Por: Zenaida Espinosa Cabrera
La semana pasada RECON, una organización Colombiana que identifica, visibiliza, apoya y fortalece iniciativas de emprendimiento e innovación social para el desarrollo, realizó un Foro sobre regulación de las drogas en Colombia, en el cual participaron personalidades como el ex presidente, Premio Nobel de Paz y miembro de la Comisión Global sobre Políticas de Droga, Juan Manuel Santos Calderón; José María Figueres, ex Presidente de Costa Rica y actual presidente de Carbon War Room; Alejandro Gaviria, rector de la Universidad de los Andes y ex ministro de salud de Colombia; Juan Manuel Galán ex congresista por el partido liberal, autor del proyecto de ley para el uso medicinal de Cannabis medicinal; la médico Paola Cubillos, colombo-canadiense y miembro de la junta de la Asociación Médica Colombiana de Cannabis Medicinal; Andrés López, ex director del Fondo Nacional de Estupefacientes; Pablo Zuleta, director del Área de Consumo de Drogas, Salud Pública y Educación del Centro de Estudios sobre Seguridad y Drogas CESED de la Universidad de los Andes; la emprendedora social Natalia Tangarife de la Fundación “Cultivando Esperanza”, autora de la Ley de Cannabis Medicinal y Luz Faice Chamizo emprendedora de Corinto en el Departamento del Cauca.
El principal objetivo del Foro fue crear un espacio de diálogo y reflexión acerca de la viabilidad de explorar la regulación como una política alternativa, para hacer frente a las problemáticas socioeconómicas y de conflicto derivadas de las drogas ilícitas en el país. Es importante hacerlo con una mirada internacional, institucional, científica y desde el emprendimiento social, como eje dinamizador de desarrollo sostenible en los territorios, con el fin de abordar la importancia de un enfoque diferente sobre el uso de la droga con fines científicos, médicos e industriales. Además se analizaron los retos y desafíos de la regularización de la droga en Colombia con sus respectivos impactos sociales, económicos y ambientales para el desarrollo sostenible del país.
El ex mandatario colombiano, Juan Manuel Santos, señaló la prohibición como la principal razón de la pérdida de la lucha contra las drogas en el país y que su apuesta es por la legalización, racionalizándola para poder tener control sobre la misma. Dijo Santos que “Colombia ha seguido todas las recetas, recomendaciones y reglas internacionales para la lucha contra las drogas al pie de la letra. Sin embargo, seguimos siendo los primeros productores y exportadores de coca a mercados extranjeros con un costo social altísimo. Esta lucha ha sido un fracaso» y complementó afirmando que la regulación y el control de las drogas debe ser el camino, pues los mercados no van a desaparecer mientras exista consumo.
Cabe destacar que durante su mandato, el ex presidente logró un Acuerdo de Paz con las FARC, la guerrilla más antigua del país y de todo el continente y, como parte de los acuerdos, se incluyó un capítulo (punto 4) sobre la erradicación de cultivos de uso ilícito. Allí se plantea que para “construir la paz es necesario encontrar una solución definitiva al problema de las drogas ilícitas, para lo cual se promueve una nueva visión que dé un tratamiento distinto y diferenciado al fenómeno del consumo, al problema de los cultivos de uso ilícito y a la criminalidad organizada asociada al narcotráfico”. El programa se considera un capítulo especial de la Reforma Rural Integral para responder a las necesidades particulares de los territorios más afectados por estos cultivos.
En Colombia el uso personal de las drogas es legal, siendo permitido el porte de una dosis mínima de 20 gramos, de acuerdo con la sentencia C-221 de 1994 de la Corte Constitucional. Lo anterior, en virtud del derecho fundamental al desarrollo de la libre personalidad, pues cada persona puede elegir si consume o no, sustancias psicoactivas. Sin embargo, el tema en Colombia es complejo, dado el conservadurismo de su sociedad y siempre frente al tema de combatir el modelo prohibicionista, que muchos consideran un completo fracaso no solo en el país sino en todo el mundo, ha generado rechazo de sectores religiosos, políticos y sociales.
