Por Alberto González
El acuerdo que firmó un grupo transversal de todos los colores políticos el 15 de noviembre de 2019 no sólo dio pie al inicio del proceso para definir el futuro de la Constitución, sino que además significó un quiebre importante al interior del Frente Amplio.
Uno de los que salió del conglomerado fue el Partido Humanista, que era liderado en ese entonces por Tomás Hirsch. Sin embargo, diferencias con otros militantes lo llevaron a presentar su renuncia a la colectividad y crear Acción Humanista.
Por ahora el movimiento está en conversaciones con otros partidos de izquierda con miras a un pacto electoral de cara al apretado calendario de elecciones, que tendrá como punto cúlmine la presidencial de noviembre de 2021.
Con dos aventuras como candidato a La Moneda, Hirsch descarta ser opción esta vez, aunque de todas maneras manda un recado a los que ya se están postulando: lo principal es el programa y no los personalismos, y además agrega que “estar autoproclamándose es poco estético”.
¿Ideológicamente en qué sector se encuentra hoy Acción Humanista?
Nosotros siempre hemos dicho que los humanistas estamos en la vereda del frente, no nos gusta mucho este eje derecha izquierda porque creemos que no identifica a las sociedades actuales.
Pero si tuviéramos que ponernos en el eje tradicional, yo diría que claramente como Acción Humanista estamos a la izquierda en cuanto a que buscamos impulsar transformaciones muy profundas del modelo actual y eso por cierto es lo que se reconoce como característica propia del mundo de la izquierda.
¿Cuál es el camino que Acción Humanista está tomando para lograr alianzas pensando en el estrecho calendario de elecciones?
Nosotros como Acción Humanista estamos convencidos de que aquí se requiere un proceso unitario y amplio, que nadie va a poder transformar y cambiar solo a este país. O sea, se requieren cambios estructurales en materia política, en materia económica, en materia social. Y para eso nosotros nos hemos incorporado al comando electoral de Chile Digno, en el cual compartimos junto a muchas otras fuerzas políticas y sociales, la participación, tanto en el plebiscito, como en los procesos electorales del mes de abril, convencionales, concejales y alcaldes.
En Chile Digno compartimos junto al Partido Comunista, al PRO, a la Federación Regionalista Verde y Social, está Igualdad, los Libertarios, y por supuesto como Acción Humanista queremos desde ahí hacer el aporte que el humanismo puede impulsar hacia adelante.
¿Se han planteado la opción de volver al Frente Amplio o por otro lado se proyectan en esta nueva agrupación?
Nosotros no nos hemos sumado a ninguna coalición política, existe el Frente Amplio y existe Unidad por el Cambio, que está también en Chile de Digno, donde estamos trabajando nosotros. Pero no nos hemos incorporado a Unidad por el Cambio, ni tampoco está en nuestros planes por ahora volver al Frente Amplio.
Nosotros queremos mantener nuestra autonomía e independencia como organización pero trabajando en conjunto en los procesos electorales que se avecinan, es decir, vamos a buscar producir la unidad más grande posible, pero no está en nuestros planes la reincorporación a una coalición como es el Frente Amplio.
¿Se abren a tener alianzas con otros partidos tradicionales como la DC, PPD, PS, por ejemplo?
Nosotros nos abrimos a construir acuerdos y alianzas electorales y políticas con aquellos que coinciden en una propuesta para el país, creo que es muy erróneo pretender hacer los acuerdos en base a cálculos numéricos, a matemáticas, eso es justamente lo que falló en el pasado, eso es lo que ha rechazado la gente, nuestro país, que se pegoteen distintas siglas, distintos grupos que en realidad no tienen nada que ver.
La ex Nueva Mayoría fue una muestra de eso, cuando uno veía a la Democracia Cristiana que decía que ni conocía ni había leído el programa de Gobierno, boicoteando directamente parte de los proyectos y propuestas que impulsaba la presidenta Bachelet, y uno dice bueno, cuál es el sentido de una coalición de esa manera.
O lo que sucede hoy día también, donde si bien como oposición teóricamente somos mayoría en el Congreso, eso no se ha podido expresar porque en muchas ocasiones importantes la Democracia Cristiana, o parte de sus parlamentarios, votan junto al Gobierno en proyectos que son importantísimos, emblemáticos, como el de Inmigración hace dos años o muchos otros. Por lo tanto, nosotros estamos disponibles y trabajando además por acuerdos en base a programas, en base a proyectos de país y no simplemente para decir que la suma da un número más grande.
¿Eso falló en la propuesta del Frente Amplio y que provocó esa salida de partidos?
