El embajador de EE.UU. en China, Terry Branstad, dejará el cargo en las próximas semanas, en medio de la escalada de tensiones entre las dos potencias.
La embajada de EE.UU. en China ha anunciado este lunes que Branstad, de 73 años, dimitirá después de desempeñar dicha función por más de tres años. Entretanto, varios medios informan que el referido diplomático tiene previsto marcharse de Pekín, la capital china, antes de las elecciones presidenciales del país norteamericano, que se celebrarán el 3 de noviembre.
En una serie de mensajes en Twitter, el jefe de la Diplomacia estadounidense, Mike Pompeo, ha agradecido a Branstad por su contribución “a reequilibrar las relaciones entre Estados Unidos y China para que estén orientadas a los resultados, sean recíprocas y justas”.
La Administración de Donald Trump apostó por Branstad para embajador en China por su vasta experiencia y cercanía a las autoridades de ambos países.
No obstante, según la agencia Bloomberg, Trump sugirió el domingo que el aludido embajador pondría fin a su estancia en Pekín y lo hizo aludiendo a su hijo, Eric Branstad, que colabora en su campaña a la reelección. “El padre de Eric vuelve de China porque quiere hacer campaña”, indicó el mandatario.
Este anuncio se produce en medio de la escalada de tensiones entre ambas potencias sobre una gama de ámbitos, como el comercio, la competencia tecnológica, la pandemia de coronavirus, causante de la COVID-19, los derechos humanos, Taiwán, Hong Kong y la situación en el mar de la China Meridional.
China anunció el pasado viernes que impondría restricciones no especificadas a algunos funcionarios estadounidenses en el gigante asiático, después de que Washington implementara el 3 de septiembre una medida similar contra el cuerpo diplomático chino.