Los últimos avances se han reducido a la aprobación de la Ley de Cannabis Medicinal, cuyo autor fue el ex senador de la República Juan Manuel Galán, quien señaló: “La guerra contra las drogas se ha ensañado con los eslabones más vulnerables de la cadena: los adictos y los campesinos productores. Es por ello que debemos de continuar en el esfuerzo de regular todas las sustancias. Creo que debemos dar el paso hacia regular la hoja de coca. La hoja de coca tiene propiedades medicinales, alimenticias, ancestrales”. Frente a la Ley que promovió precisó que “estamos en deuda con el espíritu de la Ley del cannabis de uso medicinal. La idea es brindar acceso al cannabis de calidad y buen precio para pacientes. Estamos en deuda con pequeños productores, en formación de los médicos e investigación”. Para el ex congresista si el Estado es capaz de regular medicamentos y sustancias mucho más peligrosas que muchas de las ilegales, como los opiáceos, la morfina; ¿por qué no puede regular todas las sustancias de acuerdo con su peligrosidad?
Por su parte, la Doctora en Medicina Raquel Peyraube, quien actualmente es asesora ad hoc de la Secretaría Nacional de Drogas de Uruguay y dedicada al desarrollo de ensayos clínicos y a la educación médica en cannabis medicinal, manifestó: “La ley presentada en 2013 en Uruguay fue única en su género en la regulación industrial, medicinal y científica del Cannabis. Llevamos 6 años en este proceso que tiene como pilares la seguridad, salud pública y Derechos Humanos. Debemos entender que la gente va a usar el Cannabis con y sin nosotros. Se debe hacer que los consumos sean lo más responsablemente hechos y quitar la oportunidad al mercado clandestino de venta y consumo de muchas otras drogas”.
La médico y científica colombiana Paola Cubillos, quien ha trabajado en el tema de las aplicaciones basadas en evidencia del cannabis medicinal, actualmente miembro del comité de ética en investigación del Canadian College of Naturopathic Medicine y de la Junta Directiva de la Asociación Médica Colombiana de Cannabis Medicinal, ha manifestado en diferentes entrevistas que la historia del cannabis es interesante porque hace miles de años ha sido utilizado por los orientales y, en occidente, lo más cercano es el uso por científicos en Reino Unido y, poco a poco, fueron viniendo a otros lados del mundo para el manejo del dolor y estados neurológicos alterados.
En cuanto a su experiencia en Canadá, donde vivió muchos años, habla sobre la agenda prohibicionista que existió, tenía un tinte racista y, hoy, el uso del cannabis es mucho más amplio, pues desde hace aproximadamente 15 años los pacientes pueden tener acceso a cannabis medicinales para aliviar sus diferentes síntomas. Además es un país donde se consume mucho en gente adulta o lo que se conoce como “forma recreativa”, enfatiza que “Los pilares de la regularización del Cannabis en Canadá fue quitar la posibilidad de comercio a fuentes ilegales, tener acceso a sustancias seguras y reguladas y quitar la capacidad a organizaciones criminales de adquirir recursos, usados por el Gobierno en educación y salud”.
De acuerdo con la visión de Andrés López, ex director del Fondo Nacional de Estupefacientes, es importante partir de las experiencias de otros países que ya han avanzado en regulación y revisar qué ha funcionado bien y qué no, para que a partir de eso, se defina con qué drogas iniciar el proceso de regulación; los mercados, mecanismos y motivaciones detrás de cada droga, así como los costos, usos, población que consume, población que produce, entre otros factores. “Todas las drogas y lo que pasa en los mercados lícitos e ilícitos ya está regulado. Todo obedece a una planeación y unas decisiones, lo que hay que analizar es quién toma esas decisiones y en función de qué. Hay que hacer que las regulaciones sean implementadas y que las decisiones tomadas sean viables en torno a la problemática que se desea enfrentar”. Frente a la premisa de que la regulación conlleva al aumento del consumo puntualizó que “El consumo no ha cambiado mucho. No se ha evidenciado el aumento de consumidores. El consumo continúa siendo alto, pero no ha aumentado a raíz de la regulación para del Cannabis para uso adulto”.
Pablo Zuleta, Médico especialista en psiquiatría de la Universidad Javeriana de Bogotá, se dedicado a trabajar en adicciones y farmacodependencia como coordinador de programas de rehabilitación y atención a pacientes. En el panel manifestó que “en Colombia hemos tenido un inconveniente en la compresión de Derechos Humanos y en el uso de las drogas. Nuestro sistema de salud no incluyó al inicio el manejo crónico del consumo de sustancias. Colombia tiene un rango de investigación de la hoja coca muy bajo. Mientras mejor se entienda las características y particularidad de cada droga, nos genera mayor reducción del daño”.
