Uno de los mayores problemas que puede tener un país es el de la corrupción. Distrae una enorme cantidad de recursos públicos, empeora notablemente los servicios del país y deteriora la legitimidad democrática –en el caso de que exista–. Así, el impacto de la corrupción en América Latina es enorme.
Algunos de los factores que han agudizado la imagen de Latinoamérica como una de las regiones más corruptas en el mundo son: reacciones débiles o caóticas, prácticas ilegales y falta de transparencia sobre cómo se ha invertido la ayuda internacional destinada a hacer frente a la pandemia de coronavirus, según denuncia la organización Transparencia Internacional (TI).
El informe de Transparencia Internacional, que incluye a países de todo el mundo, concluye que las naciones que sus ciudadanos perciben como más corruptos han sido de igual forma las que peor respondieron frente a la crisis sanitaria.
De acuerdo con el índice de percepción de la corrupción que publica la organización cada año, Venezuela, Nicaragua y Haití fueron los países peor catalogados en 2020. Mientras que Uruguay, Chile y Costa Rica, son los países que obtienen mejor puntuación en el índice por su manejo de la pandemia.
En el ensayo: Inteligencia artificial híbrida. Una amenaza a Latinoamérica, David Salinas Flores alerta sobre la larga historia de experimentación humana de las grandes potencias económicas en el Tercer Mundo junto con algunos gobiernos corruptos de Latinoamérica que la han permitido para enriquecerse mediante una gran promoción de la inteligencia artificial.
La inteligencia artificial híbrida sería la fusión de nuestro cerebro con implantes cerebrales. Se afirma que esta inteligencia artificial es un beneficio para la sociedad; sin embargo, no se dice que la fusión nos puede llevar a perder nuestra autonomía, nuestra intimidad, y podemos convertirnos en robots humanos al servicio de las transnacionales.
Otro de los métodos de la doblegación humana en su dimensión psicológica es el empleo bien calculado del miedo en combinación con el fomento de la ignorancia. Esta fórmula intenta sembrar el caos para poder cosechar el incremento del sentimiento de pánico e inseguridad de la población.
En mi artículo “Análisis y crítica de la sociedad de la hiperinformación” publicado en septiembre de 2018, señalo: “Los políticos de gran corrupción adictos al poder ofrecen ‘soluciones’ prefabricadas a la medida de la élite gobernante y agradecidamente aceptadas por los gobernados, aun cuando contengan medidas abiertas de represión y restricción”.
El control mental-corporal de la población en general, en casi todo el orbe, afecta a billones de seres humanos, trabajadores y consumidores que conforman el universo de esclavos del sistema. Esta sombría metodología se perfecciona en la medida en que sus víctimas creen tener la convicción de pensar y actuar soberanamente, sin enterarse de sus cadenas de sumisión objetiva y subjetiva.
Tal como lo hemos afirmado, entre los métodos de semejante acondicionamiento mental destaca el fraccionamiento del pensamiento, mediante la sobrecarga de “información” y el bombardeo de noticias fabricadas durante las veinticuatro horas del día, aparentemente no relacionadas entre sí, pero portadoras del mismo mensaje subliminal: «no pienses».
En el reciente artículo “El experimento de Daniel Alcides Carrión”, publicado por la Revista Médica Carriónica (RMC) órgano de expresión científica del Cuerpo Médico del Benemérito Hospital Nacional Dos de Mayo (HNDM) de Lima, Perú, se señala: “La mítica posesión de los indios por las huacas, ha sido muy estudiada por los antropólogos peruanos, sin embargo puede resurgir, pero no como mito sino como realidad, recientes investigaciones alertan de la existencia de un programa de control mental en Latinoamérica, las nuevas huacas son los servicios de inteligencia estadounidenses”.
Y también señala en “‘El regreso de las huacas’: Control mental en Perú”: “Control mental, es para mucha gente un tema de ciencia ficción o de trastorno psiquiátrico más que de ciencia, sin embargo el avance en la neurociencia lleva a una realidad científica que contrasta con tal percepción”.
Sin duda, el estudio de la corrupción y su alta incidencia en América Latina y el Caribe merece el aporte de la antipsiquiatría y la psicología, para poder no sólo entender sino buscar maneras de forjar ciudadanos de bien.