En este 10 de diciembre, cuando se celebra el 72 aniversario de la Declaración de los Derechos Humanos, sigue sin desarrollarse verdaderamente el derecho a la subsistencia de toda persona por el hecho de serlo.
Para ello, proponemos la implantación de una Renta Básica Universal e Incondicional a toda la Humanidad.
Por Red Humanista por la Renta Básica Universal
En el Día Internacional de los Derechos Humanos, no puede haber un derecho más prioritario que el derecho a la supervivencia de todo ser humano por el simple hecho de haber nacido.
Esto es posible hoy, gracias a la riqueza acumulada que existe en todo el planeta. Una riqueza que consideramos es de todas y todos, dado que es producto del aporte de todas las generaciones que nos precedieron y el actual de todos lxs ciudadanxs del planeta.
Este derecho, al cual se alude en el artículo 25.1, y en el que podemos leer:
Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad.
Decíamos, este derecho no se ha desarrollado, y entendemos que de modo interesado, porque tocaría los intereses de esa minoría que concentra en sus manos cada día más y más la riqueza que es de todxs. Una minoría que dicta, hoy por hoy, las políticas de los Estados, quienes son responsables de aportar y mantener los fondos que permiten el funcionamiento de la Organización de Naciones Unidas, condicionando los proyectos de la organización que debería garantizar los derechos de todas y todos.
Para asegurar la subsistencia, es imprescindible la puesta en marcha de medidas como una renta básica universal e incondicional, o parecidas.
Es cierto que este año, a partir de la pandemia del Covid-19, Antonio Guterres y otros referentes de NNUU han propuesto la necesidad de la puesta en marcha de una Renta Básica Universal e Incondicional, pero ha llegado el momento de defenderla e instar a los Gobiernos a su implementación en todo el planeta.
Proponemos que esta medida no se dilate porque la pandemia ha venido a profundizar la crisis en la que estábamos ya inmersos y que está íntimamente relacionada con la caída del empleo por los avances tecnológicos. Algo que a los humanistas no nos preocupa, lo que nos importa es asegurar la sobrevivencia de todas y todos. Sabemos que la riqueza da para toda la humanidad, el tema es que ha de comenzar a redistribuirse, a devolvérsenos porque se nos esquilmó a lo largo de los siglos y se sigue haciendo.
Implementar una renta básica universal, incondicional, individual y suficiente es una medida de justicia social, urgente para la supervivencia de millones de seres humanos que están en la pobreza, y un paso hacia la construcción del futuro al que aspiramos la mayoría de las personas de todo el mundo.
¡Renta Básica Universal e Incondicional YA!