Por Andrés Figueroa Cornejo
Entrevista con el periodista chileno-australiano Rodrigo Acuña
Mediante una carta dirigida al Gobierno de Australia cifrada el pasado 17 de septiembre de 2021, un grupo de miembros de la comunidad chilena en ese país dieron cuenta de su preocupación en materia de derechos humanos a causa de la publicación por el Archivo de Seguridad Nacional de la Universidad George Washington, Estados Unidos, de registros del Gobierno australiano recientemente desclasificados que confirman la participación de agentes del Servicio Secreto de Inteligencia Australiano, ASIS, en Santiago de Chile, desde 1971 hasta aparentemente principios de 1974. Esto quiere decir, durante el Gobierno popular de Salvador Allende, durante y después del golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, en la génesis de la criminal Dirección de Inteligencia Nacional, DINA, la policía política de la tiranía de Pinochet, comandada por el militar “Mamo” Manuel Contreras.
Al respecto, el periodista independiente chileno-australiano Rodrigo Acuña (*) afirmó que, “en junio del 2021 el Gobierno de Australia confirmó oficialmente que el Servicio Secreto de Inteligencia Australiano (ASIS) trabajó con la Agencia Central de Inteligencia (CIA). En 1977 el ex primer ministro Laborista de Australia Geogh Whitlam reveló al parlamento que, “Se ha escrito, y no puedo negarlo, que cuando mi Gobierno asumió el cargo, el personal de inteligencia australiano estaba obrando como representantes de la CIA para desestabilizar al Gobierno de Chile”. Eso ocurrió en el marco de una investigación parlamentaria sobre las actividades de los servicios de inteligencia en Australia y desde entonces algunos periodistas serios han tratado de investigar el caso, pero han sido amenazados a través del sistema judicial por el Gobierno australiano”.
El Pacto de Adriana
-En ese sentido, existe una trágica coincidencia con el caso de Adriana Rivas, quien fue la secretaria personal de “Mamo” Contreras cuando el responsable directo de crímenes de lesa humanidad conducía la DINA de la dictadura. Ella recibió asilo y refugio del Estado de Australia. Y actualmente está en proceso su eventual extradición a Chile.
Adriana Rivas, también conocida por su sobrenombre de ‘la Chany’, fue arrestada por la policía en Sydney, Australia, en febrero de 2019. En el 2013, Rivas le dio una entrevista a la periodista Florencia Melgar del canal estatal SBS donde admitió que había trabajado con la DINA y que había sido secretaria personal de Manuel Contreras, su máxima autoridad entre 1973-1977. Mientras ella declaró que su labor se limitaba a usar sus capacidades como traductora y secretaria, también comentó que la tortura era la única manera de quebrar a las personas: “de la misma manera que lo hicieron los nazis, era necesario”. De acuerdo a su filosofía, “es la única manera de romper a la gente”.
Justificando el régimen fascista del dictador Augusto Pinochet, sus comentarios provocaron muchas quejas en un sector de la comunidad chilena-australiana, la cual se movilizó y reunió firmas para que fuera arrestada ya que se había fugado de Chile donde ya había sido detenida y estaba esperando ir a los tribunales por el secuestro y desaparición de siete miembros del Partido Comunista, incluyendo a Reinalda Pereira, una joven embarazada de cinco meses.
Eventualmente se reunieron más de 600 firmas en contra de Rivas, incluyendo a la gente que vivía en su suburbio, miembros de su club de fútbol y hasta un ex esposo de ella. Después, algunos miembros del Parlamento de Australia emitieron declaraciones para que las autoridades de Australia colaboraran con la orden de arresto internacional de Rivas por la Interpol. También, durante esta época acá se exhibió una película sobre ella titulada ‘El Pacto de Adriana’ (2017) que fue hecha por Lissette Orozco, una sobrina de Rivas en Chile. Intentando dar a conocer la verdad de su tía a la que ella había admirado mucho, Orozco realizó un excelente trabajo de investigación para demostrar que su familiar había sido una agente de la policía política de Pinochet durante los inicios y más duros años de la dictadura, además de una de las peores torturadoras de la DINA.
-¿Qué ocurre hoy con Adriana Rivas?
Actualmente está en una cárcel de mujeres en Sydney, Australia. Ya ha perdido dos apelaciones para no ser extraditada a Chile y su caso está alojado en la Corte Federal de Australia. Para una persona que residía en una vivienda pública del Gobierno, y supuestamente trabajaba como niñera, es bastante inusual en términos económicos que pueda defenderse legalmente a ese nivel.
-¿Pueden existir otros ex miembros de la DINA, CNI o militares viviendo en Australia y que cometieron crímenes durante la tiranía pinochetista?
No me sorprendería para nada. Por muchos años los servicios de inteligencia de Australia han trabajado con sus organizaciones equivalentes de los EE.UU. porque Australia es parte de la alianza ‘Five Eyes’ (Cinco Ojos), entidad creada después de la Segunda Guerra Mundial. Esta alianza está compuesta por los EE.UU., Gran Bretaña, Canadá, Nueva Zelanda y Australia. Basado en eso, cuando los EE.UU. han colaborado con los servicios de inteligencia de otros países, en este caso con la dictadura militar en Chile, los aliados de Washington han terminado tomando una postura similar.
