En sus tiempos de esplendor cultural, los griegos solían celebrar grandes banquetes que llamaban… Simposios. Estos eventos conllevaban por supuesto la ingesta de alimento y libaciones abundantes de vino – que del carácter ritual desbordaban a menudo en borracheras al mejor estilo dionisíaco. Sin embargo, los Simposios combinaban aquella sensualidad con juegos, intercambio de ideas y opiniones, música, poesía, danza, convirtiéndolos en venerados y anhelados acontecimientos culturales. En ellos se hacía plástica aquella vibrante vivencia helénica que tan bien supo combinar placer y saber.
Estas reuniones – por entonces excluyentes y sólo reservadas a las élites y a
los varones – cobraron relevancia universal mucho después a través de la obra de Platón, “Symposion” (o “El banquete”). El maestro fundador de la Academia aprovechó argumentalmente el ámbito para propiciar con su método dialéctico las reflexiones profundas que aquel mundo griego, próximo a su decadencia, sin duda necesitaba. En aquel elogio del amor, anticipaba aquel ascenso hacia formas ideales del bien que podían dotar de un nuevo sentido trascendente y liberador a una existencia acotada al ciclo natural del cuerpo y a la vigencia de una mitología escatológica sufriente. Lo bello en la Tierra conectaba como reminiscencia con aquel mundo ideal, para Platón objetivamente existente, que podía reorientar el esfuerzo humano hacia nuevos y crecientes horizontes.
No en vano aquel impulso pitagórico-platónico fue recogido centurias después por los Humanistas del Renacimiento. Junto a las enseñanzas hermético caldeas, el neoplatonismo constituyó la base para la rebelión humana frente a la represión maniquea que el cristianismo había impuesto durante mil años al mundo europeo.
Acaso por ello, los actuales Humanistas, mujeres y hombres de esta época,
sintiendo el oscurecimiento al que nuevamente pretende someterse a lo Humano, se alzan nuevamente en rebelión contra lo establecido, reclamando la necesidad de descubrir aquello que está cubierto por la autodegradación, afirmando la posibilidad de libertarse de antiguos ropajes y surgir como especie renovada, más allá de la culpa, el resentimiento, el rencor, la violencia y la explotación.
Claro está que en el mundo actual, esos poderosos impulsos del mundo babilónico, egipcio, clásico y renacentista, cobran vida en una versión universal, recogiendo además los aportes de todas las culturas en sus mejores momentos.
En este contexto se desarrollará, impulsado por el Centro Mundial de Estudios Humanistas, el IV Simposio Internacional, cuyo lema precisamente es “Hacia el Descubrimiento de lo Humano – del mundo de lo establecido a la Libertad”.
El trascendente evento se llevará cabo entre el 30 de Octubre y el 2 de Noviembre simultáneamente en dos sedes, una en Chile y otra en Italia. En Latinoamérica, la Inauguración será el mismo jueves 30 en las instalaciones del antiguo Congreso Nacional en Santiago de Chile, trasladándose las sesiones luego al Liceo 7 de Niñas de Providencia, para culminar el Sábado 1 en el vecino Parque de Estudios y Reflexión los Manantiales. En la subsede europea, el escenario será el Parchi di Studio e Riflessione Attigliano, ubicado en la región de Umbria, en un punto intermedio entre Roma y Florencia. Allí, el programa de actividades se realizará por completo entre los días 1 y 2 Noviembre.
En una sección del documento introductorio al Simposio, los organizadores
puntualizan: “El futuro se presenta incierto, pero va ganando cada vez mayor espacio la certidumbre de que es necesario para la supervivencia y evolución de la especie humana, realizar cambios intencionales y profundos. Sobre todo, va quedando claro que no habrá progreso si no es de todos y para todos.”
Indicando al mismo tiempo que “para operar ese cambio, es imprescindible
descubrir lo que está a la base del mundo moribundo, aquello que realmente está en crisis: un tipo de mirada sobre el Ser Humano.”
Y será el intercambio y la experiencia sobre un nuevo e imprescindible modo de mirarnos, lo que estará en el centro del debate del Simposio.
Anticipando algo en torno a la posibilidad de desarrollar esa mirada transformadora, se dice en el mismo material de fundamentos: “Una mirada que dé cuenta de la intencionalidad del Ser Humano, de su capacidad de dar dirección a la propia vida y la de los conjuntos, que proclame su posibilidad de elegir, su libertad, su tendencia hacia la indeterminación. Una mirada que no defina a lo Humano desde factores externos a él, pero que comprenda al mismo tiempo su conexión estructural con el medio en el que le toca desenvolverse. Una mirada que afirme la dinámica social e histórica de lo humano, como construcción permanente de su propia naturaleza y su correspondiente transformación.”
Salvo en lo concerniente a los excesos en el consumo de la uva fermentada – que quizás sean bien suplidos por una buena cuota de embriagadora inspiración – el programa previsto incluye los condimentos necesarios para que el IV Simposio refleje en sí buena parte de la herencia histórica. Habrá música, elementos poéticos, dramaturgia, expresión fotográfica y audiovisual, junto a la exposición de ponencias de panelistas destacados de los ámbitos de la educación, las ciencias naturales, el pensamiento filosófico, la antropología, la sociología, la historiología, la economía y el arte.
Junto a ello se desarrollarán talleres temáticos, mesas redondas, y presentaciones de libros y monografías.
Sin duda que la transformación social y la acción política estarán muy presentes a través de figuras comprometidas con dicho quehacer y claro está que lo existencial y lo espiritual jugarán un rol muy relevante en las actividades a través de laboratorios experienciales, ceremonias y conversatorios.
Lo fundamental será la participación de la gente. Por ello, los organizadores han dispuesto espacios de intercambio, denominados “ágoras” para posibilitar un verdadero flujo multidireccional de ideas y arribar a conclusiones que impulsen la acción venidera.
En este sentido, el IV Simposio concluirá en ambas sedes con el lanzamiento de una Campaña mundial llamada “Campaña de Celebración del Buen Conocimiento” que enfatiza en la necesidad de recuperar para la existencia humana una renovada dirección de hermandad, reconciliación, bienestar general, libertad y sentido.
No hay duda que este IV Simposio del Centro Mundial de Estudios Humanistas será un gran banquete. Un deleite para los sentidos y un sentido para el deleite.
Los programas completos en ambas sedes del IV Simposio internacional del CMEH pueden ser consultados en http://europa2014.worldsymposium.org/index.php?page=programma (sede Parco Attigliano)
http://www.cehum.cl/wp/programa-4-simposio-internacional-cmeh-latinoamerica/ (sede Santiago de Chile/Parque Los Manantiales)