RELATO

 

 

 

 

Me adentro en espacios de la conciencia sin límites ni tiempo y ahí puedo ser amante, amiga, compañera de cualquier hombre o cualquier mujer. No hay color, género, creencias, edad… que condicionen mi unión a todo ser humano.

Pero la misma conciencia me expulsa y al acercarme a la piel, solo estás tú, me invade tu presencia, veo por tus ojos, respiro por tu aliento, y llego a creer que tú me das la felicidad, que mi corazón late porque me miras, porque me hablas, porque me sonríes, porque me dices ‘te quiero’…

Gracias a que la misma conciencia alucinada, en algún momento vuelve sobre sí misma y comprende que todo eso está adentro de ella y que lo proyecta sobre ti, es que se calma.

Entonces sonríe la diosa que en ese momento despierta, liberándote y liberada