Por Vainaimoinen para www.zonareader.com.– Hace tres años publicábamos un artículo en esta página en el que explicábamos como la estrategia de Amazon se basaba en el largo plazo, no estaba diseñada para la obtención de beneficios a corto y mantener contentos a los accionistas.
Pero Amazon no es así, es un intermediario extraño que hace un poco de Robin Hood, quitándole el dinero a los poderosos como es el caso de las Editoriales a las que obliga a bajar los precios en beneficio de los consumidores e igualmente opera en otros campos como es el caso de los ereaders, que como ya vimos desde hace mucho, los ha vendido incluso perdiendo dinero.Aquí le quita el dinero a los accionistas que al ver la proyección de la compañía y el aumento de ventas de la misma, esperan con la lógica de siempre cobrar unos jugosos dividendos, pero entonces viene Jeff Bezos y ¡Zas! Se los quita de las manos y los emplea en nuevos negocios e inversiones para hacer más grande la empresa y ofrecer productos baratos a los consumidores.
Esta política está produciendo un crecimiento vertiginoso de los beneficios de la compañía que ensombrece a sus competidores. Pero los accionistas no ven un euro desde hace diez trimestres que lleva arrojando pérdidas la empresa.
No sólo crecen los beneficios si vemos su balance, también vemos que los activos y consecuentemente los gastos de explotación han crecido también y van en aumento, y esto en una empresa conlleva a la necesidad de una facturación estable mensualmente para poder pagar los gastos fijos de explotación: Sueldos, Costes energéticos, Alquileres y mantenimiento de inmuebles, etc.
En las cuentas presentadas por la multinacional, vemos como los activos en propiedad y equipos han aumentado desde hace un año desde los 10949 millones de dólares hasta los 11.811 millones de este año, un esfuerzo inversor que se ha reflejado en la apertura de numerosos centros de distribución por todo el mundo, y que parece no cesar en su empeño. Pocas horas antes de la publicación de sus cuentas, anunciaba la apertura de un nuevo centro de datos en Europa en la ciudad alemana de Frankfurt, que se suma al que tiene en Irlanda. Amazon Web Services (AWS) le permite competir en el negocio de la gestión de datos en la nube frente a rivales como Google, Microsoft, IBM o Cisco.
Los gastos de explotación a nivel internacional han pasado de 19.724 millones de dólares el año pasado a 23.254 millones sólo en los primeros nueve meses de este año.
En América del Norte los gastos de explotación sumaban 28.024 millones de euros y lo que va de año, ya han ascendido a 35.634 millones de dólares.
Esta progresión es comprensible si pensamos que el objetivo final de la compañía de Jeff Bezos es acaparar el negocio de la distribución de bienes por internet, no nos olvidemos que comercializa de todo, en EE.UU. Hasta alimentos frescos, verduras y hortalizas. Para eso hace falta una logística tremenda, de unas proporciones gigantescas, que necesita inversiones continuas sin pensar en los beneficios a corto plazo.
Amazon ha dado pérdidas en el tercer trimestre por 437 millones de dólares, lo que supone multiplicar por 10 las pérdidas del mismo periodo de hace un año, y esto ha hecho encender la luz de alarma en Wall Street, las acciones de la compañía han caído un 10%.Sin embargo los ingresos ascendieron en este mismo trimestre a 20.580 millones de dólares un incremento del 20% comparado con el mismo periodo de 2013.
Para algunos analistas estas pérdidas reflejan las continuas inversiones de la empresa en nuevos servicios y negocios, además de las necesarias en nuevas infraestructuras y esta política puede causar serios daños a la multinacional.
Nos parece muy peligroso que unas cuantas compañías americanas como Google, Amazon, APPLE y la japonesa Rakuten acaparen en un futuro prácticamente el 90% o incluso más, el negocio de la distribución de bienes por internet.
Las empresas de internet manejan ya una cantidad ingente de información sobre nuestros gustos, nuestra edad, nuestras inclinaciones políticas, religiosas, sexuales, etc. y utilizan esos datos para orientarnos hacia los bienes que producen las compañías. ¿Cuanto tiempo tardará el poder político en usar esa información para manejarnos?¿Nos dirigimos hacia un futuro distópico en el que lo que cosumimos, lo que pensamos y lo que hacemos, estará controlado por el poder que tendrá almacenado todos los datos necesarios para manipularnos?
La novela 1984 de Orwell, o “Un Mundo Feliz” de Aldous Huxley pueden parecer un juego de niños al lado de esta pesadilla tecnológica que empieza a adivinarse en un horizonte ya no tan lejano.
¿Hay alternativas a este proceso de centralización? Pues sí por supuesto, contra la centralización está la geolocalización, la agrupación de los productores y consumidores en cooperativas que eliminen los intermediarios, y se asocien para producir los productos que consumimos en la zona geográfica donde vivimos eliminando el transporte y por tanto las emisiones de los vehículos a la atmósfera y dando la oportunidad de consumir productos frescos sin la necesidad de pasar por las cámaras frigoríficas. Si a esto se añaden criterios ecológicos, se eliminarían los transgénicos y la carne tratada con hormonas y otras sustancias químicas.
Hay ejemplos que nos pueden parecer pintorescos, pero que habrá que ver como se desarrollan, por ejemplo hay páginas web que dan la oportunidad de adoptar una gallina y de obtener los huevos que pone cada semana. La gallina se cría en granjas ecológicas y no con pienso transgénico, las familias llevan a sus hijos a ver el ave los fines de semana y recogen la puesta. Es otra forma de producir totalmente distinta. Igual pasa con la corriente de huertos urbanos que está imponiéndose en varias ciudades, en donde los vecinos cultivan en régimen cooperativo las hortalizas y frutas, o bien pagan una cuota por ellas.
Hay cada día más ejemplos de personas que han abandonado la ciudad y se han ido a vivir a su pueblo de origen en el que sobreviven cultivando la tierra y con algunos animales de granja, mientras obtienen alguna renta complementaria con productos que elaboran ellos mismos y que comercializan a través de internet. Y se distribuye de todo, desde jerseys de lana, hasta tartas caseras, o conservas artesanas.
Internet está revolucionando no sólo la distribución de bienes, también lo que se produce y el modo en que se produce.
Y aquí se va a dar una dialéctica entre las grandes multinacionales que ya tienen beneficios mayores que el Producto Interior Bruto de la inmensa mayoría de los países y los estados de las naciones, el poder político si no se hace fuerte finalmente será gobernado por las poderosas empresas globales a nivel de internet.
Tarde o temprano, el estado tendrá que intervenir si no quiere perder su soberanía, y tendrá que dar como servicio público lo que ahora es privado. Tenemos el ejemplo de la lucha de la Unión Europea en el campo editorial y también ejemplos de algunas comunidades autónomas en España que han adoptado el Software Libre de Linux ahorrando millones de euros en licencias a los contribuyentes. Me estoy refiriendo a Extremadura y Andalucía.
El futuro está ahí y viene hacia nosotros como una locomotora a toda velocidad, de nosotros depende de que no nos lleve por delante.