Después de asomarse sobre el Ártico, polo norte, durante meses, el agujero de la capa de ozono más grande finalmente se cerró, informaron los científicos.
Los investigadores del Servicio de Monitoreo de la Atmósfera de Copérnico (CAMS, por sus siglas en inglés) de la Unión Europea (UE) afirmaron la semana pasada en la red social Twitter lo que está sucediendo con los niveles de ozono en la estratosfera.
“El agujero de ozono de 2020 fue uno de los más grandes y de mayor duración en nuestros registros, que se remontan a varias décadas. Pero la tendencia general sigue siendo hacia la recuperación general”, indicó el tuit.
De acuerdo con la información publicada, el enorme agujero en la ozonosfera se cerró no solo por la disminución de la contaminación durante la pandemia del nuevo coronavirus, causante de la COVID-19, sino también por la ola de calor que se generó y que ayudó a cerrarlo.
En marzo de 2020 se descubrió la existencia del agujero, un mes después de que la Agencia Espacial Europea lo confirmara tras haber analizado datos del satélite Copernicus Sentinel-5P. Se calculó que tenía aproximadamente un millón de kilómetros cuadrados.
Según indicaron los científicos, el origen de este enorme agujero se había derivado de las inusuales temperaturas de congelación que se produjeron en la estratosfera, lo que generó este hoyo sobre el Ártico, lo mismo que ocurre en la Antártida.
Conforme a los récords, lo que provocó el agujero en 2020 en la capa de ozono es el fenómeno dominado “vórtice polar”, que consiste en que los potentes aires cerca del polo norte atrapan el aire frío, teniendo en cuenta que las temperaturas mínimas que se presentan en el Ártico son menores a las de la Antártida.
‘Contaminación ambiental acorta casi dos años de la vida’
El octubre 2019, el agujero en las capas altas de la atmósfera situadas sobre la Antártida también alcanzó su tamaño más pequeño desde que se comenzara a observar en 1982 como resultado de las temperaturas inusualmente cálidas.