La serie “Feminismos que humanizan” es una secuencia de entrevistas, en las que personas aplicadas a diferentes vertientes de la construcción de una salud integral, cuentan cómo el feminismo cambió su mirada, su forma de actuar y de concebir las prácticas en salud. Esta serie pretende traer reflexiones sobre género, feminismos y salud además de ser un espacio de reflexión y empoderamiento.
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Nacida en la ciudad de México, hace 65 años, es socióloga, egresada de la Universidad Nacional Autónoma de México, además de contar con posgrados en Planeación y Gestión Educativa, por las universidades de Ginebra, de Québec y Autónoma del Estado de México. Recientemente se jubiló de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior, en donde, durante 26 años (1994-2020) ocupó diversos cargos directivos, siendo el último, Directora de Investigación e Innovación Educativa. Actualmente se desempeña como académica independiente. Señala haber tenido la oportunidad de impartir conferencias y cursos, participar como autora y coautora de varios libros sobre temas relevantes de la educación superior. Participó en el apoyo a la formación de la Red Nacional de Instituciones de Educación Superior “Caminos para la igualdad” y fue parte del Comité Técnico del Observatorio Nacional para la igualdad de Género en las Instituciones de Educación Superior.
REHUNO: ¿Que es para ti el feminismo?
Alejandra Romo: Desde mi perspectiva e historia personal, creo que debemos entender el feminismo como una posición ante la vida y -lo subrayo-, una convicción. No me gusta definirlo ni como corriente ni como posición ideológica ni política, pese a las múltiples manifestaciones, algunas buenas, otras muy cuestionables, que se han dado en los últimos años. En México, recientemente han ocurrido hechos con indeseables e inadmisibles matices de violencia.
REHUNO: ¿Podría referirnos, cuáles son esos hechos?
Alejandra Romo: Me apena mucho decir que no son pocos, pero destaco el de la toma de unas oficinas de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, por mujeres que denuncian, con evidencias, haber sido agredidas y, no sólo no haber recibido atención legal, sino haber constatado que sus agresores han quedado en libertad. Entendemos que no se justifica la toma de edificios de manera ilegal, sin embargo, la falta de solución a diversos delitos que han sido calificados como feminicidios ha derivado en actos como el señalado.
Hablar de feminismo no puede ser, desde mi punto de vista, un espacio de defensa de radicalismos y de agresiones contra lo masculino. Poblacionalmente se supone que en el mundo somos prácticamente partes iguales de mujeres y de hombres; por tanto, me parece que todos debemos procurar guardar un equilibrio entre ambas y comportarnos en correspondencia. Afirmo que no es una posición que no nace espontáneamente, sino que se tiene que ir construyendo.
Pese a mi pertenencia a una familia con fuerte apego a la religión católica, con un padre que debió trabajar desde muy joven y que se podría caracterizar como de un “machismo moderado”, por su propia educación, fue un extraordinario padre y esposo, que nos inculcó fuertes valores y a quien jamás vi agredir de ninguna forma a una mujer. En lo personal, siempre recibí todo su apoyo en las decisiones más importantes de mi vida. Por ello, mi auto reconocimiento como defensora del feminismo también está soportada en la seguridad de ser heredera de sólidos valores que me permiten una convivencia sana y respetuosa en un contexto de gran diversidad.
REHUNO: En tu formación académica, ¿tuviste alguna asignatura vinculada a la temática feminista?
Alejandra Romo: No, en ningún momento de mi formación. En el tiempo que hice mi carrera universitaria original, creo que a nadie se le habría ocurrido. Pienso que había poca información e iniciativas plasmadas en una asignatura. Aún en los estudios que realicé en el extranjero, en tiempos posteriores, las ideas y las propuestas que se divulgaban no se recogían en los cursos universitarios. Los esfuerzos, en todo caso, se concentraban en otras temáticas, podría decirse igualmente importantes, como las problemáticas de los migrantes o de los objetores de conciencia.
REHUNO: ¿A partir de que hecho te hiciste feminista o como conociste acerca del feminismo?
Alejandra Romo: En correspondencia con lo expresado en la primera pregunta, no diría que “me hice feminista”, sino que he tratado de conocer y seguir las diferentes manifestaciones, tratar de comprenderlas y afianzar mi posición respecto de ellas. Honestamente no tengo claridad del momento en que eso ocurrió, pero creo que se podría ubicar en la década de los ochenta, por efecto de declaraciones o apariciones públicas de especialistas en la temática o de personas que empezaron a encabezar movimientos en pro y se empezaron a divulgar textos y a comentar la obra de mujeres reconocidas en México y en otros países.
REHUNO: ¿Cómo transforma tu vida el ser feminista?
Alejandra Romo: Definitivamente es un proceso basado en un conocimiento que debe ser permanentemente actualizado, pero, más allá de eso, para llegar a considerarse feminista, cualquier persona requiere de un gran compromiso con sus causas; de un enorme nivel de conciencia sobre su significado y alcances. Lamentablemente, en México también tendría que decir que, declararse feminista conlleva enormes riesgos a la integridad física y moral. En lo que va de la administración federal actual, con base en estadísticas oficiales, se sabe que el número de víctimas por feminicidio alcanza un promedio de 11 muertes ¡¡¡¡por día!!!!. Lo peor de esta experiencia es que el propio Presidente de la República -inadmisiblemente- lo niega y le enoja mucho que se hable del tema. En consecuencia, no se echan a andar mecanismos ni acciones para garantizar la seguridad de las mujeres y castigar a los responsables.
REHUNO: ¿Conoces el término Sororidad?
Alejandra Romo: Sí, pero considero que aún falta mucha difusión acerca de su origen y significado. Con frecuencia suele creerse que quien lo escribe o pronuncia se ha equivocado, porque hay poca información.
REHUNO: ¿Cuáles crees que podrían ser las vías de difusión de la mirada feminista?
Alejandra Romo: Afortunadamente en los últimos años se ha creado un sinfín de colectivos feministas, en muchas zonas del país. En buena medida los integran personas con una gran capacidad de construcción de una plataforma conceptual, de la que emanan ideas, propuestas, iniciativas de carácter legal, que van creciendo y han tenido logros muy significativos. Uno de ellos, fundamental, el reconocimiento social, en el país y en el extranjero. Es el caso del colectivo Brujas del Mar, cuya vocera, Arussi Unda, fue distinguida en la lista de TIME, como una de las cien personas más influyentes en el mundo, en 2020.
Por otro lado, pienso que es indispensable generar propuestas de educación en esa mirada feminista, de manera formal e informal, desde la infancia, de modo que tanto las niñas como los niños vayan adquiriendo elementos de juicio y conciencia sobre el valor de la convivencia respetuosa en la diversidad. Urge fomentar en todos los espacios educativos una cultura de igualdad, que garantice y respete los derechos humanos, bajo principios de igualdad y de no discriminación.
REHUNO: ¿Consideras que el feminismo es cosa de mujeres?
Alejandra Romo: Por supuesto que no. Me parece que uno de los atributos del feminismo es su visión incluyente, por lo que siempre ha convocado a la participación de hombres y, afortunadamente hay varios que se han sumado de manera contundente a las diversas iniciativas. Para ambas partes es muy claro que desde el feminismo ni se ataca ni se descalifica a los hombres. Celebremos su interés y colaboración y pugnemos por que sigan sumándose. Los necesitamos y ellos también nos necesitan.
REHUNO: Alejandra, REHUNO agradece mucho su participación.
Alejandra Romo: Agradezco en grande la oportunidad de expresar mis puntos de vista y les felicito por esta noble y pertinente iniciativa.