Durante 30 años, desde 1978 hasta principios de 2008, Adrían Otero fue la voz líder de Memphis La Blusera, la banda de blues más exitosa del país. La misma llegó a editar 13 discos en toda su historia, entre los que se pueden contar: Alma bajo la lluvia, Medias negras, Tonto rompecabezas, Cosa de hombres, Angelitos culones, En vivo en el Colón, Etc, entre otras producciones.
Luego de atravesar una crisis personal, Otero decidió dejar la banda y comenzar su carrera solista, editando a fines de 2008 su disco «Imán». Más adelante nos dirá que en ese momento de crisis, tuvo que elegir entre su vida y el grupo.
El pasado viernes, mientras la Ciudad de Buenos Aires vivía un verano en invierno, Adrián Otero se encontraba sentado en el living-comedor de su hogar grabando una adhesión a la Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia, que finalizará su recorrido en Argentina, el 2 de enero de 2010, tras recorrer más de 150 países. Terminada la filmación la entrevista comenzó su curso.
P: ¿Por qué razón adherís a la Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia? ¿Qué significa para vos este proyecto?
A.O: Yo adhiero a la Marcha Mundial porque a nadie le gusta vivir en un mundo violento donde las armas son cada vez más mortíferas, donde el narcotráfico maneja los piolines de países enteros, donde se vive la violencia cotidiana cada vez más, donde no se puede dirimir una disputa sin dialogar. Hemos perdido la capacidad de diálogo, hemos perdido la capacidad de aceptar los dictámenes de la justicia, entonces todo eso genera violencia. El hambre también genera violencia y la violencia genera hambre. En esta etapa de mi vida pienso que hay que tomar conciencia, por eso adhiero a la Marcha Mundial por la Paz y la No violencia.
P: Muchas de tus canciones hablan de temas sociales, relaciones amorosas, el mundo del trabajo, la reflexión sobre la propia existencia, sobre la necesidad de cambio, de revolución. ¿Hay una militancia social a través del arte?
A.O: Yo no me lo tomo así, pero indudablemente expreso mis sentimientos, no lo tomo como que soy un militante de nada. Lo que si hago es, cuando puedo, colaborar con algunas entidades de bien público, hago lo chiquito, lo que puedo. Trato de ser no violento, yo trato de no ser una persona que agrede a las demás, trato de no ser fanático, trato ser amplio, trato de escuchar. Mí letrística habla de las cosas que me tocan vivir, quiero ser consecuente con mi tiempo. Cuando escribí, en mi último disco, la letra “Pendejo” estoy hablando del daño que provoca el narcotráfico, y como en situaciones particulares hace sufrir a una madre, hace que el tipo haya sido pescado por intereses económicos que sirven para promover guerras, para proveer armamentos, para generar violencia, para mantener esclavizada a la juventud, a la gente, todo eso lo quiero expresar. También quiero expresarme sobre la capacidad de dar.
P: En tus canciones actuales hablas más del futuro, de abrazar la alegría ¿Crees que sos más optimista ahora?
A.O: Yo creo que sí, vengo de un periodo negro en mi vida, muy oscuro (Adrian Otero en el 2008 se rehabilitó de su adicción a las drogas). Soy un testimonio de haber pasado por ahí. Veo la vida desde un punto de vista más optimista, por eso adhiero a la Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia.
P.: Ya que en tu último disco tocas un aspecto en el que los jóvenes son afectados ¿Cómo ves la situación de los jóvenes en la actualidad?
A.O: A la juventud la veo llena de carencias, uno puede extraer conclusiones desde muchos aspectos. Ayer estaba viendo en televisión a un director técnico de futbol que decía que los chicos no están igual que cuando él jugaba. El llegaba de entrenar y tenía la sopa caliente, un chico ahora llega a su casa y tiene a la familia toda desestructurada o ve que sus padres no laburaron nunca. La familia como núcleo fundamental de la sociedad está en via de extinción. Los medios de comunicación no ayudan. Hay mucho que hacer por la educación, hay mucho que hacer para concientizar sobre el consumo de alcohol y drogas, y esto no se puede hacer reprimiendo. No hay clases sociales que estén a salvo de las drogas, creo que es un genocidio. Hay muchas maneras de matar, no solamente con las armas.
P: ¿Vos crees que es posible vincular el arte con un proyecto de cambio social?
A.O: Yo creo que es una toma de conciencia personal el querer construir una persona buena, razonable, en contacto con la naturaleza. También creo que no tenemos que ser violentos con los violentos, porque a ellos nadie les explico cómo ser no violentos, no tuvieron la oportunidad de estudiarlo, de pensarlo, de vivirlo. Y si uno tiene la posibilidad de transmitirlo desde su oficio está bien hacerlo, yo trato de hacerlo, no con un afán de hacerlo desde con un sentido político sino desde la necesidad de expresar eso que siento y pienso.
