POEMA

 

 

 

Tres de la mañana en punto,

te lo digo en serio
acabo de leerlo en mi mente.

 

Catapultado de la cama por un misterio,

cual víbora ciega apresa su presa
o murciélago que sale de su cueva,
en plena oscuridad mi mano vuela
y gracias a la memoria de mis dedos
agarra mis gafas con un gesto certero.

 

Después buena cuenta me he dado
gracias a la memoria de la mente

que la única luz presente

en aquel precioso instante,
fue una pequeña chispa brillante
que, aunque no la haya visto
siempre ha estado en el fondo
de mi conciencia y por eso existo.

 

Ahora mismo presiento
que si esta poesía acabase
en este inesperado momento
una sonrisa dibujaría en mis labios
y ambos se irían desvaneciendo
hasta que tú y yo sintamos
el más hermoso silencio.

 

Antes de que esto suceda

te guardaré

en la memoria de mis labios.