Los trabajadores de la Casa de la Moneda están manteniendo movilizaciones por conflicto de intereses con el Banco de España y ante lo que parece una nueva posible privatización de otra empresa pública por parte del gobierno español. Desde el Comité de Empresa de la FNMT nos aclaran cuál es la situación en la que se encuentra en este momento el conflicto.
Desde la entrada en vigor del euro, la cuota de fabricación de billetes que asigna el BCE a España se ha encargado a la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre-Real Casa de la Moneda (FNMT-RCM) directamente por parte del Banco de España (BdE). Se prevé un cambio en la normativa de asignación y licitación de cuotas de fabricación de billetes, pues al parecer (solo hemos tenido acceso al borrador, puesto que todavía no está aprobada) la figura de imprenta pública, desaparece y solo va a contemplar dos posibilidades: Que el banco nacional saque su cuota a licitación o que disponga de una imprenta propia, lo que se denomina “in house”.
El gobierno español ha tomado la decisión de que la cuota española se fabrique en España, optando por el modelo “in house”. Una vez tomada esta decisión el BdE y la FNMT-RCM se ponen a trabajar para adaptarse jurídicamente a la nueva normativa europea que aún no ha visto la luz. La principal premisa de dicha norma es que el banco nacional de cada país tenga el control sobre la imprenta, y este control (así lo especifica el borrador de la normativa y lo avalan distintos informes jurídicos) se puede ejercer de distintas maneras: que el banco sea accionista mayoritario de la imprenta o que tenga mayoría en el consejo de administración de la imprenta.
Y dentro del control hay distintas vías societarias posibles (pues es condición indispensable la clarificación del balance de cuentas de la imprenta): o bien la creación de una nueva sociedad participada FNMT – BdE o la creación de una Unidad de Negocio en la que el BdE tenga el control de la misma por las vías antes mencionadas.
Por otra parte, las instalaciones de La FNMT-RCM en materia de fabricación de billetes no cumplen la normativa recientemente aprobada en materia de seguridad, y esto implica o bien la remodelación de la fábrica existente (descartada por la dirección de la FNMT pero perfectamente viable) o la construcción de una nueva planta (bastante más costoso económicamente que la remodelación).
En este escenario, el planteamiento del BdE es constituir una sociedad participada al 80% por el BdE y al 20% por la FNMT-RCM hasta el 1 de enero de 2018, fecha en la que la FNMT-RCM saldrá de dicha sociedad. Este, pensamos, podría ser el momento elegido para comenzar con la privatización de esta nueva empresa.
Esta sociedad promoverá la construcción de una nueva planta de fabricación de billetes, con el dinero de todos los españoles, en la que la FNMT-RCM suministrará el conocimiento técnico, maquinaria y personal humano necesario para poder llevar a cabo el proyecto.
La dirección de la FNMT-RCM nos dice que su postura ha sido siempre la de no perder la gestión industrial ya sea mediante una Unidad de Negocio dependiente de la FNMT-RCM o bien gestionando esta actividad dentro de la nueva sociedad y desde el BdE siempre les han negado estas posibilidades, manifestando argumentos vanos y poco claros, muestra clara de la opacidad con que se está llevando este proceso
Finalmente el gobierno ha dado pábulo al banco accediendo a sus pretensiones y mandatando a la FNMT-RCM a plegarse a sus propuestas.
La premisa fundamental de la representación de los trabajadores ha sido la de no segregar la actividad de la FNMT-RCM, la de defender las sinergias de la empresa y la utilización eficiente de los recursos públicos, pues a nuestro juicio, esta segregación propiciaría cambios peligrosos desde el punto de vista laboral y social pues se pone en riesgo la viabilidad tanto de esta FNMT-RCM, como de la empresa que se pretende crear, además de abrirse una puerta a la privatización de la nueva empresa, siguiendo la hoja de ruta utilizada con Aena, otra de las pocas empresas públicas que contribuyen con sus beneficios a cubrir parte del maltrecho Estado del Bienestar Español. Siempre hemos abogado porque la gestión industrial de la nueva empresa sea competencia directa de la FMNT-RCM, que es la que lleva haciéndolo desde hace más de 100 años, pues así los cambios serían mucho menos perjudiciales para todas las partes y de esta manera se mantendrían los puestos de trabajo y el capital humano y tecnológico que reside en la FNMT-RCM y que es referente mundial en la fabricación de billetes.
Por otro lado, esta solución sería mucho más ventajosa para la sociedad española, ya que requiere de una cantidad muy inferior de fondos públicos, pudiéndose aplicar la diferencia a otras de las muchas necesidades de los españoles, actualmente insatisfechas.