P: ¿Que pensás del movimiento del rock y el blues hoy?
A.O: Como no salgo mucho, me pierdo lo que está pasando. No me voy a guiar por los medios de difusión, yo se que difunden lo que da dinero. Como todo en esta vida, las cosas las maneja el dinero. El dinero también maneja las fábricas de armas. El dinero fabrica los discos y las copiadoras de discos al mismo tiempo. Sony fabrica los discos y va contra los derechos de autor fabricando las copiadoras, es contradictorio. Pero volviendo a tu pregunta, la escena actual la veo por la computadora (risas) pero hay muchos eventos y zapadas de blues a las que me invitan. Hay muchos chicos jóvenes que tocan blues. El blues es una expresión que vincula al hombre con el instrumento para expresar al espíritu.
P: Además de estar conectado al blues, en tu último disco se percibe que tenés nuevas inquietudes musicales. ¿Qué nos podés decir al respecto?
A.O: Siempre tengo nuevas inquietudes pero siempre tengo al blues, después hago las variantes que el blues me permite. No nos vamos a poner discutir como Piazzola y los tangueros viejos. Hay un blues ortodoxo y sus variantes. El blues ortodoxo lo hice tanto, lo escribí tanto, lo cante tanto y lo ejecute tanto que llegó un momento en el que me dieron ganas de ir para otro lado. Tengo canciones muy tristes que hago con un estilo funky.
P: Después de casi 30 años de estar en Memphis La Blusera ¿Te sentís más seguro en tu etapa solista?
A.O: Me cuesta porque siempre pienso en función colectiva. Fueron muchos años y mi estructura mental está hecha para ser parte de una banda. Siempre pienso en colectivo pero me estoy habituando a esta nueva etapa. Me costó mucho, además este año tuvimos muy poco laburo, yo y todos mis colegas. Tipos que laburan todo el año como La Mosca, que es una banda de fiesta, ni un show tuvieron, Miranda igual. Vender discos, olvídate.
P: ¿Cómo te llevas con el hecho de que se puedan bajar tus discos gratis de internet?
A.O: Bien, me llevo bien, otra no me queda. Lógicamente que me gustaría vender discos. Cuando estudie en la facultad, a fines de los 70’, ya había fotocopias. Un tipo se quema las pestañas para hacer un tratado y viene un mozalbete y te fabrica un libro. Igual los músicos si no salimos a tocar en los shows, nos morimos de hambre. Discépolo en su lecho de muerte le dijo a su mujer “te dejo 20 departamentos, te dejo 20 tangos”. Hoy ya no es así.
P: ¿Cómo sigue tu proyecto?
A.O: Estoy ensayando con una banda de pibes. Arme una banda de chicos y chicas, tengo una chica en el grupo por primera vez. Esto tiene que ver con que pienso que tengo 30 años de experiencia y pienso que si yo no les paso mi conocimiento a los más jóvenes se pierde. Entonces ¿para qué viví? Si no le puedo transmitir a un músico joven que la música es para disfrutar y no para el ego, es para vivirla en comunión, entre nosotros y con la gente. Es mi doctrina y se la quiero pasar a las nuevas generaciones, porque sino van a imitar ruidosamente a la Velvet Underground, volveremos a hacer lo mismo de siempre pero mal hecho o sin originalidad. Quiero transmitir eso para que los chicos sientan lo que yo siento por la música.
P: ¿Tenés programado algún show?
A.O: Sí. Como la crisis me apremia tengo que hacer algunas cosas con piano solo, ahí incluyo textos. Y tengo que hacer alguna variante de mi oficio, ser al mismo tiempo recitador, animador y cantante, y acompañado por un piano. Eso lo puedo hacer en lugares pequeños donde recupero el contacto cercano con el público. Después tengo una banda para hacer shows donde el escenario lo necesite. El 11 y 12 me voy a Bell Ville y a Ciudad de La Cumbre. Después tengo shows para octubre, la verdad que está bastante dura la cosa. Pero cuando tome la decisión de dejar Memphis tome también la decisión de dejar el dinero. Preferí ser consecuente con lo que yo quería hacer, que era desligarme de las adicciones. Entonces tuve que hacer lo que tuve que hacer. Un hombre debe hacer lo que debe hacer, en el momento que lo debe hacer. No va a ser el dinero el que me marque los tiempos.
P: ¿Estás pensando en un próximo disco?
A.O: Tengo pensado hacer un disco de canciones raras, canciones italianas melódicas que me acompañaron en la adolescencia, de Fred Bongusto o alguna francesa de Jacques Brel. Tengo ganas de meterme en otros canales. Ya no escribir sino cantar, quizás componga alguna canción pero quiero hacer un disco interprete. Claro que los arreglaría y los adaptaría a mi estilo pero tengo ganas de cantar. Tal vez algún tango. Muchos me van a decir “Señor Blues ¿Qué le pasa?” pero bueno… Hago lo que quiero.