Entrevista con el embajador de Haití en México, Sr. Guy Lamothe, sobre la “nueva” migración haitiana, realizada por Wooldy Edson Louidor.
México es históricamente reconocido en el mundo por ser una tierra hospitalaria que acogió, a lo largo del pasado siglo, decenas de miles de refugiados latinoamericanos y europeos, quienes salían huyendo de la dictadura, la guerra y todas formas de persecución en sus países de origen. Sin embargo, a inicios del siglo XXI el país azteca se ha convertido en un “cementerio a cielo abierto” donde cientos de migrantes, provenientes sobre todo de Centroamérica, son víctimas a diario de homicidios, secuestros, abusos sexuales y maltratos a lo largo de su travesía hacia los Estados Unidos de América. Las amenazas contra los defensores de los derechos de los migrantes son el pan de cada día. La ruta migratoria de México a los Estados Unidos de América es una de las más peligrosas en el mundo. “Cada año, unas 200 personas mueren intentando cruzar el desierto para llegar a Estados Unidos, una consecuencia directa de las medidas adoptadas por el gobierno estadounidense para que los pasos más seguros sean infranqueables para los migrantes”, subrayó Amnistía Internacional en su informe sobre el estado de los derechos humanos en el mundo en 2012.
Tenemos el privilegio de entrevistar a un testigo de estos cambios que México ha vivido durante la última década en materia de migración: se trata del actual embajador de Haití en México, Señor Guy Lamothe. Ha sido embajador de su país en México en dos ocasiones: de 2000 a 2002 y luego de 2012 a la fecha. Originario de Cabo Haitiano (capital del departamento del Norte de Haití y segunda ciudad más importante del país caribeño), este economista que llegó a la diplomacia nos habla de su formación académica y su trayectoria diplomática. Hace un retrato de la evolución reciente de la migración haitiana en México, que primero recibió a estudiantes haitianos y luego a exiliados políticos. Según el diplomático, habría actualmente cerca de 1700 migrantes haitianos en México, sin contabilizar a sus descendientes nacidos en el país y a los haitianos que ya se naturalizaron. La mayoría de los migrantes haitianos son jóvenes (cuya edad oscila entre 25 y 40 años) en busca de mejores oportunidades, principalmente luego del terremoto que afectó su país el pasado 12 de enero de 2010. Se enfrentan a serias dificultas para regularizar su situación migratoria, sobre todo, luego de la promulgación de la nueva ley migratoria en 2011 que pone trabas para que un migrante pueda cambiar de estatuto: de turista a estudiante, por ejemplo.
Finalmente, Sr Guy Lamothe hace un balance de las relaciones entre Haití y México durante los últimos años y presenta las perspectivas de futuro de la Embajada que dirige.
ENTREVISTA
Wooldy Edson Louidor (WEL): Señor Guy Lamothe, háblenos del hombre, del haitiano que está detrás del diplomático.
Embajador Guy Lamothe (GL): Nací en Cabo Haitiano. Estudié la primaria y la segundaria con los Hermanos de la Instrucción Cristiana y luego en el Collège Pratique du Nord y el Collège Notre Dame de Haití. Realicé mis estudios universitarios en la Universidad del Estado de Haití (UEH) y posteriormente en la Universidad de Montpellier en Francia y en la Universidad Libre de Bruselas. Después, -y es importante mencionarlo- la Administración pública haitiana me permitió beneficiar de una formación en promoción de inversiones. Soy economista, pero la diplomacia me ha acogido y estoy muy contento de ello.
Trabajé en varias instituciones del Estado de Haití, entre ellas: el Instituto de Desarrollo agrícola e Industrial (IDAI), el Ministerio de Comercio e Industria, el Ministerio de Economía y Finanzas. Fui también Director General del Centro de Facilitación de las Inversiones (CFI) de 2007 a 2012.
Inicié mi carrera diplomática en 1990 como Ministro Consejero en la Embajada haitiana en Bruselas y luego fui nombrado Encargado de Asuntos en la misma Embajada. Fui embajador en Bruselas, Santo Domingo, Santiago de Chile y México, donde realicé una primera misión de 2000 a 2002 y la actual misión que inicié desde 2012. Puedo decir que tengo una experiencia bastante amplia en los sectores privados y públicos, lo que me ha permitido comprender mejor mi país y contribuir a su desarrollo.
