos nuestra acción en la Corriente de Pensamiento del Nuevo Humanismo Universalista fundada por Silo y en su Mensaje espiritual.
En vista de un nuevo paradigma, estamos ante la necesidad de superar nuestras pre-comprensiones encauzados hacia una nueva visión del ser humano: es la posibilidad de un alumbrante entendimiento, la implesión de la comprensión. Basado en este fenómeno de la conciencia, en el que se manifiesta “la Experiencia” de comprensión profunda y de los registros de significado a ellos relacionados, que surge nuestra propuesta educativa y la función social que de ella entendemos y proponemos. No nos dirigimos a los aprendizajes cuantitativos, sino al fenómeno del aprender en sí; el momento en el que “caigo en cuenta de que aprendo”, para que de este modo se pueda desarrollar gusto e interés hacia ese mismo registro del aprender. Consideramos entonces importante una pedagogía que, comprendiendo desde dentro estos procesos, ayude al desarrollo del pensar coherente favoreciendo la capacidad de relación coherente de información, antes que la acumulación diferenciadora de datos fragmentados.
Cuando hablamos de una educación humanizadora, no nos referimos solo al acto de tener un trato más humano y afectivo con los niños, que por cierto es muy importante. Es más bien una dirección, una concepción habilitadora de las nuevas generaciones en el ejercicio de una visión plural y activa de la realidad; de manera que su mirada tenga en cuenta al mundo no como una supuesta realidad objetiva, sino como el medio en el cual aplica el ser humano su acción, transformándolo y humanizándolo (5).
Esta visión nos lleva a considerar a cada ser humano como portador de una misión irrepetible e intransferible hacia la humanización del mundo. Una mirada en la que sobresale el tiempo futuro y el devenir de las Nuevas Generaciones hacia la intencionalidad.
Desde la concepción de la CoPeHU la franja temporal de aprendizaje abarca todo el paso de un ser humano por este plano de existencia, desde su nacimiento hasta su partida, ojalá hacia otro plano más elevado de evolución. Consideramos el fenómeno humano en una dinámica espiralada desde lo más simple a lo más complejo, es decir desde la estructuración de su paisaje de formación, hacia el desarrollo sexual y las preguntas existenciales sobre la muerte, la trascendencia y el sentido de la vida; la participación social, la autorregulación conductual; el interés y la vocación; la etapa del pensar relacionante y el encuentro con la conciencia inspirada; el develamiento de la Misión. En adelante quedamos habilitados para aprender sin límite como modo de existencia ligado al Sentido trascendente de la vida.
En esta visión activa de la conciencia y del sujeto de aprendizaje es clave: el ámbito que la sociedad pueda disponer para facilitar el aprender, el develarse y la realización de la misión; garantizar el libre acceso a la información acumulada por la civilización humana; el compromiso explícito con la No violencia activa; el desarrollo integral a través de la armonización de los Centros de respuesta (centro vegetativo, motriz, emotivo e intelectual, es decir “pensar, sentir y actuar en la misma dirección”); una espiritualidad que sintoniza con la sensibilidad libertaria de las Nuevas Generaciones y se reconoce en el Mensaje de Silo.
En COPEHU aplicamos las cinco llaves del aprendizaje intencional (6) que son la atención, el buen humor, el ambiente, la afectividad y el dialogo intergeneracional; las cuales operan como facilitadores para que “lo nuevo” ocupe su espacio en la persona.
Actualmente se viene validando la propuesta en una escuela pública de Perú y en diferentes Parques de Estudio y Reflexión del mundo. En estas experiencias se ha cotejado que según el ámbito físico y mental que se genere, será posible el despliegue de la intencionalidad y de lo mejor que posee el ser humano.
En síntesis: la hipótesis que trabaja la COPEHU es que el contacto con el mundo interno y la meditación como forma de autoconocimiento, como forma de autoaprendizaje e interiorización, permitirá conectar con la misión transformadora de cada ser humano, superar el determinismo y lograr Sentido y libertad.
Muchas gracias.
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(1) La COPEHU (Corriente Pedagógica Humanista y Universalista) es un movimiento pedagógico que trabaja por la construcción de un nuevo paradigma educativo basado en la Corriente de Pensamiento del Nuevo Humanismo Universalista fundado por Silo (Mario Luis Rodríguez Cobos, 1938-2010). Surge a principios del 2011 frente a la necesidad de dar una respuesta superadora en el ámbito educativo frente a la des-humanización y a la violencia creciente del sistema actual. Esta propuesta educativa surgió en Latinoamérica y se expande hoy por Europa y diferentes regiones del mundo. Está formada por un equipo de educadores actuantes en escuelas, centros culturales, institutos, universidades y organismos públicos quienes trabajamos por la construcción de una Educación Humanizadora. Leer: Aportes para una teoría y Práctica del Aprendizaje Intencional -en un contexto latinoamericano, (A. Novotny, M. E. Pirolo, R. De Angelis, H. Novotny, Parques de Estudio y Reflexión “Carcarañá” – Santa Fé – Argentina y Parque de Estudio y Reflexión “Caucaia” – Caucaia – Brasil http://goo.gl/cBNhWi)
(2) “Educar es básicamente habilitar las nuevas generaciones en el ejercicio de una visión no ingenua de la realidad de manera que su mirada tenga en cuenta al mundo no como una supuesta realidad objetiva en sí misma, sino como el objeto de transformación al cual aplica el ser humano su acción.” (Silo, Humanizar la Tierra, p.131.)
(3) El investigador afirma que los humanos somos seres donde la biología y la cultura son “autopoiéticas”: “Los seres vivos son sistemas de dinámicas cíclicas, cerradas en sí mismas, como redes de autoproducción de los componentes moleculares que las constituyen”. Entonces ¿si los seres vivos son sistemas cíclicos cerrados que se auto producen y el sistema nervioso lo es así mismo también, qué es lo que nos hace entender las cosas, qué hace que la gente pueda convivir? De acuerdo a la lógica maturaniana, la convivencia que se da en el “lenguajear” entre los seres humanos es la clave para entender cómo la experiencia es la que nos va dirigiendo en la vida, según cada circunstancia. Para Maturana lo fundamental es la acción del lenguaje y la interacción, es decir, la convivencia que se da en los seres humanos en el lenguaje. Y como se trata de una acción, no de un conjunto simbólico, el biólogo prefiere hablar de lenguajear. (H.Maturana, El sentido de lo humano. Dolmen, Santiago de Chile, 1996)
(4) “Me es insuficiente la definición del hombre por su sociabilidad ya que esto no hace a la distinción con numerosas especies; tampoco su fuerza de trabajo es lo característico, cotejada con la de animales más poderosos; ni siquiera el lenguaje lo define en su esencia, porque sabemos de códigos y formas de comunicación entre diversos animales. En cambio, al encontrarse cada nuevo ser humano con un mundo modificado por otros y ser constituido por ese mundo intencionado, descubro su capacidad de acumulación e incorporación a lo temporal; descubro su dimensión histórico-social, no simplemente social. Vistas así las cosas, puedo intentar una definición diciendo: “el hombre es el ser histórico, cuyo modo de acción social transforma a su propia naturaleza”, (Silo. Habla Silo. Obras Completas.Vol.1. Magenta, Buenos Aires, 1998, p.802)
(5) Aguilar M., Bize R. Pedagogía de la Intencionalidad, Homo Sapiens, Rosario, 2011, p.129.
(6) Ibídem, p.140.