En la Universidad de San Carlos de Guatemala, en el Centro Universitario del Sur Occidente, Mazatenango, la licenciada Andrea Novotny y la profesora Analía Corradi, integrantes de la Corriente Pedagógica Humanista Universalista (Copehu) de Argentina, presentaron dos exposiciones respecto al aprendizaje intencional. Las charlas se dieron en el contexto del Congreso organizado por estudiantes de la carrera de Pedagogía y sus docentes, contó con la participación de más de 250 estudiantes.
A continuación la intervención de Andrea Novotny:
Aprendizaje intencional: Abriendo Horizontes hacia Nuevos Paradigmas Educativos
El tema central de nuestra ponencia será la “intencionalidad”. Seguramente habrán escuchado nombrar esta palabra en alguna ocasión… Viajaremos por el tiempo para llegar al momento en que este concepto surgió. Surge en la modernidad y se refiere a la relación entre conciencia-mundo. Era finales del siglo XIX, más específicamente el año 1874, cuando Franz Brentano filósofo alemán incorpora este concepto a la filosofía definiéndola en su obra Psicología desde el punto de vista empírico como “la propiedad distintiva de los fenómenos psíquicos frente a los fenómenos físicos”. Para este filósofo la conciencia se define por el hecho mismo de ser intencional, direccionada hacia algo, mostrando algo ubicado fuera de ella misma, o sea, presupone un objeto. Sin embargo es Husserl, discípulo de Brentano, quien profundiza el concepto a partir de sus “ideas acerca de la fenomenología”. El consideraba que la conciencia no existe en un vacío subjetivo sino que siempre es conciencia de algo, es decir, llevó a reflexionar sobre los objetos intencionales de la razón (las ideas).
Por su parte, Silo (seudómino literario del pensador latinoamericano Mario Rodriguez Cobos) plantea que el ser humano es conciencia activa. Es un ser histórico y social, constructor y transformador de realidades. En este sentido es que nos ubica en la idea de “conciencia activa”.
A ver por ejemplo, tomemos el tema del “fuego”. Hoy, nosotros podemos tomar un encendedor, y con el simple acto de apretar su perilla emana una llama de fuego… la pregunta es ¿siempre fue así? Claramente no, para llegar a este momento pasaron millones de años, forma parte de un proceso de evolución… donde primero los primates lo conservaron y luego lo produjeron y así el ser humano gracias a la ciencia fue avanzando. Esto quiere decir que este mundo donde uno nació, es un mundo transformado por otros seres humanos, cuyo modo de acción social transforma su propia naturaleza, donde intencionó en una dirección evolutiva. Entonces, podemos descubrir su capacidad de acumulación y transformación. Por eso es ser histórico y social.
Entrando ya un poco en el tema de la educación, partimos de que toda teoría y praxis educacional responde (explícita o implícitamente) a una concepción del ser humano y la conciencia, y a una aspiración de desarrollo social que emana de dicha concepción. Nuestra Corriente pedagógica se inspira en la concepción definida por Silo. Estamos convencidos que el ser humano llega a este mundo con una Misión irrepetible e intransferible en dirección humanizadora. En el mismo sentido, nuestro concepto fundamental es el de “aprendizaje intencional”.
En “Aportes para una teoría y práctica del aprendizaje intencional (en un contexto latinoamericano)” que fue escrito por un grupo de profesionales de diversas disciplinas decimos que “el aprendizaje admite diferentes grados intencionales. Desde la simple grabación de lo percibido por sentidos, por el hecho de registrar fenómenos, externos o internos; y de allí en adelante, el aprender imitando, el aprender haciendo, el aprender jugando, el aprender enseñando, el aprender intercambiando, el aprender investigando, el aprendizaje por inspiración… hasta el aprender sin límite, como modo de existencia ligado al Sentido trascendente de la vida.” Agregando que “del mismo modo podemos distinguir gradaciones en la intensidad de la apertura al mundo, de ese ir intencional de la conciencia hacia el mundo. Comenzando por la simple y fresca curiosidad humana, y la atención hacia un mundo externo pleno de estímulos interesantes de ser atendidos; pasando por los gustos o tendencias más personales hacia determinados aspectos de la vida, temáticas o actividades; la Vocación por determinada profesión o modo de aplicación social; hasta llegar al grado más intenso, sentido y profundo de la propia Misión en el paso por este plano de existencia.”
En este marco, para nosotros el aprendizaje es una actividad intencional, activa y muy dinámica de la estructura psíquica que llamamos conciencia. Al entender a la conciencia como una estructura en permanente actividad, no podemos compartir la concepción del aprendizaje como un simple vaciado de información de parte de alguien que “sabe” hacia alguien que “ignora”. El aprendizaje no consiste en una pasiva asimilación de información como fue considerado durante mucho tiempo por la psicología y la pedagogía tradicionales. El niño no viene al mundo como una hoja en blanco, como un disco duro vacío que hay que llenar y formar para que sirva a un determinado sistema o modelo de sociedad y ser humano, que se presupone son los correctos. Sino que todo lo contrario, una propuesta educativa debe ser holística, al plantear una visión de la realidad integradora, amplia, abierta y no dogmática, y debe ser contemporánea ya que debe situarse en las necesidades específicas que el momento actual y el futuro nos plantean. Por eso, para nosotros la misión de una nueva educación es la de “habilitar a las nuevas generaciones en el ejercicio de una visión plural y activa de la realidad, de manera que su mirada tenga en cuenta al mundo no como una supuesta realidad objetiva, sino como el medio en el cual aplica el ser humano su acción, transformándolo y humanizándolo”.
