Por Francisco Herreros
Tal como anticipamos, ha proseguido impertérrita la campaña de La Tercera contra Daniel Jadue; en rigor una ofensiva ad hominem, aunque sea a título de escopeta, porque de eso se trata, justamente, la campaña.
El argumento ad hominem es una falacia, es decir, un argumento que da por sentada la falsedad de una afirmación por la identidad del emisor; o al contrario, establece la culpabilidad del mismo, por el solo expediente de la reiteración.
El 11 de enero, La Tercera publicó el panfleto Cuatro preguntas sobre las luces de Jadue, un refrito que en el formato de preguntas y respuestas, repite las mismas resbalosas vaguedades que la periodista Leslie Ayala, sin agregar una coma de novedad.
En periodismo, eso se llama jaita.
El tenor de las preguntas -y qué decir de las auto-respuestas- delata la intencionalidad, la ausencia de antecedentes y el bajo nivel moral de la campaña:
1.- ¿Por qué Recoleta pagó lo que pagó?
2.- ¿Por qué Itelecom donó $ 50 millones para un festival de música?.
3.- ¿Por qué Itelecom pagó al abogado de Jadue?
4.- ¿Quién responde?
El 12 de enero, La Tercera publicó el artículo Caso Luminarias LED: las 11 aristas paralelas que lleva adelante la fiscalía, un recocido insustancial, que recorre una línea de tiempo de hechos conocidos, y no agrega nada. Pero sirve para la prosecución de la campaña:
«La última de las pesquisas ocurrió el jueves pasado en la Municipalidad de Recoleta, cuando la fiscalía con la PDI allanaron las dependencias del municipio. Todo, en el marco de la indagatoria por la licitación de luces LED realizada en 2018 por más de $ 10 mil millones. Por esta causa, figuran como imputados el alcalde PC Daniel Jadue y quien hasta el domingo era su asesor legal, Ramón Sepúlveda».
El 15 de enero difundió el podcast Caso Luminarias: la investigación sobre Daniel Jadue, donde La Tercera se supera a sí misma.
De entrada, le dio, de pasada, otra rizada al rizo:
«El llamado “caso luminarias” ya se extiende por varios meses y registra varios detenidos. Pero desde la semana pasada dos acontecimientos lo han puesto en la agenda derechamente política. El más importante, la semana pasada, fue el allanamiento de la municipalidad de Recoleta por parte de la fiscalía, que indaga eventuales vínculos entre la empresa denunciada por corrupción, Itelecom, y el alcalde de esa comuna, Daniel Jadue, precandidato presidencial del Partido Comunista. Posteriormente, este fin de semana, La Tercera Domingo reveló las pruebas que puso la fiscalía ante un juez para obtener la orden del allanamiento, una llamada telefónica entre el gerente de la empresa, León Marcelo Lefort, y el abogado de Daniel Jadue, Ramón Sepúlveda; y la declaración de un ex ejecutivo de la empresa cuestionada que implica directamente al alcalde».
La introducción sirve para presentar una entrevista a….Leslie Ayala, la periodista que reveló las «pruebas» en el citado reportaje.
En un cuadro surrealista, La Tercera se cita a sí misma.
En la publicación del 16 de enero, Caso luminarias: Ministerio Público objeta a abogado de Jadue, la duda oscila entre atribuirlo a la canallada, o al disparate:
«En el marco del caso de presunta corrupción en las licitaciones de luminarias que se tramita en el Juzgado de Garantía de San Carlos, la fiscal Paulina Valdebenito informó al tribunal que el alcalde Recoleta, Daniel Jadue (PC), “no posee la calidad de imputado”.
En el mismo párrafo informa que la fiscal estableció que Jadue no es imputado, al tiempo que lo imputa en un marco de presunta corrupción. Absurdo. De pasada, agregó a título de escopeta:
«La semana pasada el municipio de Recoleta fue allanado por la PDI, previa orden del Tercer Juzgado de Garantía de Santiago».
El domingo 17, siguió con la cantinela en el reportaje El modus Lefort: El auge y caída del “zar de la luz”, donde, a pretexto de datos biográficos del empresario, vuelve a citar declaraciones de un anónimo imputado, fundadas en suposiciones:
“Entre el primer correo al BID y el segundo, pasó una semana. A mi juicio, no era posible corregir las 144 observaciones en una semana”, dijo el ex-socio, quien además sostiene que en un reporte del área de operaciones de Itelecom, fechado el 19 de febrero, se dio cuenta de que “la municipalidad recién comenzó a inspeccionar las observaciones”. Este imputado y colaborador en la causa sostiene que “es una suposición mía que Marcelo hizo un acuerdo, me imagino, con el alcalde de Recoleta directamente. Porque eran amigos, de comunicación permanente. El mismo Marcelo nos decía que él se contactaba con Jadue cuando había algún problema, tenía línea directa con él”.
¿Cuál es su suposición entonces, preguntó la fiscal Mansilla al colaborador y socio de Itelecom, y éste respondió:
“Mi suposición es que yo te ayudo y tú me ayudas? Una donación para el evento municipal Womad Chile y, por otra parte, Marcelo Lefort se aseguraba de tener el pago del BID de los cinco millones de dólares, porque se subsanaban las observaciones. El mismo día 4 de febrero de 2019, que se transfiere la donación, Marcelo manda el correo al BID”.
Lawfare, o guerra jurídica
Es evidente que la campaña conta Jadue se inscribe en lo que se conoce como «lawfare» o guerra judicial, que consiste en la alianza circunstancial entre una instancia de la maquinaria judicial y el sistema mediático, con la finalidad de destruir la imagen de adversarios políticos considerados peligrosos.