Yo diría que el Frente Amplio partió como un proyecto muy refrescante y por eso tuvo tanto apoyo, la candidatura de Beatriz Sánchez que estuvo a un punto y medio mas o menos de pasar a segunda vuelta y el resultado parlamentario que nos permitió tener una bancada muy importante.
Pero creo que con el paso de los meses se fue perdiendo el contacto, el vínculo, la relación, la cercanía, con el mundo social, con los territorios y se fue parlamentarizando en extremo, se fue institucionalizando y claro evidentemente eso le hizo perder la frescura.
Nosotros no estuvimos de acuerdo con el acuerdo, valga la redundancia, firmado el 15 de noviembre por las características que tuvo, sin embargo un sector del Frente Amplio participó de él. Eso no nos convierte de ninguna manera en enemigos, ni mucho menos, pero teníamos y tenemos diferencias políticas, estratégicas y tácticas respecto de cómo se debe avanzar el proyecto de transformación para nuestro país.
¿Esas son lecciones a sacar para hacer nuevas alianzas o participar de otros conglomerados?
Yo creo que se puede aprender de lo vivido en este último periodo, vimos cómo la ciudadanía lo que está esperando o buscando es un nuevo modo de hacer política, justamente se distancia de los modos tradicionales.
Así como castigó duramente a quienes estuvieron involucrados en situaciones de corrupción, de financiamiento por parte de los grupos económicos, creo que también la ciudadanía ha castigado o va a castigar a quienes se distancien de los movimientos sociales, del trabajo en la base social, en los territorios y ese me parece es un aprendizaje importante, nosotros si estamos en el Congreso es para hacer de algún modo voz de todos esos movimientos, de todas esas demandas que se expresaron a partir del 18 de octubre, pero son esos movimientos lo que tienen que tener la primacía.
Por eso que eché tanto de menos en el acuerdo del 15 de noviembre, que se nos dejó afuera de la mesa, a los movimientos estudiantiles, de trabajadores, de pensionados, de pueblos originarios, de mujeres, de la diversidad sexual, todos ellos y ellas creo que tienen que ser los protagonistas principales de los procesos de cambio.
¿Y esos procesos de cambio tiene que ver con aparición de personajes no tan ligados a la política parlamentaria como Beatriz Sánchez y Daniel Jadue?
La verdad que yo no veo ningún problema en que los candidatos o candidatas sean personas muy vinculadas a los partidos y a la política. La política es muy necesaria, muy importante. Está muy degradada y descalificada por la forma en que se ha hecho política, y por las conductas que han tenido muchos políticos, pero me parece fundamental al revés, avanzar en el fortalecimiento de las organizaciones políticas que son muy importantes para la sociedad.
Si los candidatos vienen de partido o vienen de movimientos sociales, para mí no es el tema más relevante. Lo más revelante es la capacidad de construir en conjunto un programa de gobierno, escuchando, recogiendo las demandas sociales de esas organizaciones.
Los que tú mencionas son todos buenos candidatos o candidatas en la medida que podamos como conjunto construir esa propuesta y no depender de liderazgos personales, no depender de los atributos o los egos de una persona o de otra, eso me parece que termina llevándote a situaciones que son complejas, como los populismos u otros que dependen única y exclusivamente del carisma individual de alguien. Nosotros tenemos que avanzar más bien con un proyecto colectivo, conjunto.
¿Y no se ha planteado la opción de ser nuevamente candidato presidencial?
No, no me lo he planteado, estoy muy entusiasmado con esta experiencia de ser diputado. Primera vez que lo soy y la definición de las candidaturas yo creo que no parten nunca por uno mismo, yo creo que eso de estar autoproclamándose es poco estético. No, serán otros los que irán definiendo quién será candidata o candidato.
Por mi lado, ahora mi prioridad está muy clara, llevar adelante una gestión de parlamentario impecable, trabajar muy fuerte en el Plebiscito para que el Apruebo tenga un resultado contundente, y luego elegir la mayor cantidad de convencionales que estén por los cambios que nosotros queremos. Y ya después veremos como continúa el proceso de las presidenciales.
¿Se plantea seguir como parlamentario?
Por ahora ese es mi proyecto. Aspiramos a darle continuidad al proyecto de la diputación, creemos que hemos hecho un buen trabajo en el distrito, hay un vínculo muy fuerte con las organizaciones de la cinco comunas, particularmente Peñalolén, La Reina y Lo Barnechea. Y por lo tanto, sí, nosotros estamos hoy día con la intención de darle continuidad a este proyecto.