En esta visión activa, de la conciencia y del sujeto del aprendizaje, es clave el ámbito que la sociedad pueda disponer para facilitar el aprender y la realización de tal misión personal en función social, fundamentalmente en las primeras etapas de la vida. Una nueva concepción puesta a disposición de las nuevas generaciones, inspirados constructores de la nación humana de los nuevos tiempos. En este sentido es que nuestra propuesta educativa se hace cargo de una concepción del tiempo futuro como el tiempo vital que motoriza toda acción humana. Es la imagen de futuro querido lo que mueve al ser humano a plasmar en el mundo acciones concretas. Por eso y como comentan los autores del libro Pedagogía de la Intencionalidad, Mario Aguilar y Rebeca Bize “la educación debe ayudar a los niños y jóvenes que conforman una comunidad a construir esas imágenes de un futuro que, al traducirse en aspiraciones, conllevan la carga emotiva que motoriza acciones en el mundo. Una educación que ayude a construir un proyecto vital personal coherente y a descubrir un sentido de vida trascendente”. Estamos hablando claramente de un nuevo Paradigma educativo, el Paradigma del buen vivir en cuerpo, alma y espíritu.
Un paradigma educativo para los nuevos tiempos, para un nuevo ser humano que ya está naciendo. Como anunció Silo: “El ser humano del futuro no va a querer ganar y poseer cosas; va a querer sentir, crear, construir, aprender sin límites. No va a querer poseer, tener, controlar, ese humano comprenderá que hay millones de formar de desarrollar la emoción y el pensamiento, que hay una diversidad inimaginable de formas de sentir y pensar. Ahora la visión del ser humano es muy conductual y reducida, pero a futuro todo irá bien, todo irá para donde tiene que ir”
Ahora sí y ya para ir cerrando, quisiéramos invitarlos, a quienes quieran, a acercarnos a una experiencia interna, compartiendo una meditación incluida en el libro El Mensaje de Silo. Una práctica que no requiere una larga preparación ni capacitación previa, pero sí el claro propósito de contacto con lo profundo de la conciencia: la meditación del “Quién soy”.
Comenzaremos distendiendo el cuerpo, el corazón y la mente. Podemos entornar los ojos si les parece, para concentrarnos mejor, por un par de minutos nada más. Aflojamos el cuerpo, calmamos el corazón, aquietamos la mente… Entonces los invito a evocar momentos donde en climas agradables, afectivos aprendimos algo nuevo… donde aprendí algo importante con agrado. ¿Qué sensación viene relacionada con el recuerdo de ese momento de aprendizaje? ¿Es un registro que me reconforta? ¿Me da alegría, calma, me gusta? ¿Quisiera que todos los momentos de mi vida estén acompañados por esos registros? Como estudiante y futuro educador o ya siendo educador/ padre/madre medito sobre qué cosas hago cuando verdaderamente quiero que el otro aprenda, ¿cómo es mi disposición hacia ese niño, joven?
Así en esta atmósfera de buenos momentos que nos hacen sentir bien… meditamos sobre la frase: “No dejes pasar tu vida sin preguntarte: “¿quién soy?””.
Tal vez vayamos obteniendo diferentes respuestas, respuestas que se reemplazan unas a otras…
Nos preguntamos: “¿Quién soy?”, dejando fluir las respuestas… dejando fluir…
¿Soy un nombre y un apellido? ¿Un número de documento?…
¿Soy el mismo a la mañana, que a la tarde o a la noche?…
¿Quién soy… padre, madre, hijo, hermano, amigo, compañero… nada de eso, o tal vez todo eso y mucho más?…
¿Quién soy… soy este cuerpo? soy mis pensamientos?
¿Quién soy… más allá de las formas y los nombres?… soy alguien que podría evolucionar sin límites?
¿Quién soy?
¿Quién somos?…
¿Qué Es?…
……….
Cuando nos parezca oportuno, podemos ir lentamente abriendo los ojos… regresando aquí a la Universidad de Mazatenango al cierre de esta ponencia.
Agradezco de corazón el tiempo brindado por cada uno de ustedes. Ha sido un gusto compartir esta charla.
Por último y ya sí finalizando, quisiéramos invitarlos desde el equipo de la COPEHU al Tercer Encuentro Internacional “Hacia una Educación Humanizadora” que se realizará los días 9, 10 y 11 de Enero del 2015 en Parques de Estudio y Reflexión Punta de Vacas, Mendoza- Argentina a los pies del Aconcagua.
Que la Inspiración nos acompañe y que aprendamos sin límites!
Muchas gracias!
Andrea Novotny. 21 de octubre 2014.