Prueba de ello son las declaraciones de Hugo Lefort, hermano del imputado, a La Voz de los que Sobran, en el reportaje Del cielo a la tierra: El éxito y caída del dueño de Itelecom
“Creo que hay una intencionalidad muy grande, política (…) Me avisaron que la Fiscalía a él lo tiene como un rehén. Le dicen `voh me decí algo contra Jadue y te mandamos al tiro con arresto domiciliario a tu casa`. Todas las interrogaciones de la Fiscalía son, en este último tiempo, para que Marcelo cague a Jadue”, aseguró.
Asimismo, también se refirió a la donación que recibió la Corporación Cultural de Recoleta por parte de Itlecom para llevar adelante el Festival de Womad en la comuna a través de la ley de donaciones. En este sentido detalló que “Sé que Marcelo ha dicho `en relación a Recoleta, yo no puedo mentir» les decía a los de Fiscalía. `Cómo voy a inventar una prueba que después hay que probarla, ¿Ustedes me van a hacer que la invente? No puedo inventar. Lo que está, es lo que está, lo que tienen ustedes. La donación a WOMAD y no hay más` y eso lo mantiene, aparentemente, en esa situación”, aclaró.
El caso del juez Sergio Moro y Luis Inacio «Lula» da Silva en Brasil, que explica la presidencia de Bolsonaro, es un ejemplo de que ante este tipo de montajes, de interés estratégico para quienes los impulsan, no cabe bajar la guardia.
Por tanto, la ofensiva de La Tercera, a la que se suman versiones de lo mismo difundidas por otros nodos de la red mediática, va a continuar; no quepa duda.
Lo hará, también sin género de ellas, en una atmósfera vaga y viscosa, cuajada de imputaciones sin prueba, verdades a medias y fuentes anónimas, donde la verdad es lo último que interesa.
Las técnicas de la propaganda
No es necesaria la bola de cristal para predecirlo.
Son técnicas de propaganda, descritas por el liberal Lippman, el nazi Goebbels y el católico Domenach.
Los tres tienen en común haber enhebrado su reflexión sobre la propaganda a través de los medios de comunicación, al influjo de la tercera oleada de la globalización; después del choque de civilizaciones ocasionado por el error de navegación de Cristóbal Colón, y la invención del telégrafo; es decir, la radio y el cine, de determinante desempeño en la segunda guerra mundial.
En su célebre ensayo La Propaganda Política, Jean Marie Domenach, intelectual católico francés, integrante de la resistencia clandestina contra la ocupación nazi, elaboró un conjunto de reglas y principios sobre la propaganda política que conservan plena vigencia, como demuestra el montaje de La Tercera.
Por lo pronto, el principio de la simplificación:
«Una buena propaganda no se asigna más que un objetivo por vez. Se trata de concentrar el tiro en un solo blanco durante un período dado».
Luego, la suplantación de la razón por la emoción:
«Toda propaganda debe establecer su nivel intelectual según la capacidad de comprensión del más limitado de aquéllos a quienes se dirige. Su nivel intelectual deberá ser, entonces, tanto más bajo cuanto más grande sea la masa de hombres que deba convencer.»
También, evidentemente, la regla de la orquestación:
«La primera condición de una buena propaganda es la repetición incesante de los temas principales. La propaganda debe limitarse a una pequeña cantidad de ideas repetidas siempre. La masa solo recordará las ideas más simples cuando le sean repetidas centenares de veces. La persistencia del tema, junto con la variedad de su presentación, es la cualidad rectora de toda campaña de propaganda».
Lo mismo prescribe, con ligeras variantes, el principio sexto del decálogo de la publicidad y el marketing:
«Ser memorable: conseguir penetrar las memorias y perdurar en ellas».
Y por último, un clásico de Domenach:
«Contra la falsa noticia la desmentida carece generalmente de fuerza, puesto que es muy difícil desmentir sin que parezca que uno se defiende «como un acusado», y sucede que cuanto más grosera es la falsedad, mayor es su efecto y más difícil resulta rectificarlo, ya que el público se hace naturalmente la siguiente composición de lugar: ‘no se atreverían a afirmar una cosa así si no estuvieran seguros de ello’. Hitler sabía que la credibilidad de una mentira aumenta con frecuencia en función misma de su enormidad: ‘La mentira más imprudente siempre deja rastros aun cuando se la reduzca a la nada. Esta es una verdad que conocen todos aquellos que se han hecho maestros en el arte de mentir y que continúan trabajando en su perfeccionamiento’.»
Contra la campaña, hay que ser tan persistente como ella, no en el desmentido de los hechos, inútil si no contraproducente, como se vio, sino en la denuncia del periodismo canalla, que reemplaza la intermediación profesional sobre la información, por tanto, una función social, por un dispositivo de control político, fundado en la mentira y la desinformación.
En las arduas luchas que se avecinan, y desde luego en la Convención Constituyente, es necesario poner en tabla el derecho a la información, groseramente traicionado por campañas como las de La Tercera.
La sociedad tiene derecho a defenderse de ese periodismo canalla, que envenena la convivencia democrática, y sirve a intereses de minorías propietarias.
En el siguiente video, correspondiente a la sesión del Concejo Municipal del 12 de enero pasado, Jadue entrega profusos antecedentes omitidos por La Tercera
Que el pueblo juzgue
Fuente: Red Digital