En el Perú actual el tema de la salud mental es preocupante y requiere de un nuevo enfoque, pues los prejuicios existentes en la sociedad impiden abordar adecuadamente la situación, más aún si se tiene en cuenta que las familias de pacientes que padecen de alguna enfermedad mental se sienten obstaculizados para hablar de un tema que debe ser abiertamente debatido.
Es urgente replantear el concepto de “enfermedad mental” y criticar razonablemente a la psiquiatría convencional. El movimiento denominado antipsiquiatría cuestiona a la psiquiatría tradicional el haberse entrampado en el llamado “Estado terapéutico” producto de un concepto en proceso de caducidad en el campo de la medicina.
Tal como menciono en mi artículo “La antipsiquiatría y su evolución contracultural”, publicado en junio de 2018, el movimiento antipsiquiátrico se rebela ante una psiquiatría limitada o sojuzgada por una sociedad excesivamente medicalizada y una cultura que le rinde pleitesía a la industria farmacéutica y sus descomunales ganancias. Y además propone armonizar al paciente, sacándolo de la oscuridad del enclaustramiento.
En el caso de Perú se confirma esta idea: grandes monopolios manejando a su antojo el comercio de medicina. En diálogo con César Espinoza Claudio, director del Instituto de Investigaciones Histórico Sociales de mi alma máter, San Marcos –quien fue mi profesor en pregrado– coincidimos en analizar la oscura relación que existe entre manicomios, oligarquía e internamiento psiquiátrico: todos ellos funcionan bajo una conspiración de silencio.
Estos claustros se destinan sólo para aquellos que perturban al statu quo con comportamientos anormales, siendo esta condición falaz porque se manipulan mentes y se controlan voluntades usando el efecto electromagnético de las personas, tal como concluye el fallecido historiador, poeta y periodista Humberto Pinedo.
Los pacientes que según la psiquiatría convencional padecen de trastornos psiquiátricos (tales como la esquizofrenia y otras psicosis) tienen derecho a su plena recuperación, al desarrollo normal de su vida y la inclusión social. Y este objetivo debe ser plasmado en un plan estratégico.
Las causas de estos males se están discutiendo en la actualidad. Una variable es la rebelión personal en relación a la libertad íntegra del hombre humanista, pero entre sus fines se encuentra asumir su experiencia vital, por ejemplo decodificación del pensamiento en establecimiento de la esclavitud digital.
Se debe comprender que la esencia de la enajenación corresponde a ser el disturbio social, lo que –en un alcance científico– podemos denominar doblegación de un cuerpo por intermedio de una estratagema eléctrica. La “enfermedad mental” se transforma así en el mecanismo social, regulado y determinado por la psiquiatría, para patologizar mediante la doblegación humana.
Debemos señalar que el viernes veintiuno (21) de mayo se inició la vacunación contra la covid-19 de los adultos mayores de 65 a 69 años, así como de los pacientes con trasplante de órgano, “enfermedad mental” y enfermedades raras.
Ante ello, el Ministerio de Salud (Minsa) emitió distintos comunicados para dar a conocer cuál es el protocolo en cada caso y dónde y cuándo les corresponderá su inmunización a los pacientes.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) advirtió en marzo que por lo menos 1 de cada 7 niños, es decir, 332 millones en todo el mundo, ha vivido bajo políticas de confinamiento obligatorias o recomendadas a nivel nacional durante al menos nueve meses desde el comienzo de la pandemia de COVID-19, lo que supone un riesgo para su salud mental y su bienestar.
Según el nuevo análisis de UNICEF, 139 millones de niños en todo el mundo han vivido bajo una situación de confinamiento obligatorio en el hogar a nivel nacional durante al menos nueve meses desde que la COVID-19 fue calificada como pandemia el 11 de marzo de 2020, entre ellos los niños de países como Paraguay, Perú y Nigeria. El resto de los 332 millones, es decir, 193 millones, han vivido bajo políticas de confinamiento en el hogar recomendadas a nivel nacional durante el mismo período de tiempo.