¿Qué significaría si se dice que «a uno le suena poética una cosa en el mal sentido de la palabra»?
Significaría que la interpretación que hace de ello le saca de su posible reflexión, de su resonancia, que se fuga a lo meramente estético, que le patina…
Llegados en largo proceso histórico a un profundo vacío, si escuchamos o leemos, por ejemplo, «el camino interno», es muy probable que salgamos mecánicamente despedidos de esa imagen, teniendo en el mejor de los casos la sensación de que se ha tratado de una banal figura poética. Ese sería el mal sentido de la palabra «poética», cuando en lugar de conectarnos y elevarnos, alguna creencia de fondo nos lleva a la nada, a la falta de eco y de ancla… Se ha llegado a creer que todo está afuera, la ciencia estudia solamente el afuera, las religiones externalizaron a sus dioses, la diversión, la tecnología, la producción, las construcciones y hasta el amor se creen solamente afuera…
Y ¿cómo sino podría alegorizarse y hablarse de la dinámica procesal de la propia vida, de su movimiento existencial? Bien pensado, «camino interno» se ajusta a la perfección para la descripción de esa realidad.
¿Porqué no resuena entonces?
¿Será que uno no está seguro de estar «andando» más allá de lo físico?, ¿quizás se siente detenido, paralizado?
Siendo así, la cosa se complica cuando quien expone sigue describiendo cómo se puede andar por el camino interno. Y dice, por ejemplo: «oscurecido o luminoso».
Eso te puede sacar de tema todavía más. Es muy probable que repliques que ahí falta añadir: «o en penumbra». Y ese matiz que buscarías sería un fiel reflejo del sentir general de nuestra época, y no de tus posibilidades ni de tus ganas y necesidades. Un estado de detenimiento (sin camino) y duda de todo (tu protestada penumbra), hasta el punto de convertir eso en valor, en recelo de todo lo que no sea eso…
¿Hasta cuándo, hermano?, ¿hasta cuándo…?