-¿Y es posible que a la inteligencia australiana se le «haya colado» el “prontuario” de Adriana Rivas?
Yo no acepto para nada que los servicios de inteligencia de Australia desconocieran quién era Adriana Rivas antes de entrar a Australia. Si no lo sabían, serían unos incompetentes y dudo que lo sean. La que sí manifestó una incompetencia fue la propia Rivas al ofrecer una entrevista tan reveladora, y que la muestra muy prepotente, como protegida por la impunidad, con el resto de la comunidad chilena en Australia. Se ve que se consideraba intocable y tal vez por mucho tiempo lo fue. En el caso de otras y otros individuos como Rivas, sospecho que fueron más hábiles y, por tanto, hace años que han cambiado sus nombres y creado nuevas identidades.
La prestación de servicios de la inteligencia australiana a la CIA
-Conocemos la Escuela Francesa originada en las fuerzas coloniales galas contra el Frente de Liberación Nacional de Argelia, y su impacto determinante en Estados Unidos, Brasil y en la fatal Operación Cóndor en las dictaduras que asolaron a Latinoamérica entre los 50 y 70 del siglo XX, bajo la entonces nueva doctrina del enemigo interno. Sin embargo, la participación de la inteligencia de Australia es una gravísima novedad. ¿A qué se debería el involucramiento del Estado de Australia en el gobierno de Salvador Allende y luego en los años más duros de la tiranía pinochetista?
De acuerdo al periodista de investigación norteamericano Seymour Hersh, que denunció la masacre de My Lai en Vietnam en 1969, los servicios de inteligencia de Allende tenían a la CIA en Chile muy bien vigilada, al punto que afectó la capacidad de hacer su trabajo eficientemente. Basado en eso, la misma CIA le pidió al ministro de Relaciones Exteriores de Australia el envío de agentes de ASIS a Chile. Aparentemente, ni el director ni el subdirector del mismo ASIS estaban muy entusiasmados con la idea, y hasta declararon en un informe que Chile y el Gobierno de Allende no se presentaban como una amenaza para los intereses australianos. Pero siendo el Gobierno de Australia una buena mascota de Washington, Canberra aceptó el pedido estadounidense y mandó a sus agentes.
-¿Cómo se desarrolló la desclasificación de los expedientes que implican al Estado australiano con la Unidad Popular y luego con la dictadura militar en Chile?
La desclasificación de los archivos sobre la ASIS se logró gracias al profesor Clinton Fernandes de la Universidad de Nueva Gales del Sur. Él es un ex militar australiano (ninguna relación con América Latina por su apellido) que trabajó en inteligencia. Aproximadamente 20 años atrás fue acusado de revelar información sensible del ámbito militar de Australia y East Timor. En ese momento, Australia apoyaba un régimen militar en Indonesia mientras el pueblo de East Timor luchaba por su independencia. Fernandes fue disciplinado por el ejército y eventualmente, cuando no se pudo comprobar que fue él quien reveló la información, se retiró de las fuerzas armadas e ingresó al mundo académico. Desde entonces ha escrito varios libros muy valiosos sobre la política exterior de Australia, y ha denunciado cómo este país no solo es un aliado de los EE.UU., sino que también tiene su pequeño imperio en esta parte del mundo.
Dentro de sus investigaciones, en búsqueda de las actividades del diplomático australiano Noël Deschamps, Fernandes pidió los archivos de Australia en Chile. Deschamps fue el representante máximo de Australia en Chile durante el Gobierno de Allende. De acuerdo a Fernandes, Australia y ASIS probablemente estuvieron seriamente involucrados en el golpe de Estado en Chile en 1973 y en el de Camboya en 1970.
-¿Qué busca el grupo humano de chilenos en Australia que suscriben la carta del 17 de septiembre último?
La iniciativa fue tomada por la abogada Adriana Navarro que también es activista de derechos humanos, y por mí. Una vez que escribimos la carta abierta fue rápidamente apoyada por 70 chileno-australianos. En la carta declaramos que somos una pequeña muestra de muchos chilenos que vivimos en Australia y que fuimos perseguidos por la dictadura. Por ahora, solicitamos una disculpa oficial del Gobierno de Australia por haber trabajado con la CIA y colaborado con la creación de las condiciones para el golpe militar del 11 de septiembre de 1973. Asimismo, pedimos la desclasificación de todos los archivos del Gobierno de Australia en relación a las actividades de ASIS en Chile. Este proceso será muy extenso, pero como víctimas de una brutal dictadura, careceríamos de dignidad si no lo hiciéramos.
(*) El entrevistado Rodrigo Acuña es un periodista independiente que escribe sobre política latinoamericana y locutor de Indestructible Podcast de Alborada. Tiene un doctorado de la Universidad de Macquarie, Sydney, Australia. Puedes seguirlo en Twitter en @rodrigoac7.