Alejandro Gaviria, Rector Universidad de los Andes y Ex-Ministro de Salud, también es una de las personalidades que considera que, la actual guerra contra las drogas no funciona y ha defendido la legalización total de la marihuana en Colombia, calificando como una tragedia que en el país nos sigamos matando por este negocio sin ningún sentido. Por lo tanto, expresó algunas de las dificultades y problemas éticos en la lucha contra la droga: “tenemos de un lado la inconveniencia del enfoque prohibicionista, pero tenemos la permanencia en el tiempo en otros países de medidas represivas. La evidencia científica y la política pública a veces no coinciden. Las políticas basadas en la evidencia son pocas. Los académicos debemos entender que el activismo es fundamental, insistir y pasar a la esfera pública tratando de incidir en la inconveniencia de la política antidrogas actual”. Agregó que “el liberalismo es complicado, pero fundamental. Debemos dar un debate ético y de derechos. Seguiremos insistiendo en la necesidad de una política pública que respete derechos de minorías e incorpore conocimiento científico y avances de la humanidad”.
Recalcó que debemos tener en cuenta que no todo el consumo es problemático, que existen productos autorizados que son más dañinos y destacó que la reducción del daño es fundamental, porque “un mundo libre de drogas no es real, en la política de drogas el fracaso es una opción”.
La emprendedora social Natalia Tangarife de la Fundación Cultivando Esperanza, creada desde el 2014 en la búsqueda de una esperanza, porque la medicina tradicional no les podía ofrecer un alivio a un grupo de madres que luchaban por sus hijos con encefalopatías severas y encontraron en el cannabis medicinal una alternativa. Se empoderaron frente a una sociedad llena de prejuicios y señalamientos absurdos, negándose a seguir como clientes de las farmacéuticas. Tangarife señaló que “De la ley de Cannabis los pacientes y los campesinos hemos sido los menos beneficiados. Agradecemos a Juan Manuel Galán por iniciar este camino para trabajar por la gente que necesita el cannabis medicinal en su vida, alejada de intereses económicos y políticos. El problema no es el uso sino el abuso. Necesitamos que los médicos se alineen con nosotros, que sepan que el dolor no espera. El Cannabis medicinal para nosotras es esperanza y un aliado para la calidad de vida de nuestros hijos”.
Desde una perspectiva diferente, Luz Faice Chamizo, abordó el tema del impacto social y de construcción de paz, que tiene su emprendimiento en el territorio de Corinto en el departamento del Cauca. Al respecto comento que “con INCOLCA aprovechamos las fibras de los residuos de la planta del cannabis y los transformamos en platos, envases, bolsas y demás derivados. Estamos evitando la incineración y beneficiándonos de lo que ellos desechan. Además con jóvenes que trabajamos por el medio ambiente, tenemos la miel cannábica: la abeja poliniza la planta, chupa el néctar de la flor y habría una mezcla innovadora para uso medicinal”.
Andrés Santamaría, Director de RECON, consideró que en Colombia se debe hablar de mayor regulación y de otros tipos de droga. Igualmente, invitó a ser más tolerantes como país para tener un debate y escuchar diferentes visiones, debido a que “estamos frente al fracaso de una guerra y tenemos que buscar alternativas innovadoras para resolverlo, pero debemos escucharnos con tolerancia, se necesita una discusión más profunda con enfoque de Derechos Humanos, Salud Pública y Sostenibilidad”. Escuchar emprendimientos sociales como el de Luz Faice, con la elaboración de productos artesanales con residuos de plantas de cannabis en el Cauca y a Natalia Tangarife que busca bienestar de menores con el uso medicinal del Cannabis, motivan a dar el debate. Señaló además que “las comunidades vulnerables en los territorios como campesinos e indígenas, son los principales afectados y son las verdaderas víctimas de esta problemática, requieren atención y alternativas innovadoras”.
Por último, el ex presidente de Costa Rica, José María Figueres, destacado por promover políticas para el uso medicinal del Cannabis, entregó su visión frente a la regularización de drogas y cómo podría contribuir a mejorar el medio ambiente: “Los tiempos que vivimos necesitan de reflexiones para salir adelante en una dirección diferente de la que llevaba el mundo. Necesitamos comprender y entender que estos temas están entrelazados con la paz, el medio ambiente y desarrollo que buscamos. Esta pandemia nos ha mostrado la relación directa entre nuevas enfermedades, con la falta de biodiversidad, porque la estamos acabando. Si no incorporamos el medio ambiente a la visión de desarrollo sostenible no vamos a ninguna parte”. Y con Respecto a los costos sociales y medioambientales que tendría la regulación, enfatizó en que “América Latina, que sufrió el flagelo, debe convertirse en el productor principal de cannabis medicinal, trayendo oportunidades y bienestar a las comunidades y territorios que sufrieron la guerra por la lucha contra el control de las drogas”.