Ayer se realizó un interesante foro llamado “Buscando caminos para la paz en en el conflicto israelo-palestino”. En la actividad organizada por un equipo de humanistas, Brigada de Paz, se discutieron las posibles salidas para la solución del conflicto entre ambos pueblos, con importantes expositores. Ami Koren, del Centro Judío Progresista MERETZ, Omar Salamé, de la Unión General de Estudiantes Palestinos (UGEP), Daniel Jadue, de la Federación Palestina, Tomás Hirsch, Vocero del Partido Humanista y Fernando García Nadaff, analista político y moderador de la conversación, fueron los encargados de desarrollar el dialogo.

El foro contó con momentos de alta tensión, puesto que mediante el desarrollo de la conversación, se enfrentaron las miradas de los representantes de ambos pueblos. Sin embargo, en medio de la pasión expuesta, surgieron interesantes luces sobre la resolución del conflicto.

Tomás Hirsch, quien se emplazó desde la mirada humanista universalista, nos cuenta acá las principales conclusiones que ahí se establecieron.

¿Qué impresión te llevaste del foro?
En primer lugar, me parece muy importante hacer foros y debates respecto de este tema, porque el conflicto en Medio Oriente no es sólo un drama que afecte a Israel y Palestina, sino que afecta a toda la humanidad, sobre todo considerando que en Chile hay una gran comunidad Palestina y también una importante colonia Judía, que siempre han tenido buenos vínculos y buenas relaciones. Por lo tanto, no pierdo la esperanza de que en lugares como Chile, surja una propuesta que termine influyendo positivamente en la región. Desde ese punto de vista, me parece muy bueno haber realizado este foro. No debemos escatimar esfuerzos en buscar propuestas para la paz en Israel y Palestina.

Ayer se mencionaron algunas luces respecto de las posibles salidas del conflicto ¿Cuáles son las resoluciones que destacas al respecto?
Creo que más allá de las pasiones que despierta el tema, y ayer fuimos testigos de eso, hay coincidencias plenas, tanto entre quienes representan la mirada de Israel como la de Palestina, en la urgencia de avanzar en la creación de un Estado Palestino, reconocido internacionalmente y, por cierto, reconocido por Israel. En segundo lugar, coincidimos en la necesidad de terminar con la ocupación de territorios, terminar con la política de instalación de asentamientos israelíes en esos territorios y terminar con ese muro infame que divide hoy a ambos pueblos. Por otro lado, me parece que va ganando fuerza la idea de que no se puede terminar con la violencia que hay en la región, utilizando la violencia como respuesta. Tienen que buscarse caminos no violentos, caminos de diálogo, caminos de paz.

En el foro mencionaste la idea de establecer dos Estados provisorios para poder llegar a una regionalización, ¿puedes explicar con mayor profundidad esa idea?
Los humanistas tenemos muy claro que los Estados Nacionales están obsoletos, desgastados y hoy día son aparatos al servicio de grandes poderes multinacionales, sobre todo del poder financiero y del aparato encargado en la producción militar. Desde ese punto de vista, apuntamos a la superación de los Estados Nacionales. El camino de la superación  de los Estados Nacionales es el de la integración regional que lleve, en algún momento, a la creación de una Nación Humana Universal. La integración regional debe ser una integración no solo política y económica, sino que sobre todo debe ser multi-cultural, multi-étnica, multi-religiosa, que valore e incorpore las diversidades que existen en una región. En esa dirección, la solución de los dos Estados en Israel y Palestina, puede ser buena en el corto plazo, porque permite que cada uno de los pueblos tenga su entidad estatal, pero a la larga hay que buscar caminos que superen la creación de los Estados. Vivimos en un momento donde están desapareciendo los Estados Nacionales, por lo tanto pretender que con la creación del Estado se va a resolver el conflicto, es tener una mirada muy corta. Por esa razón, hablo de una solución transitoria. Nosotros aspiramos a ir mucho más allá.

Se concluyó también que hay una fuerte crisis dentro de las izquierdas del mundo, ¿de qué manera podemos aportar en el rediseño de esa izquierda, para impulsar un cambio en la dirección de las políticas globales actuales?
Está claro que hay una crisis en la izquierda en todo el mundo, que no está dando respuestas a los desafíos del siglo XXI. Una izquierda que históricamente estaba asociada a la concepción marxista y que fracasó; terminó disolviéndose, terminó con Estados policíacos, y terminó sucumbiendo ante el avance del neoliberalismo. Y en algunos casos, incluso integrándose a gobiernos que mantienen el modelo neoliberal, como por ejemplo lo que ha pasado acá en Chile con el Partido Comunista.
La izquierda está fragmentada, disgregada y sin un proyecto claro. El camino tiene que ver con ser capaces de construir nuevas respuestas, nuevas miradas frente a una nueva sensibilidad que crece en las nuevas generaciones, que no tengan la forma vertical de líderes que conocimos en el pasado. Una nueva izquierda debe ser horizontal, paritaria, no violenta, con nuevas propuestas en materia económica, con participación de los trabajadores en la propiedad de las empresas y que incorpore los temas ambientales, de integración regional, la diversidad cultural y étnica. Y eso es un desafío que está pendiente. El primer paso tiene que ser construir caminos de convergencia, comprender que tenemos que trabajar en conjunto, que ningún partido u organización puede resolver solos los problemas que tiene hoy día nuestra sociedad.

Y en ese sentido, ¿crees que el Partido Humanista está aportando en esa dirección?
Estamos haciendo un esfuerzo en esa dirección. Estamos convencidos de que necesitamos avanzar en caminos de convergencia y eso nos ha llevado a sostener diálogos intensos, fluidos y permanentes con otras fuerzas políticas y sociales. Por eso hemos estado dialogando con la Izquierda Autónoma, con el PRO, con los ecologistas, con Igualdad, en fin, no quiero dejar ninguno afuera, pero con muchísimas organizaciones políticas y sociales de la izquierda chilena. Estamos muy dispuestos y disponibles para buscar caminos de convergencia. Por cierto, no se trata de un simple pegoteo, sino de convergen en torno a un programa, a propuestas; en torno a un proyecto común para nuestro país. Nosotros, al menos, vamos a seguir haciendo todos los esfuerzos posibles en esa dirección.