WEL: Entonces, es su segunda misión diplomática en México. Ha habido varios cambios con respecto al contexto migratorio en México, y en especial con la migración haitiana. ¿Cuántos haitianos viven actualmente en México?
GL: De hecho, el pasado 25 mayo de 2014 cumplí el segundo aniversario de mi llegada a México; he llegado a la Embajada con el objetivo de acercar a los dos países. Junto con el equipo que me acompaña, trabajo duro para que los mexicanos nos vean como un país abierto al mundo y que aspira a ser emergente, y no como un país que espera sólo ayuda. Personalmente, espero que la relación entre ambos países vaya más allá de lo humanitario para convertirse en una relación entre socios.
Con respecto a la migración, esta realidad es un fenómeno de nuestros tiempos actuales. Los países que reciben a los migrantes determinan sus propios criterios de selección. Cada migrante vive su propia realidad. Si analizamos la migración de los haitianos a México, podemos observar que primero México recibió a estudiantes haitianos y luego acogió a los exiliados políticos. Hoy hay un nuevo tipo de migración a México: son obreros quienes están llegando aquí, en la especial coyuntura que viven nuestro país y también la región. Según los datos que maneja el Instituto de Migración de México (INM), habría cerca de 1700 migrantes haitianos en el país, pero esta cifra varía mucho dependiendo del momento.
WEL: ¿Cuáles son las características socio-demográficas de la “nueva” migración haitiana en México a lo largo de la última década?
GL: Digamos que la mayoría de los haitianos que llegan aquí son jóvenes que buscan una mejor vida. Vienen a México para estudiar o para trabajar. Hay también otros que están en tránsito hacia otros países que ellos consideran más atractivos para vivir.
WEL: ¿Cuáles son los principales problemas que afrontan hoy los migrantes haitianos en México?
GL: La adaptación nunca es fácil para un migrante que se instala en un nuevo país. Hay que aprender el idioma, meterse en la cultura… Hasta 2013, un joven haitiano que llegaba a México como turista tenía la posibilidad de cambiar de estatuto migratorio; lo único que tenía que hacer era inscribirse en una universidad. Pero hoy, el joven haitiano que quiere estudiar de manera legal en México está obligado a llegar al país con una visa de estudiante. Los problemas más comunes a los que hacen frente mis compatriotas son principalmente de carácter migratorio. Tienen que regularizar su estatuto migratorio en el país, antes de pensar en su integración. Desde la Embajada, los acompañamos en la medida de lo posible. Es evidente que nuestras intervenciones en el Instituto Nacional de Migración (INM) se hacen y deben hacerse en el marco del debido respeto a la ley migratoria de este país; lo que mis compatriotas no siempre entienden. Para muchos de ellos los haitianos pueden llegar aquí de manera irregular o de cualquier otra manera, y la Embajada de Haití debería dictar a las autoridades mexicanas qué tienen que hacer con ellos. Eso no se puede hacer en ningún país. Los mexicanos que quieren establecerse en Haití también están obligados a respetar las normas migratorias de nuestro país.
Si bien es cierto que la Embajada tiene por misión defender los intereses de cada haitiano que está en México, pero nuestras intervenciones no se pueden hacer fuera del marco legal del país.
WEL: ¿Cuáles son las grandes prioridades que tiene la Embajada de Haití en México?
GL: Antes que todo, debemos brindar asistencia y acompañamiento a nuestros compatriotas que están en el territorio mexicano. Debemos convencerlos de que no están en su casa. En la medida de nuestras posibilidades, tratamos de orientarlos hacia las mejores universidades del país e invitarlos a tener un comportamiento ejemplar para que puedan integrarse de la mejor manera en la sociedad donde escogieron vivir. Desde mi llegada a México, hemos tenido acercamientos con varias universidades y, de hecho, hemos firmado acuerdos de cooperación con algunas para la concesión de becas de estudios en favor de nuestros compatriotas que ya residen en México y que además respondan a los criterios de selección de dichas universidades.
