La medida de internamiento en el Centro de Madrid se produce pese a que un informe privado de los responsables policiales reconoce los riesgos de transmisión del coronavirus, “especialmente” para los internos, precisamente lo que hace una semana atrás denunciaron más de 200 organizaciones sociales que pedían su cierre definitivo.
Por Pablo ‘Pampa’ Sainz
Un informe interno de la policía, emitido desde el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Aluche afirma que el espacio “podría considerarse un lugar con un riesgo importante de propagación (del coronavirus) en caso de que cualquier persona de su interior, y especialmente internos, contrajeran la enfermedad”.
Pese a ello, este martes 6 de octubre, se ha procedido al internamiento de 46 personas de origen argelino, un número que está por debajo de lo que las autoridades policiales han puesto como límite. “No debería de sobrepasar los 67 internos (36% de capacidad total), y bajo ningún concepto superar los 92 (50% de capacidad)”, afirman en el documento filtrado.
La confirmación de los riesgos de reapertura da la razón a las más de 200 entidades sociales que en ocasión de anunciarse que los CIE volvían a estar operativos, denunciaron la improcedencia de ejecutar la medida en medio de la segunda ola de contagios y exigían su cierre definitivo.
Entre las motivaciones que justifican el riesgo, destacan que “los internos permanecen la mayor parte del tiempo realizando tareas grupales (conversaciones, deporte, juegos de mesa)”, a la vez que reconoce una de las falencias más importantes en la disposición del tiempo libre de las personas que son internadas. “Tampoco existen estancias para que puedan llevar a cabo otras actividades de forma individual (lectura, visionado de películas, etc)”, justifican.
El segundo motivo que potenciaría el riesgo de contagio, según los responsables policiales, es el mobiliario. “Gran parte, por no decir la totalidad, es metálico (mesas de comedor, ventanas, enrejados, inodoros, puertas de habitaciones o intermedias)… que como se conoce, es una de las superficies donde más tiempo sobrevive el Coronavirus Sars-Cov-2”, remarcan.
Uno de los espacios de riesgo son los baños, en especial de las zonas comunes, donde las personas retenidas son obligadas a pasar gran parte del día
Otro espacio de riesgo son los baños, en especial de las zonas comunes, donde las personas retenidas son obligadas a pasar gran parte del día. Por un lado, reitera que el inodoro y el lavabo de las celdas es “igualmente metálico” y centra la preocupación en los “nueve urinarios de aguas menores y tres de aguas mayores, así como tres lavabos” que deben ser compartidos por la totalidad de los internos.
El cuarto punto de dificultad que marca el informe es la posible transmisión del virus por parte del personal que está en contacto con los internos. “El personal que presta su servicio en el Centro (policial, limpieza, cocina, Cruz Roja, mantenimiento) puede llegar a suponer un vector de contagio debido a la rotación en cada turno y ser necesario a menudo el contacto físico con los internos en las funciones que se realizan habitualmente.
Esta última circunstancia fue, precisamente, la que se dio en el CIE de Barranco Seco, en Gran Canaria, cuando un enfermero que cumplía funciones dentro del Centro y en un ambulatorio de la región, contrajo el coronavirus atendiendo pacientes y lo contagió inicialmente a dos internos, lo que obligó al cierre y traslado de un grupo de jóvenes que recién habían llegado en patera.
El informe tiene fecha del pasado 5 de octubre y, aunque no presenta una firma responsable, como suele suceder en estos casos, sí va ratificado en todas sus hojas con el sello identificativo del CIE de Aluche que se utiliza en gran parte de la documentación que emana de ese Centro.
Distribución de espacios
El informe describe con precisión los espacios físicos en donde se retiene a las personas migrantes en situación irregular como medida cautelar a efectos de ejecutar su expulsión. “El CIE cuenta con dos módulos de alojamiento para internos varones, en los que existen 12 habitaciones —que los internos las denominan celdas— de ocho camas y 6 habitaciones de seis camas, en formato litera”, detalla, y agrega que las primeras tienen una superficie de unos 20 metros cuadrados y las restantes “de unos 15”.
