Por: Carlos Santos.-
¿Cuál es el límite a la manipulación genética? ¿Quién decide sobre quién?
¿Acaso la modificación genética es una invención humana o es algo ya preexistente en los procesos naturales?
Si decimos: Hoy el ser humano puede dar un salto y producir intencionalmente un avance cualitativo en su desarrollo y vinculamos ese salto a la manipulación genética.
¿Estamos rompiendo un supuesto “orden natural” o un supuesto “mandato divino”?
¿Y cuál sería ese límite a superar? ¿Querríamos fabricar campeones, soldados y superhombres o simplemente evitar las enfermedades, derrotar las dolencias de la vejez y prolongar la vida?
Hay muchas preguntas que hacerse y pocas respuestas sobre quién o quiénes están dispuestos a responderlas válidamente para la mayoría.
Sería importante destacar que los procesos de modificación genética son uno de los factores que lentamente se han ido modificando a los largo de milenios para producir la adaptación creciente de los seres vivos a los ecosistemas, no es algo de creación artificial, y si bien los procesos de modificación genética actuales son “artificiales” buscan los mismos objetivos de mejoramiento de la especie y los nuevos desafíos que se presentan en el devenir de la vida en un ecosistema viviente y por lo tanto, caótico.
El ser humano ha logrado conocer algunos aspectos de la esencia misma de la vida, el ADN y sus componentes, e intenta mejorar su vida y superar las enfermedades del mismo modo que cuando empezó a cazar y logró afilar la piedra para atrapar su comida con más facilidad.
¿Cuál es la diferencia sustancial? Qué el ser humano no sólo modifica su hábitat natural sino que es el único ser vivo que puede modificar su propia naturaleza constitutiva. El ser humano tiene la capacidad de reconocerse a sí mismo, esto lo diferencia de las especies vegetales y animales, y por supuesto de los ordenadores que por más destrezas racionales que demuestran no pueden ser conscientes de sí mismos.
En realidad, podemos decir que: la consecuencia material del acto de la reflexión humana es lo que permite intervenir en su química original.
Entonces el ser humano que puede reflexionar sobre sí mismo puede reinventarse, no sólo en sus aspectos sociales, sino también en su constitución orgánica. ¿Y quién dice que eso es posible? ¿del mismo modo podríamos preguntar quién dice que eso NO es posible?
Estos comentarios pueden ser tomados como expresados con liviandad y se podría argumentar que no tienen fundamento pero hablando en términos teóricos o poéticos creo que se puede entender, si yo puedo reflexionar sobre mis actos y modificarlos, si puedo superar mis instintos animales y puedo diferir las respuestas de mi estructura psicofísica de acuerdo a mi proyecto o a mis intenciones ¿por qué no podría también modificar mi cuerpo para prolongar una vida saludable y con sentido?
Sin embargo, es posible que como en otras cuestiones sea más fácil una respuesta en el nivel individual pero se complica cuando eso se intenta trasladar a una sociedad, con sus leyes, su Estado y con las infinitas variaciones subjetivas a los miembros de esa sociedad.
Si hablamos además de modificaciones genéticas que se trasladan a los descendientes la discusión se complica aún más.
Todo esto se refiere a la modificación de organismos vivos o su descendencia pero hoy ya estamos simultáneamente frente a otro umbral: la creación de vida sintética ya es un éxito de laboratorio. Es posible la creación de vida artificial con fines específicos para la industria, la medicina etc… Existe la posibilidad de la creación de nuevas especies.
Los primeros médicos tuvieron que sobrepasar la creencia que impedía abrir los cuerpos de los muertos porque eso significaba profanar un cuerpo sagrado, luego también fueron perseguidos por que La Biblia decía: “parirás tus hijos con dolor…”, Hoy la medicina es ampliamente aceptada, sin embargo, la posibilidad de modificar genéticamente a los que aún no nacieron encuentra muy fuertes resistencias porque impacta la noción misma de ser humano que tenemos.
Cuerpos diferentes, la vida que se prolonga, nuevas especies, nuevos microorganismos para mejorar la agricultura, la ganadería, la limpieza de los ecosistemas y la curación de las enfermedades.
La historia de los límites en el ser humano, la misma historia de las leyes y de las conquistas más allá de lo aparentemente aceptado como verdad absoluta siempre han estado en manos de personas o grupos que rompieron con sus propios límites e hicieron avanzar al conjunto, que se oponía al cambio.