Otra prioridad fundamental de la Embajada consiste en promover la “diplomacia de los negocios” que el actual gobierno haitiano dirigido por el presidente Michel Martelly y el primer ministro Laurent Lamothe viene promoviendo. Hemos multiplicado los encuentros con el sector de los negocios, presentando Haití como un país donde pueden invertir. Hemos animado a los hombres y mujeres de negocios mexicanos a visitar Haití. De 2012 a la fecha, dos misiones de negocios fueron a Haití y acogimos en México el pasado mes de febrero una importante misión de negocios proveniente de Haití. Las Cámaras de negocios de México y Haití firmaron acuerdos de cooperación. Planeamos en nuestra agenda la creación de una Cámara de negocios haitiano-mexicana.
Los negocios han evolucionado entre Haití y México. Hasta 2001, México no era un socio comercial importante para Haití. Sin embargo, en los doce últimos años, se ha registrado en el comercio entre ambos países una tasa de crecimiento de alrededor del 600 %, que alcanza la cifra de 65 millones de dólares americanos. Cifra que aún es modesta, pero prometedora…
WEL: México fue en la década de los 50 hasta 1980 una referencia en materia de hospitalidad; acogió a muchos exiliados de toda América latina y el Caribe y también a asilados políticos europeos que venían principalmente de España, Italia, Polonia e incluso Rusia. Varios refugiados haitianos, entre ellos el intelectual Gérard Pierre-Charles, quienes huyeron de la dictadura de la familia de los Duvalier (que duraron cerca de 30 años en el poder, de 1957 a 1986), fueron acogidos por México. Según usted, ¿el Estado mexicano sigue practicando la hospitalidad hacia los haitianos, principalmente hacia aquellos y aquellas que llegaron al país azteca después del terremoto del 12 de enero de 2010?
GL: Al tiempo que tienen que respetar las convenciones internacionales que ratificaron y firmaron, los países son soberanos en materia de política migratoria. En las relaciones entre Haití y México, no podríamos hablar de conflictos con respecto al trato que se da a los haitianos que escogieron a México como su tierra de acogida. En el pasado, varios haitianos recibieron en México una formación de muy buena calidad y, a cambio de ello, contribuyeron a formar a influyentes miembros de la clase dirigente mexicana. Gérard Pierre-Charles, a quien usted acaba de mencionar, es un ejemplo de ello. Después de estudiar en México, enseñó durante varios años en este país, cuyas autoridades lo condecoraron por su gran labor académica.
La hospitalidad hace parte de la cultura mexicana. Como también usted lo mencionó, México acogió a un gran número de haitianos en la época de la dictadura duvalierista. Más recientemente, en 1992 [un año después de que los militares habían dado un golpe de estado al ex presidente electo Jean-Bertrand Aristide] René Préval quien fuera el primer ministro del jefe de Estado depuesto se refugió en México, junto con otros compatriotas que tuvieron que salir huyendo de Haití.
El terremoto que estremeció Haití el 12 de enero de 2010 fue una ocasión para que México manifestara su solidaridad con nosotros, brindando a los haitianos una visa humanitaria que les permitió quedarse en este país. Algunos de ellos siguen en México, estudiando o trabajando; otros optaron por regresar a Haití posteriormente o partieron hacia otros países en busca de mejores oportunidades.
Sin embargo, hay que señalar que a lo largo de los dos últimos años y, en algunos pocos casos, los Servicios de la Migración Mexicana niegan a algunos turistas haitianos el ingreso al país. Según este organismo del Estado, dichos haitianos víctimas de esta decisión –a pesar de tener una visa mexicana en sus pasaportes- no cumplen con otras exigencias que se requieren para ser aceptados como turistas. Hay que precisar que varios ciudadanos de otros países de Centroamérica que arriban a México en calidad de turistas se han visto también obligados a devolverse a sus países de origen, sin poder visitar México.
Existen algunas organizaciones no gubernamentales (ONG) y organismos internacionales como la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) que tratan de ayudar a los migrantes que vienen no sólo de Haití sino de todas partes.
WEL: Muchas gracias, Señor Embajador.
3 de junio de 2014
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