Según se deduce del documento filtrado el CIE de Madrid no estaría en disposición de encerrar a mujeres, ya que la totalidad de los módulos del centro se destinaría al internamiento solo de hombres
También señala la existencia de un tercer módulo que “será reservado para que en caso de producirse un nuevo ingreso de otro contingente, puede alojarse en él manteniendo la estanqueidad con respecto a los ya ingresados”, y de un cuarto “reservado para la separación de posibles contagios, casos sospechosos y contactos estrechos”.
En cuanto a los lugares comunes enumera un salón de ocio “de unos 163 metros cuadrados” y un patio parcialmente cubierto “de unos 2.000 metros cuadrados”. También un comedor “de unos 230 metros cuadrados, con capacidad para 126 comensales repartidos en 21 mesas”.
Si bien no se expresa en el documento, según este diagrama, se deduce que el CIE de Madrid no estaría en disposición de encerrar a mujeres, ya que la totalidad de los módulos del centro se destinaría al internamiento solo de hombres y según la distribución de espacios consignada.
Propuesta de ocupación
El único auto dictado hasta el momento respecto a la toma de medidas contra la Covid en los Centros de Internamiento de Extranjeros, ha sido redactado por el Juzgado de Instrucción nº 9 de Murcia, en función de control jurisdiccional del CIE de aquella ciudad. Es en él y en otras recomendaciones adecuadas a los centros penitenciarios, que las autoridades de Aluche hacen su propuesta de ocupación.
“Dadas las actuales circunstancias la ocupación del CIE de Madrid no debería de sobrepasar los 67 internos (36% de capacidad total), y bajo ningún concepto superar los 92 (50% de capacidad)”, destaca el informe en lo que es la recomendación más importante, a tenor del subrayado y las negritas que la remarcan en el texto.
Asimismo, establece que “de esta forma se alojarán entre dos y tres en cada habitación… y en el comedor, realizando dos turnos de comida, no habrá más de 42 internos a la vez”, y que en el denominado cuarto módulo “se han dispuesto las habitaciones para separar casos positivos de casos sospechosos o de contactos estrechos”. En ningún punto el documento hace referencia a cuidados sanitarios de las personas que pudieran dar positivas ni a posibles derivaciones hospitalarias.
Sí se menciona la instalación de dispensadores de hidroalcohol y la colocación de “cartelería abundante” en español y en árabe. “Muchas de las personas que llegan en patera que son a quienes piensan internar según ha anunciado el Ministerio y ya estamos viendo en Canarias, no hablan, precisamente, ninguna de esas lenguas, por cuanto resulta imposible informarles de las medidas de cuidado”, dicen fuentes consultadas.
La Cruz Roja, a quien el gobierno le ha asignado recientemente una subvención superior al millón de euros para estas tareas, “aconsejará a los internos la realización de actividades individuales”.
En ningún punto el documento hace referencia a cuidados sanitarios de las personas que pudieran dar positivas ni a posibles derivaciones hospitalarias
Las nuevas medidas también afectarán a las visitas. Según la comunicación que han recibido las organizaciones sociales que hacen acompañamiento a las personas retenidas, “se ha dispuesto la utilización de un máximo de 6 cabinas” y los encuentros con los internos “se harán mediante mampara de separación y sistema de telecomunicación”. También se autorizará “de forma excepcional” el uso de cámaras fotográficas “para tomar imágenes exclusivamente de la documentación que posean los internos, a través de la mampara de separación”.
La noticia se conoce el día que el presidente Pedro Sánchez viaja a Argelia, acompañado por el ministro de Interior, Fernando Grande Marlaska, quien viene trabajando en el intento de reabrir las fronteras para retomar la ejecución de deportaciones.